-No sé tú pero creo que abraza con más pasión a esa almohada que cuando te abraza a ti- dice Jim con una enorme sonrisa al ver a Venus durmiendo con sus brazos rodeando una de las almohadas. –Ay no, lo siento- se disculpa e inspira profundo –Si jamás te ha abrazado a ti- suelta una carcajada por lo que lo tomo del brazo y lo saco de la habitación.
-Pediré al chofer que te lleve a casa-.
-Está bien, traje mi auto y está esperándome, y antes de que me vaya… déjame dormir Truswel, a menos de que Venus se desmaye, tenga mucha fiebre o su temperatura sea demasiado baja, salga espuma de su boca o se ponga morada no me llames, ¿Bien? Porque será normal que respire lento y que no se mueva mucho mientras duerme-.
-Eres un exagerado, ¿Cuándo no te he dejado dormir?-.
-Pobre de Venus, desde aquel día en que la conocí en el hospital cuando la cargabas en tus brazos y ella solo te rechazaba supe que ella sería a la que atormentarías toda la vida- lo observo con seriedad esperando que se calle de una buena vez. –Jamás voy a olvidarlo-.
-Creo que te esperan en casa- agrego sinceramente ya que en mi opinión ya se está sobrepasando.
-En realidad, es cierto, supe que ella sería la persona con la que querrías pasar el resto de tu vida cuando cruzaste la puerta de mi oficina mitad consultorio con cara de preocupación- ríe y niega con la cabeza- Debo irme, y no me acompañes a la puerta que no es necesario- agradezco y se va si decir nada más, ¿Por qué rio exactamente?
…
Abro los ojos aliviada de que haya sido un sueño, las manos de Evan estrangulándome por segunda vez no han sido para nada agradables así que simplemente me dedico a respirar aliviada, pero tan pronto como lo hago viene a mi mente todo lo que tengo que hacer, y no sé si fue lo mejor haberle contado a Sean la verdad, giro la cabeza a mi izquierda y Sean está observándome con seriedad, aún usa la misma ropa de ayer por lo que comienzo a creer que esto no va a ir bien.
-¿Una pesadilla?- cuestiona a lo que sonrío y niego con la cabeza de inmediato, trago en seco ya que aún pareciera que las manos de Evan siguen clavadas en mi cuello sin intenciones de soltarme, y, en ciertos momentos aquella mirada de odio aparece en mi mente e interfiere con mi visión haciendo como si la visualizara, como si estuviese frente a mí.
-No- es lo único que puedo responder ante esa mirada suya que aunque me mira con seriedad y curiosidad peligrosa me encanta.
Aunque comienzo a creer que ahora querrá terminar la conversación que no pudimos terminar ayer por que llegaron los policías y… espera -¿En qué momento volvimos a la habitación?- cuestiono intentado recordar y entonces en cuanto hago esa pregunta niega con la cabeza como si no le agradase mucho recordarlo. -¿Acaso me embriague?- asiente con la cabeza y comienzo a asentir como mi rostro comienza a calentarse.
-Vaya, ¿Enserio no recuerdas nada?-.
-Por supuesto que recuerdo algo- añado con total falsedad, no recuero absolutamente nada pero no quiero que crea que soy una chica con problemas de ebriedad.
Demonios Venus, debes tener un control de esto. Que horrible situación, con razón me miraba de esa manera, pero, ¿En qué momento lo permitió si él estaba aquí?
–Aunque no lo creas los recuerdos vienen vagamente, aunque, ciertamente no creí que fuese a hacerlo después de haberlo pensado por mucho tiempo- arquea ambas cejas por lo que comienzo a creer que sería mejor idea si mejor me quedo callada.
-Entonces estás diciendo que lo pensaste, ¿Pensaste en beber aun cuando Jim y yo te lo prohibimos?- trago en seco al ver la seriedad con la que expone cada palabra.
-¿Qué? Por supuesto que… oye, solo me estás engañando ¿No es cierto? Ni siquiera bebí, ya dime cómo es que termine en la cama-.
Sonríe y arquea ambas cejas. -¿Enserio no lo recuerdas?- esa sonrisa me lanza señalas de que hicimos algo anoche de lo que parece estar orgulloso, sin embargo mi mirada se detiene en un frasco de pastillas que está en el mueble de en frente y por consecuencia las palabras de Jim se repiten, “Tómalas cuando vayas a la cama” Diablos, no tome en cuenta que esos policías vendrían, aunque ciertamente sirvió bastante bien teniendo en cuenta que tenía que fingir un desmayo, y creo que fue bastante serio ya que me duele el brazo derecho y la mitad de mi rostro.
Él me está mirando de una manera bastante pervertida, quiere jugar con mi mente así que está bien, sigamos el juego, quizás de esta manera podré aplazar el tema pendiente de anoche.
-Por supuesto que lo recuerdo- le miro de la manera más dulce y sexy que pueda hacerlo y arqueo una ceja, no sé cómo es que lo he logrado pero creo que la situación va bastante bien.
-¿Enserio?- inquiere y parece que esto va perfecto, su sonrisa se borra por un segundo pero de inmediato vuelve a esa sexy sonrisa.
-Por supuesto- respondo y de una manera rápida pero sin dejar de mirarlo a los ojos paso una pierna a su costado quedando sobre él, coloco mis manos a los lados y su cabeza cae sobre la almohada, sus ojos se abren un poco más de lo que deberían y ya no sonríe. -¿Pasa algo? No sé pero creo que has comenzado a asustarte-.
-Yo…- no sé cómo es que puedo evitar sonreír, siento un extraño cosquilleo en mi estómago al verlo de esta manera, parece nervioso y me parece realmente tierno que siga siendo de esta manera, es como si fuésemos
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Editado: 25.12.2019