Siempre fuiste tú

Capítulo VIII

Marco

16 de septiembre

Sin dudas me juego todo, pero necesito hablar con ella, luchar por ella, con ella tengo paz, la necesito en mi vida, llegar a casa y no tenerla me mata, no quiero perderla, ella quiere divorciarse y yo solo pienso en como conquistarla de nuevo. Sin dudas revivir cada momento lindo juntos, hacer lo que le gusta ayudará. Por eso apronte todo para desayunar juntos, ella estaba de guardia nocturna, al salir la esperaba, ella al salir me vio, se notaba cansada y me lo dijo. Por un momento creí que me diría que no. Me acerco a ella, acarició su rostro, le digo que solo quiero desayunar, hablar con ella y disfrutar.

- Si, acepto desayunar contigo hablaremos Marco, pero quiero que sepas que nada de lo que digas o hagas va a cambiar lo que pienso, si acepto es solo para que hablemos por una última vez de nuestra historia.

Suspira, sigo acariciando mi rostro, estoy nervioso, no quiero hablar por última vez, quiero hablar toda la vida con ella, pero si no acepto ella no desayunará conmigo.

-Está bien. - Le digo, ambos, despacio subimos al auto, yo lo pongo en marcha, en el camino, pongo la radio, el silencio me esta lastimando, ella solo me mira.

- ¿Vamos al restaurante? - Me pregunta, sonrío, sin dudas sabe que prendí la radio porque estaba incomodo por el silencio.

- Vamos a un picnic mañanero y el restaurante no es lugar de picnic. - Ella me mira, levantando una ceja. - No lo es hoy al menos, hoy vamos a otro lugar.

- ¿ Cuál? - Me preguntaba

-Lo sabras cuando lleguemos – Ella suspira. - ¿Cómo te fue hoy? - Le pregunto

- Lo que te dije, cansada y más porque tuve guardia con un médico que me produce acidez cada vez que lo escucho. - Extraño esto, extraño hablar con ella de su día.

- ¿A ti? - La miro - ¿Cómo te fue?

- Regular, hubo trabajo y mande hacer un par de menús nuevos. - Nos miramos por un momento, volví a mirar a el camino, faltaba poco ya

-Creo que ya se donde vamos – Me dice

- ¿ Dónde? -Pregunte

- Por el camino podría casi asegurarte que vamos al “Lago Azul”

- Así es- Sonrío – Vamos hacía allí, estamos llegando allí, por suerte no está muy fresco ni lloviendo, parece que será un bello día.

Ella solo asiente, ambos sabemos lo que es este lugar para ambos, de pequeños siempre veníamos a acampar con nuestras familias, de más grandes solos.

Al llegar estacione el auto a unos metros de la ruta, saque todo del auto, ella me ayudo, caminamos suavemente hacía el lago, al llegar cerca, pongo una manta en el pasto y la canasta encima, ambos nos sentamos, saco todo despacio, los vamos, los platos, la comida, ella me sonríe, traje todo lo que se que le gusta. Ella toma un vaso de jugo de naranja

- Creo que es el lugar perfecto para terminar nuestra historia. - Me dice

- O podemos empezar de nuevo – Me mira, mientras yo también tomo un vaso de jugo y tomo un sorbo. - Ali, se que me equivoque mucho, pero también se que te extraño, extraño todo de ti

-Marco, tu me extrañas porque crees que me perdiste, tú lo dijiste cuando paso todo, nosotros ya nos estábamos alejando. - me mira- Yo no te justifico, porque me lastimaste, abrí los ojos de la forma más dura, pero a su vez gané, gané el despertar del sueño en el que estaba, entendí que si bien estoy segura que tú eres un gran amor para mi, quizás el de mi vida, se que yo no lo soy para ti.

-Te equivocas, te amo Alaia, fui un gran idiota si, pero yo te amo.

- Como una amiga, como aquella persona incondicional, aquella que creíste amar cuando sentiste que la perdías, pero no un gran amor. - Sonríe con un dejo de tristeza

- Ali, se que por lo que paso con Rosario, por lo que dije crees que no te amo, creerme que estaba confundido, pero ya no, en el momento que me dejaste, me di cuenta que puedo estar sin Rosario, incluso si quieres,no verla nunca más, perom sin ti, . Acaricie su rostro. - Sin ti no puedo, siento que me falta algo, me cuesta respirar sin ti. - Ella me sonríe triste.

- ¿En serio no te das cuenta? - La miro sin entender. - Marco, cada vez que sientes que me pierdes para ti es sufrimiento, mientras me tienes junto a ti ya no sientes igual. Marco, en el momento no que besaste, ni siquiera en el momento que te acostaste con otra, simplemente el pensarlo, en no saber que sentías, prueba que no me amas, ni me amaste más que como a tu mejor e incondicional amiga. - Ella suspira, me deja pensando. - Prometo que con el tiempo volveremos a hacerlo o al menos intentaré ser de nuevo tu amiga, pero debo dejar de amarte, no es sano amarte y ser solo tu amiga. - Sincera – Marco, tu mereces estar con alguien que ames de verdad y yo merezco encontrar a una persona que sea capaz de amarme de la misma forma que yo lo ame, no pido más porque sería injusto para él y si pidiera menos seria injusto para mí. Simplemente quiero a alguien que me ame y que yo ame. Y aunque ahora tu lo niegues, tu sabes igual que yo que no me puedes dar lo que yo quiero, no me puedes amar de la misma forma.

No dije nada, no podía, ella me dejo pensando, ella solo me sonrío y cambio el tema, hablamos de todo un poco mientras desayunábamos, una vez terminamos, nos quedamos un momento viendo el lago, me ayudo a llevar la canasta y las mantas al auto.

La mire, mis ojos quedaron en los de ella y los de ella en los míos, tomé su rostro y la besé, la besé con todas mis fuerzas, ella respondió a eso beso, simplemente porque ambos sabíamos lo mismo, me costaba, me costaba mucho, pero es lo mejor, lo mejor para ambos. Luego de besarla la abrace, ella a mí quedando su rostro en mi pecho

- Voy a llamar a mi abogado y el lunes si los papeles están, te daré el divorcio.

-Gracias, de verdad – Me dijo, levanto su rostro, ambos teníamos lagrimas en los ojos. - Hay otra cosa que debes saber. - La miro. - En unas semanas me iré. - La miro confundido – Me voy a Kenia a estar un tiempo allí, voy a terminar mi carrera allá, quizás eso era lo que tenía que hacer desde un principio, sabes lo que amo mi carrera y será un gran aprendizaje para mí.




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