Siempre fuiste tú

Capitulo 3

 Alanna

Empezamos a trabajar con Darren, al principio se sentía cohibido y algo tímido al estar con nosotros, pero poco a poco su humor fue mejorando hasta verlo completamente relajado. Mi hermana y yo empezamos a llevarlo con nosotros a las reuniones que teníamos y pedir su opinión de nuevos proyectos hasta que comenzó a darnos ideas que se fueron implementando en la compañía y fue mejorando nuestro servicio. Tres meses después de haber ingresado a trabajar ya lo dejábamos a cargo de la empresa mientras mi hermana y yo viajábamos para otras ciudades o países.

Nuestra empresa cada vez estaba creciendo y cada día había más proyectos por hacer. Antes nosotros buscábamos al cliente para ofrecer nuestro portafolio y ahora eran ellos los que nos buscaban y algunos debían estar en una lista de espera por la demanda de trabajo que teníamos.

Los fines de semana son sagrados para nosotros. Cero trabajo, era el momento que disponíamos para pasarla con nuestras hijas y la familia y ahora Darren que de alguna manera le ayudaba a ocupar su mente y no estar pensando en su hijo y las locuras de su ex.

No entendía como una mujer pudiera ser tan despreciable, no sé cómo un hombre tan bueno como lo es Darren haya encontrado a esa mujer que no ha hecho que ser una piedra de tropiezo en su vida.

Me costó mucho que mi amigo pudiera desahogarse conmigo, solo sabía las cosas por encima que había vivido como el engaño, pero nunca me imaginé que las cosas eran peor de lo que él había comentado.

Quien diría que en un hogar también los hombres sufrían de maltrato intrafamiliar. Darren me comentaba que esa mujer lo despreciaba y lo insultaba, le hacía creer que era un bueno para nada, que no valía la pena y que siempre iba a ser insignificante. No entiendo por qué si pensaba esas cosas seguía a su lado.

Me llena de coraje saber todo eso y más que el pendejo de Darren permitió todas esas cosas, claro, como él jamás sería capaz de hacerle daño a una mujer se aprovechan de su inocencia.

Sonrió para mis adentros, ya pensando como mi hermana.

Decido revisar un correo cuando escucho un fuerte ruido, me levanto sobre exaltada y abro la puerta mirando a mi secretaria.

―¿Qué fue eso?―

―El señor Pierce – Dice – Parece que está de mal humor.

― Iré a ver―

Camino hasta la oficina de Darren y doy unos golpes a la puerta, pero nadie responde, vuelvo a tocar y la puerta se abre y al verme su semblante cambia.

―Lo siento Alanna, disculpa por haber azotado la puerta― Se da la vuelta y camina hasta su asiento.

―¿Qué sucede?― Preguntó cerrando la puerta para tener privacidad.

―Lo mismo de siempre… Carmen― Ruedo los ojos y me siento en unos de los asientos auxiliares.

―¿Ahora qué pasa? ¿No te deja ver al pequeño Esteban?― Suelta un suspiro.

―Hace unas semanas fui a ver a mi hijo a la casa de los padres de ella, lo mejor es que no estaba así que aproveché para jugar con mi hijo hasta que llego― Hace una pausa –Me miró de pies a cabeza y después le pidió a Esteban que se despidiera de mí que necesitaba hablar conmigo, luego se acercó y me preguntó que cómo estaba y yo me sorprendí, ya que ella jamás le ha interesado algo de mí y le dije que bien, que había conseguido empleo y me estaba yendo bien. No sé qué pasó, pero se puso histeria, empezó a gritarme que yo debía volver con ella y trabajar para su padre y no estar en otro lugar, me moleste, pero no le dije nada, me di la vuelta y la dejé gritando en medio de la sala, luego me llamó y me dijo que no iba a volver a ver a mi hijo ― Suspira ― Decidí que esta vez no iba a rogarle y no le respondí nada, deje las cosas así. Ahora me acaba de llamar a decirme que mi hijo quiere verme y me paso la llamada, mi hijo se notaba triste, distante y me pregunto que si era verdad que yo ya no iba a tener tiempo para estar con él por mi nuevo trabajo, se puso a llorar y eso me rompió el corazón, no entiendo por qué Carmen le dijo esas cosas a mi hijo, no le importa hacerme daño y con él a nuestro hijo―

―Es una maldita perra― Digo con rabia.

―Después mi hijo me la pasó y le reclamé que porque le había dicho eso y ella solo me dijo que con mi nuevo trabajo ya no iba a tener tiempo para él y que lo mejor es que mi hijo no se hiciera ilusiones esperándome―

Respiro profundo conteniendo las ganas de ir y buscarla y tomarla del cabello.

―¿Y qué le dijiste?―

―Le dije que mi trabajo no iba a ser un problema para ver a mi hijo que dejara de meterle cucarachas en la cabeza y ella se volvió a molestar colgando la llamada, ella pensó que la llamaría de vuelta a pedirle como siempre que me dejara hablar con mi hijo y de nuevo me abstuve en buscarla y ahora me llegó un mensaje diciendo que podía ir esta noche a cenar a la casa de sus padres y ver a Esteban, pero conociéndola como lo hago sé que tiene algo planeado―

―Debes tener cuidado― Digo –Esa mujer es una víbora y va a ser todo para manipularte―

―Lo sé―

―Voy a terminar de revisar unos documentos, si necesitas algo no dudes en buscarme― Asiente.

Lo miro por un momento y me levanto para acercarme hacia él dándole un abrazo, sé que lo necesita y no duda en envolverme entre sus grandes brazos.

―Gracias― Besa mi frente antes de separarme y salir de su oficina.

Darren es un gran hombre, no merece lo que le está haciendo esa mujer.

Trato de concentrarme en lo que me dice mi hija, pero es imposible mi mente está donde Darren.

¿Qué tal le habrá ido?

―Mami― Dice mi pequeña – Estás en otro planeta― Sonrió acariciando su mejilla.

―Cosas de trabajo pequeña ― Mi hija asiente y termina de comer.

Mi hija y yo terminamos de cenar, ella sube las escaleras para alistarse para ir a dormir mientras yo lavo los platos, escucho mi móvil sonar, seco mis manos con una pequeña toalla y me sorprende al ver el nombre de Darren en la pantalla.



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En el texto hay: humor, romance, amor

Editado: 01.02.2021

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