Hoy es viernes por la tarde, por fin habíamos acabado una semana de clases. Estaba en la casa de Emma, arreglandome porque hoy habría una gran fiesta por iniciar un nuevo semestre y Fernando se había ofrecido a llevarme; después de que me lo encontré en las pruebas de fútbol, habíamos estado conviviendo más. Por otro lado no había hablado con Christian, parece que trataba de... evitarme y cuando me lo encontraba ponía la excusa de que tenía otras cosas que hacer, yo quería empezar una amistad con él desde cero, pero si él no quería, no lo podía obligar.
—Luces hermosa. —Dice Emma, sacándome de mis pensamientos.
—Gracias por ayudarme a arreglar. —Digo, abrazandola.
—Sabes que siempre contarás conmigo. —Menciona, correspondiendo a mi abrazo.
La mayoría del tiempo prefería estar con mis amigos y no en casa, ya que siempre terminaba escuchando las discusiones de mi papás.
Fernando había llegado a la casa de Emma para llevarme a la fiesta, ella no quisó venir con nosotros porque según ella hacía mal tercio, apesar de que yo le dije que solo somos amigos y nos estabamos conociendo más, así que ella llegaría a la fiesta con Jaime y Gabriel.
—Apesar de que no te gusta que te lo digan, te lo diré: Te ves hermosa. —Mencionó, mostrándome una sonrisa.
—Gracias. —Dije, dando una pequeña risita.
Fernando me ayudó a subir a su jeep y arrancó, después de 15 minutos ya habíamos llegado a la fiesta.
La casa era grande, había luces de todos los colores iluminando la fiesta y olía a alcohol, demasiado alcohol. En cuanto entramos yo fui a buscar a mis amigos y Fernando a los suyos.
Después de estar una hora separados, estabamos juntos nuevamente y Fernando me había invitado a bailar y aunque yo me negue el seguía insistiendo, finalmente acepte; nunca he sido buena bailando o al menos eso es lo que yo pensaba. La canción estaba a punto de terminar cuando Fernando poco a poco se estaba acercando a mí, para... ¿besarme? cuando de pronto alguien lo alejó de mí. Todo estaba pasando demasiado rápido, tarde un par de segundos en procesar lo que estaba pasando, no podía creer lo que veía, Fernando y ¿Christian? estaban en el piso agarrándose a golpes y las personas no tardaron en llegar a ver lo que ocurría.
—¡Fernando déjalo! —Gritaba con todas mi fuerzas, pero era imposible; Christian estaba en el piso y parecía no tener fuerza, estaba demasiado borracho. —¡Déjalo por favor! —Esta vez mi voz era más débil.
Jaime y Gabriel habían llegado a separarlos, Fernando no tenía tantos golpes como Christian pero aún así se veía mal. En cuanto los separaron, mis amigos se llevaron a Fernando y yo fui a ayudar a Christian se veía mal, lo mejor era que lo ayudará, me acerque a él y lo ayudé a subir a un cuarto de la segunda planta para poder curarlo, en cuanto llegamos lo cure y no dude en comenzar a interrogarlo.
—¿¡En qué estabas pensando, cuándo te abalanzaste sobre Fernando!? —Estaba enojada, demasiado y no dejaba de dar vueltas por la habitación.
—Yo... yo... —Estaba nervioso, no dejaba de rascarse la nuca.
—¿Tú qué? Respondeme. —Grité. —Lo único que quería era divertirme no ver cómo ustedes se agarraban a golpes. —Mencioné bajando mi tono de voz y sentándome en la orilla de la cama.
— Yo te quiero.
—¿¡Por eso golpeaste a Fernando!?
—No podía dejar que el te besará. —Dijo, subiendo su tono de voz.
—¿Así, y por qué no? Te recuerdo que tú y yo no somos nada. —Grite, ya no soportaba esta situación.
—Pero podemos serlo si me das una oportunidad. —Mencionó, acercándose a mí.
—Te la di, nos queriamos y tú simplemente te fuiste de mi vida sin darme alguna explicación y ahora regresa como si nada hubiera pasado, como si nunca hubieras dejado un vacío en mí. —Hice una pausa, si seguía hablando rompería en llanto. —Que se suponía que debía hacer, ¿Esperarte por el resto de mi vida?
—Yo...
—Tú, tú no puedes volver a mi vida y esperar que todo siga igual entre nosotros. Es mejor que tomemos distancia.
—Por favor Alexa, escúchame yo te puedo explicar lo que pasó... —Salí de la habitación, no lo quería escuchar más.
Corrí, pasando por todas las personas, hasta llegar a la parte trasera de la casa en la cual había una banca, me senté, ya no podía más y rompí en llanto.
Pasaron 5 minutos y escuche a alguien acercarse, no podía reconocer quién era, mi vista estaba nublada porque aún seguía llorando.
—Ya te dije que no me gusta verte así. —Dijo Fernando, sentándose a lado de mí. Yo solo voltee a ver y le sonreí.
Tenía frío, solo tenía un vestido y había olvidado tomar una sudadera, Fernando lo había notado, se quitó su chaqueta para darmela, yo preferí que él se la quedará pero es muy insistente a decir verdad. Estuvimos hablando un rato, estaba cansada y quería dormir así que él se ofreció a llevarme a casa, pero al lugar al que menos quería ir era allí, después de hablar un poco más él logró convencerme; creo que Fernando tiene el don del convencimiento. Después de dos horas de camino había llegado, me despedí de él y subí lo más silenciosamente a mi habitación, no quería que mi mamá me interrogará, mientras pensaba en una excusa para su interrogatorio de mañana mí celular sono, lo saqué de una bolsa que tenía mi vestido y era un mensaje.
Fernando
Descansa, te quiero.
Alexa
Gracias por traerme a casa, descansa.
Fernando
No es nada, recuerda que te ves más bonita cuando sonríes.
No conteste después de ese mensaje, me dirigí al baño para cepillar mis dientes y quitar el poco maquillaje que tenía, al salir me encontré a mi mamá, vaya sorpresa la que me dió.
—¿A qué hora llegaste?
—No tan tarde. —Contesté, restandole importancia a su pregunta.
—¿Quién te trajó?