Hoy me desperté tarde, así que tenía que cambiarme rápido para poder tomar el autobús. Tome lo primero que vi en mi armario: un overol de mezclilla, un top blanco, unos tenis Converse y una chamarra ya que hoy sí hacía frío. No tenía tiempo de desayunar, así que entre al baño a cepillar mis dientes y mi cabello, en menos de cinco minutos ya estaba lista para ir a tomar el autobús.
Estaba a punto de bajarme del coche, cuando el autobús comenzó a arrancar, lo único que me quedaba era correr. Afortunadamente llegue, aunque un poco cansada que no me percate que solo quedaban pocos lugares, por suerte, Benjamín estaba sentado solo y aproveche para sentarme con él y hablar.
—Buenos días, amigo de cabello castaño. —Digo sorprendiéndolo, porque no me había visto ya que estaba checando su celular.
—Ah, hola no te había visto. —Dice guardando su celular, para voltear a verme y regalarme una alegre sonrisa.
—No lo había notado. —Digo en tono burlón quitando su mochila para sentarme a lado de él.
—Has estado muy desaparecida estos días.
—¿Yo? Creo que tú eres el que ha estado desaparecido.
—Bueno, bueno la escuela absorbe mucho tiempo y tener una novia también. —Dice riendo.
—Espero no me pase lo mismo. —Digo en un susurro que creo él no puede escuchar hasta que lo escucho hablar.
—¡¿Qué?! —Pregunta casi gritando y yo solo pongo mi mano en su boca para poder callarlo.
—¿Ya tienes novio? —Pregunta en voz baja y yo solo asiento con la cabeza sonriendo, siento como poco a poco mis mejillas van tomando color. —Wooow. —Dice asombrado.
Pasan unos segundos y vuelve a hablar. —Estoy feliz por ti. —Dice sonriendo.
—Creo que era tiempo de dejar las cosas en el pasado y comenzar una nueva etapa en mi vida.
—Tienes razón. Si necesitas algún consejo sabes que aquí está cupido para ayudarte. —Dice sonriendo y yo me hecho a reír por sus palabras.
—Claro cupido. —Le digo aun riendo y él hace lo mismo. —Ya quiero conocer a tú novia para saber cómo acepto serlo. —Le digo burlona.
—Nadie se puede resistir a mis encantos. —Dice levantando sus cejas de forma coqueta y sonriendo.
—Si claro. —Digo poniendo los ojos en blanco.
El resto del camino la pasamos hablando sobre la preparatoria y cómo la había pasado el día de ayer con Fernando, mi novio. Aún me resultaba extraño estar en una relación, pero sé que está será una experiencia bonita en mi vida.
♥♥♥
Había pasado una hora desde que llegué a la prepa, Benjamín ya había entrado a clases hace unos minutos y mis amigos aún no llegaban por lo que decidí arreglarme mientras los esperaba. Después de 15 minutos de estarme arreglando ya estaba lista.
—Además de ser inteligente, guapa. —Dice Emma tomando asiento frente a mí y yo sonrió por su comentario.
—Hola. —Dicen Jaime y Gabriel al unisonó, unos segundos después de que Emma llegará.
—Pensé que te desmayarías ayer. —Dice Jaime riendo.
—Que chistoso, pero me tomo por sorpresa la propuesta de Fer.
—Fer, eh. —Dice mi amiga con una sonrisa pícara.
—¿Y ustedes por qué no me dijeron nada? —Pregunto con una mirada acusatoria.
—Era muy obvio que en algún momento te lo preguntaría. —Dice Gabriel.
—Tal vez, pero si lo hubiera sabido... —Pienso un momento en que decir. —Si lo hubiera sabido, no hubiera tardado tanto en darle una respuesta.
—Si claro. —Responde Emma.
—Buenos días, amor. —Dice a mis espaldas Fernando.
—Buenos días. —Contesto sonriendo.
—Bueno creo que nosotros ya nos tenemos que ir. —Dice Emma tomando su mochila, regalándome una sonrisa pícara.
—Nos vemos en la tarde. —Dice Jaime colocándose la mochila y yo me despido de los tres con la mano.
—¿Ya desayunaste? —Pregunta Fer sentándose a lado mío.
—Algo así. —Él achica los ojos para que le diga la verdad. —Bueno no, es que hoy me desperté tarde y no me dio tiempo de desayunar. —Sonrió.
—Bueno entonces, te invito a desayunar. —Sonríe y yo hago lo mismo en forma de respuesta.
Después de unos minutos llegamos a un restaurant que no quedaba tan lejos de la preparatoria.
—Buenos días ¿qué van a ordenar?
—Buenos días yo quiero unos chilaquiles con un café por favor.
—Y yo... Quiero unos pancakes con una malteada de fresa.
Desayunamos y era hora de ir a la preparatoria. Aún faltaban un par de minutos para que empezaran las clases ya que hoy todos los alumnos de sexto semestre presentarían un examen y los maestros estarían aplicándolos, por lo que entraríamos a clases una hora más tarde. Antes de que entráramos a clases nos despedimos con un beso y cada uno se dirigió a su salón.
(…)
Estaba en mi última clase, historia. Faltaban alrededor de cinco minutos para que acabara, ya que, hoy la clase terminaría más temprano de lo usual. El día de hoy la maestra iba a explicar un tema fácil a mi parecer por lo que decidí sentarme en la parte trasera del salón. De pronto llega un mensaje a mi celular.
Emma:
Quieres ir a la plaza de compras?
Alexa:
Sí, ya casi salgo
Emma:
Ok, te espero afuera de tú salón
Hace mucho tiempo que no salíamos de compras y más tiempo tenía que no pasábamos una tarde agradable, así que debíamos aprovechar haber salido temprano.
Le mande un mensaje a mi mamá para avisarle y bloquee mi celular para seguir prestando atención a la clase, pero cuando miro hacia al frente la maestra tenía la mirada puesta en mí.
—De por sí no soy del agrado de la maestra y ahora que me vio utilizando el celular en su clase, menos. —Pensé.
—Alexa, después de que todos salgan te esperas, quiero hablar contigo. —Dijo de forma molesta.