Capitulo 27

-Y bien ¿A quien me tienes que mostrar?

-Juro que lo haré, pero antes tienes que ir a descansar- iba a protestar –ve a descansar Fernanda, aunque sea hazlo por nuestro bebé- se toca su pancita que cada día es más notorio –no tiene que pagar por lo que estamos pasando- cada palabra que dije me lastima, me decepciona y enoja porque no soy capaz de protegerlos a ninguno de los dos. Bajo la mirada avergonzado –lamento no ser la persona que esperabas- hago puño mis manos llenas de frustración e impotencia, si hubiera tenido más cuidado, esto ¡nada de esto! Hubiera pasado –lo siento- derramo una lagrima, de verdad estoy decepcionado de mí mismo.

-Jayden no digas eso- se acerca dándome un abrazo que no soy capaz de corresponder. Limpia mi lagrima –eres mucho más de lo que podría merecer ¿escuchaste? Y si piensas que no estás haciendo nada, te equivocas- no deja de mirarme directamente a los ojos sin alejarse de mí. No podía verla, por mi parte, estaba muy avergonzado, a veces me pregunto si soy digno de ella. Intento creérmelo, pero… -aunque esté alimentando tu ego- carcajea –tú eres perfecto para mí, aun con todas esas imperfecciones… te hacen el hombre de mis sueños- con delicadeza gira mi mentón hacia su dirección, seguidamente junta nuestros labios haciendo que con eso logre recuperar mi valor.

-Daré mi vida si es necesario- la abrazo levantándola en mis brazos, me dirijo a nuestra habitación sin dejar de besarla. La dejo en la cama con delicadeza –no sabes cuánto me gustaría hacerte mía, pero tienen que descansar- asiente con la cabeza acomodándose sobre mí después de echarme a su lado. Le acompaño por un largo rato hasta que se duerme profundamente.

Pov de Fernanda:

Abro los ojos notando que es de noche, ya oscureció, no sé cuánto tiempo he dormido, sin embargo, me siento relajada. Necesitaba dormir. Después de todo el susto estaba agotada. Me levanto de la cama buscando a Jayden sin encontrarlo. Bajo las escaleras hasta llegar al primer piso, veo pasar a un señor de traje negro, no lo conozco, solo sé que trabaja con Fabrizio porque el día que lo conocí estaba ahí también.

-Buenas noches, busco Jayden… de casualidad no lo ha visto, señor.

Su aura es inexpresiva, como el resto de personas con las que he cruzado estando acá –no, señorita- hace un gesto con su cabeza en forma de despedida.

-ah-mm sí, hasta luego… digo… agh- es inútil, ya se fue. Pensé que estando con Jayden me había acostumbrado a tratar con personas frías e inexpresivas. Supongo que es solo con él… jm… me quedo pensando “Mi Sr. Clark” me gusta.

Sigo caminando en su búsqueda. No puedo dejar de borrar la sonrisa tonta que traigo encima.

Cuando llego afuera donde está el gran campo, sigo caminando sin rumbo llamándome la atención unos gritos de discusión. Seguro me meteré en problemas… sigo mi camino. Volteo la cabeza para volver a ver el lugar de donde provienen los gritos que no se detienen.

Invadida por la curiosidad voy a aquel lugar que parece una cueva en un principio, sigo caminando convencida de pensar que es una mala idea. Hay una reja que está abierta, menos mal, entro con mucho cuidado de no hacer ruido. Los gritos son más claros estando prácticamente ahí mismo, no me pueden ver pues estoy en un muro, bien escondida.

-¡¡te dije sin engaños, maldita sea!!

-esto es solo para que sepa dónde estoy… agh, esa mujer es muy inteligente, se dará cuenta Jay… Clark- ¿Jayden?

¿De qué están hablando? ¿Quién es ese tipo? Su voz me suena conocida.

Lleno de valentía asomo la cabeza viendo a dos personas en plena discusión, una más alterada que la otra que expresa trabajar en su tranquilidad. La persona con la que discute está de espalda. Mientras que a su alrededor están los guardaespaldas de Jayden.

-aquí tengo las conversaciones… déjame mos…

-cuidado- advierte cuando este se mueve repentinamente hacia un escritorio donde está su laptop.

Se voltea –mira lo que hice- tiene que ser una broma.

Sin pensarlo dos veces salgo de mi escondite - ¿doctor?

Ambos hombres se asombran llevando su atención a mí. Trago saliva –que está haciendo usted aquí.

-Fer-Fernanda- logra decir con dificultad por la sorpresa.

-De Luna, para ti- advierte antes de acercarse a mí –Fernanda, te presento a Eduardo… él se hizo pasar por tu doctor para… - se detiene.

-continua- insisto sin dejar de mirar a mi supuesto doctor ¿Eduardo? Pero si él me dijo que se llamaba Thomas Johnson, que demonios está pasando.

-soy Eduardo Thompson, me presento- me extiende la mano siendo quitada por Jayden, tampoco es que iba a responder pues sigo consternada.

-que…- no sé qué decir, tengo muchas preguntas - ¿por qué?

-Fernanda…- Jayden lo interrumpe diciéndole “te dije que te dirijas a ella como De Luna” –Señorita De Luna- mira a Jayden por una aprobación, este se la da, sigue dirigiéndose a mí –tú mamá me contactó- qué… abro ligeramente mi boca de la sorpresa con los ojos perdidos. Está diciendo que conoce a mi… mamá –no la conozco… no quisiera que te confundas, solo me contactó de repente, me pidió que siguiera tu tratamiento y le avisara todo, lo mismo con- mira a Jayden de reojo refiriéndose a él –Clark. No tengo una razón válida, supongo que es porque desde mucho antes tengo la confianza de...

-tenias- corrige Jayden.

-Cierto. Tenía la confianza de Clark, además soy bueno en lo que hago y me…

-claro que no es cierto, no eres bueno para nada.

-Jayden- esta vez soy yo quien le advierte. Me mira con pesar aceptando dejar hablar a mi doc… a Thomas, ¡no! digo, Eduardo.
Es tan confuso todo.

-De verdad no sabes cuánto lamento que te haya engañado, jamás fue mi intención- realmente estaba apenado. Se puede notar en su clara expresión.

-qué sabes de ella- mi voz era vulnerable, un poco ronca por querer llorar.

-Lamento defraudarte- mira hacia abajo –nada. Ella me llama y cuelga cuando le mando un informe. Te-te te juro que siempre estuve ayudándoles- se apresura a decir –nunca revelé lo que realmente les pasaba. Siempre les cubría con alguna mentira que terminaba creyéndosela- lo último que dijo me hizo sentir incomoda.