Me siento en la cama rápidamente porque escucho que aplaste algo con mi cuerpo.
Una pequeña hoja de papel se encuentra arrugada en mi cama, la observo y la tomo con mis manos, está doblada en 4 y por fuera no dice nada así que decido desdoblarla y leerla.
Con una letra que reconocería en cualquier lado me doy cuenta de quién la escribió.
Para: Mi pequeña.
De: Tu Harry.
A estás horas tu ya debes estar en tu cuarto, espero de todo corazón que te haya ido muy bien en tu primer día de muchos más.
Desearía mucho en estos momentos estar a tu lado para que me digas (a detalle) como te fue y si hiciste nuevos amigos, espero que sí.
No podremos vernos y hablar mucho últimamente pero voy a tomar este método algo “antiguo” le dicen, y cada ves que llegues de tu secundaria yo te contaré cómo me fue hoy, y espero que tu también lo hagas.
Espero tu repuesta.
Con cariño Harry.
Me sorprende mucho este acto, a él nunca le gustó mucho escribir y mucho menos una carta, el no es de las personas que se dan el tiempo de hacerlo.
Lo aprecio bastante.
Tomo una hoja de uno de mis cuadernos y le cuento las cosas mas importantes que pasaron, evitando contarle lo del incidente con ojos de cielo y el maestro.
Una ves está terminada voy hacia el lado del cuarto de los chicos, entro sigilosamente y la dejo encima de su cama.
Vuelvo con una sonrisa en el rostro, yo… pensaba que él estaría tan ocupado que ni se acordaría de mí, veo que aún le importo.
Llego a mi cuarto y me pongo a hacer mis deberes.
Tres horas después ya terminé todo, ahora me encuentro sentada terminando el cuadro del rostro de Harry, sí, para muchos esto es raro, capaz hasta un poco psicópata pero para mi solo es un acto de agradecimiento.
—¿Qué es pintar el rostro de la persona que te gusta y no corresponde tus sentimientos porque le gusta una “Mujer” (que está en la Universidad) y yo soy solo una niñata de 16 años? —paro de pintar, me alejo un poco para admirar como está quedando— lo sé… nada.
—Ni siquiera se porqué sigo creyendo que sus sentimientos cambiarán, debo seguir con mi vida, él dijo que a pesar de todo estaría junto a mi y con eso me basta. Voy a creer, voy a hacer amistades, voy a confiar, aprender a amar a otras personas, voy a enamorarme… ya me partieron el corazón una vez ¿Por qué no dos?
Escucho pasos a mis espaldas y es aquí donde me arrepiento de haber salido al patio trasero a pintar creyendo que no habría nadie.
Observo el pequeño y viejo reloj en mi muñeca y al parecer ya son casi las 6, Harry ya salió del Instituto y eso significa que…
—Cada ves me convences mas y más de lo patética que eres.
Esa voz, la manera despreciable en la que me habla…Kenna.
Me doy la vuelta y ahí está, un año mayor que yo, compañera de Harry, cabello color jalea, piel blanca como la nieve, cejas espesas, una sonrisa que podría enamorar a cualquier muchacho.
Cualquiera diría que ella no mata ni una mosca, se ve tan tierna y serena.
Quién diría que esa chica haría cualquier cosa con tal de hacerme daño.
—¿Qué quieres?
—Estaba pasando por aquí y el detestable olor a pintura estaba en el ambiente, luego me di cuenta que no hay cosa mas detestable que tu y aquí estoy.
—¿Al parecer no te has tomado el tiempo de olerte verdad?
No se de donde saqué esa valentía, pero mejor le voy rogando a Diosito por que me haga el milagro y me saque de aquí.
—Uh, la niña ya se cree alguien importante para dirigirme así la palabra solo porque estudia en una escuela de riquitos.
—Y-yo no dije eso.
—Escúchame bien, tú no vales nada, estás igual de sola que todos aquí, tus padres te abandonaron porque no te querían, así que no te creas algo que no eres y nunca serás, no creas que por algo de suerte y que estudias allí ahora eres más que yo, todos tenemos un lugar, y tu lugar aquí te aseguro que está debajo de cualquiera de nosotros, no eres nad
Me hubiera gustado darle con el cuadro pero este estaba quedando tan bien que me daba pena dañar lo hermoso que era con el venenoso rostro de kenna.
Sabía que iría donde la directora, que me castigarían como la última vez y lo más posible paz el resto de la noche en aquel cuarto oscuro y abandonado.
¿Por qué?
Pues son las consecuencias de haberle pegado a la nieta de la directora del orfanato.
¿Y que hacía su nieta aquí?
Lo poco que sabemos es que disfruta venir y burlarse de muchas, su madre la tuvo a una edad joven, un día la dejó con su abuela y se fugó con su amante, su verdadero padre había abandonado a su madre cuando este se entero que estaba embarazada.
¿Qué pasó luego?
La niña kenna salió corriendo hacia el interior del orfanato, llorando cual magdalena.
—¡Se atrevió a tocarme ¡Yo solo le estaba diciendo lo bonito que le había quedado el cuadro y me golpeó sin razón alguna!
Sus gritos se escuchaban por todo el segundo piso del orfanato y yo estaba sentada enzima de mi cama, alistando mi ropa, ya se adónde me enviarían.
—Me sorprende tu actitud Terry, pensé que habías aprendido con la última ves.
—¿Qué dijiste? No te escuché Iris
—Yo sí escuché lo que te dijo, pero no debiste reaccionar así, tu sabes como es la niña esa, no le gusta que nadie mas avance aparte de ella, te tiene envidia Terry.
—¿Envidia? ¿A mí? Dime, ¿Qué tengo yo que ella no?
—Aparte unos bonitos ojos grises, una beca en una secundaria privada, de las mejores por si acaso y a Harry.
—¿Harry? Pero…
—¿No me digas que no lo sabías?
—¿Qué?
—No eras la única que estaba enamorada de Harry, entre ellas estaba kenna, ella no te odiaba ni tenía nada en contra tuya, pero cuando se enteró de tus sentimientos por él, y que a pesar de que te dejó en la zona de amigos y él aún seguía contigo, te convirtió en su manera de descargar su odio por el mundo.
A los pocos segundos la directora mandó a llamarme, no me dio tiempo para responderle, solo me despedí de ella con un rápido adiós.
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Editado: 13.06.2021