Siempre Habra Un Amigo

10. NUEVO DESTINO

Palo Alto / San Onofre

Ya hace media hora que estamos listos, son como las cinco de la mañana, Claudia y yo estamos en el carro esperando a nuestros padres, vamos para el aeropuerto el vuelo está a la siete de la mañana siempre queda un poco lejos, no puedo mentir que esto me tiene un poco afligido, aunque es normal que me sienta así, fue en esta ciudad donde residimos un tiempo considerable, aquí tengo a mis amigos, irme es dejar atrás tantos momentos; solo espero que este nuevo cambio sea de manera general y nos sirva, viendo que aun mis padres están un poco demorados, recuerdo que tengo que hablar con Claudia, voy a hacerlo antes de que lleguen ellos y no pueda hablar con ella, después se me olvida.

—Claudia, tengo que hablar contigo— demando ella volea a verme y yo prosigo— ayer cuando fui a buscar los papeles a rectoría, el rector me dijo que ibas mal en algunas materias ¿Qué está sucediendo? — le pregunto, trato de sonar relajado para que no sienta que la estoy regañando.

—la verdad no sé Andrés, las matemáticas no son mi fuerte y en ella incluye todo lo que tenga que ver con número, en español no estaba rindiendo porque no me logro concentrar, estoy tratando de descifrar que está sucediendo conmigo, aún no se— habla con tristeza agachando la cabeza.

—recuerda que yo estoy aquí, porque no me buscaste, sabes bien que te voy a ayudar en lo que me pida— le digo levantándole el rostro para que me mire.

—yo no quiero molestarte, a veces te veo tan concentrado en tus cosas que no te quiero interrumpir, no creas que nunca lo intente o más bien para ser sincera me da miedo que me digas que te estoy molestando y me eches, que me grites diciéndome que no tienes tiempo, como suele hacer mis papás— dice con hilo de voz y sus lindos ojos llenos de lágrimas, se me parte el corazón verla de ese modo, como no me he dado cuenta, me he encerrado tanto en mí que me olvide de ella, ahora sé que es lo que está pasando.

—¡escúchame! — demando acercándome a ella tomándole las manos— tú siempre vas a contar conmigo en todo, nunca te voy a dejar sola, yo estoy para ti, aquí voy a estar cuando me necesites, sé muy bien lo que sientes, yo no quiero que esos sentimientos en ti se agudicen, eres mi hermana la luz de mis ojos te apoyaré en todo, no importa si nuestros padres no te prestan atención yo estoy aquí y siempre te daré mi atención, ¡me entiendes! — hablo mirándola directamente a los ojos, asiente.

—gracias, no quiero sentir que estoy sola en el mundo, solo necesito un abrazo cuando mi mundo se esté cayendo, ahora sé que estás para mí puedo refugiarme en tus brazos, aunque no te niego que a veces los necesito a ellos Andrés— habla con la voz entrecortada por el llanto— tú no te imaginas cuanto necesito yo a mi mamá, nunca ha estado para darme un consejo, nunca ha sido mi amiga, no estuvo cuando me rompieron el corazón, no estuvo en mi primera menstruación, ni siquiera me hablo en que consiste ese proceso en la mujer, tuve que saberlo por sí sola, nunca hemos salido a comer un helado o tener una tarde chica, como cualquier madre e hija suelen hacer, nunca hemos hablado de mis sueños, asimismo es papá nunca he escuchado de que soy su princesa, nunca me ha dado un consejo con respecto a un chico, nunca me ha dicho que si alguien mataría por mí, por quien me haga daño, con tan solo pensarlo, que castraría a cualquier que se atreviera a tocar una sola pequeña hebra de mi cabello, que yo recuerde nunca ha estado cuando yo me he caído, no me levanta y me dice que todo va a estar bien, que solo es un raspón, que soy más fuerte que eso, no ha jugado conmigo a las muñecas, son tantas cosas Andrés que me duelen, ellos no han estado presente en mi vida, todo ese trabajo que se supone que les toca a ellos lo ha hecho mi nana, y agradezco a ella por quererme tanto y hacerme sentir tan bien, poder apreciar lo que se siente un abrazo de una madre aunque no sea la mía, de ellos no he escuchado un “estoy orgulloso de ti”, ni un te amo, es que ni siquiera un simple abrazo que no quita nada, yo necesito a mis padres Andrés— llora desconsolada, sus palabras me tocaron y me duele que ella pase por todo eso, ya yo me he acostumbrado a su ausencia, crearon en mí un caparazón, pero ella no, ella los necesita, yo he aprendido a vivir sin su afecto, aunque no niego que también llevo un vacío en mi interior, al contrario de ella yo si lo he sabido sobrellevar, diera todo para que su corazoncito no cargue ese dolor.

—todo eso que me dijiste yo también lo sentí en algún momento, ya me hice a la idea que no voy a recibir ningún tipo de afecto de parte de ello he aprendido a vivir con eso, yo no quiero que tú pases por eso, eres una niña aún necesitas de ellos, también necesite un consejo, escuchar de parte de mi mamá que soy su hombrecito, por parte de mi papá escuchar un “estoy orgulloso de ti”, nunca los he visto ir a verme jugar futbol creo que el señor Carlo hace mejor su trabajo que él, él es solo la mano derecha de mis papás, no sabes la envidia que sentía cuando todos los padres iban a ver a mis compañeros a jugar, se sentían tan alegres por ellos y yo al contrario tenía al señor Carlo y yo le agradezco, pero ese no es su trabajo, así pasaron los años y yo me acostumbre a su ausencia, que eso me haya pasado a mí no quiere decir que te va a pasar a ti, yo no tuve a nadie a quien refugiarme en busca de un abrazo, pero tú me tienes a mí y mientras yo exista amor no te va a faltar, si necesitas una mejor amiga aquí estaré yo para que me cuentes tus cosas, si necesitas un amigo aquí estaré yo, si necesitas un abrazo los míos te esperan gustosos, eres mi hermana y te amo demasiado, ¡me oyes!— le reitero y ella asiente, aún sigue llorando y sé que no hay nada más efectivo que un fuerte abrazo, la acerco a mí abrazándola, ella deja que sus lágrimas rompan él cause dejándola salir con ganas, dejo que se desahogue, que saque todo el dolor que su corazón está sintiendo, mis padres no se imaginan el daño que le están haciendo a ella el gran vacío que están causando en su corazón ya lo hicieron conmigo está bien, pero con ella no, ellos llevan el nombre de padre, pero nada más el título porque la labor les quedo muy grande, aquí estaré yo para llenar todos esos vacíos que se abrieron en su pequeño corazón, ya que conmigo no lo hicieron yo lo haré por ella no quiero verla sufrir más.



#19529 en Novela romántica
#4005 en Joven Adulto

En el texto hay: mejoresamigos, amor, romancejuvenil

Editado: 11.07.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.