Era un nuevo día de trabajo, Ashley ingresó al hospital y en el pasillo vio al Doctor Fernández, que era el jefe del hospital acompañado de otro doctor, que se encontraba de espaldas. Ese doctor era alto, de un cuerpo musculoso y trabajado, pelo castaño, pero por algún motivo le parecía familiar. Cuando el doctor se dio la vuelta, pudo ver su rostro y no podía creer lo que estaba viendo, ¡ERA ÉL! ¡ERA JOHN!, su mejor amigo se encontraba frente a ella. En ese momento sus miradas se encontraron y John puso una sonrisa irresistible en su rostro que le quitó el aliento. Ashley sin pensarlo reaccionó y simplemente salió corriendo hacía él y se lanzó a sus brazos sintiendo ese calor y esa seguridad que sólo John podía darle.
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Ashley:
Entré al hospital y allí estaba él, el amor de mi vida, mi mejor amigo, la persona que me podía hacer olvidar todo y de todos. En cuanto vi su sonrisa mi corazón comenzó a latir tan fuerte que sentí que se salía de mi pecho. Corrí hasta él y lo abrace, disfrute de su abrazo, de esos brazos que había anhelado durante años, sentir esa seguridad, ese calor y esa paz que sólo John me hacía sentir.
- No puedo creer que estés aquí- me separe de él para verlo nuevamente y escuche su voz gruesa y que había extrañado tanto.
- -Hola Ash. -
Pude sentir su mirada intensa sobre mí, una mirada diferente que era como si tratara de procesar o descifrar algún tipo de información.
En ese monto escuche la voz del doctor Fernández:
- Veo que se conocen- su mirada era de sorpresa, ya que todos en el hospital me conocían por ser una mujer fría con los hombres. Porque nunca permitía que se me acercaran.
-Me alegro de que así sea porque a partir de ahora trabajaran mucho tiempo juntos, ya que la señorita Ashley es la enfermera asignada a su área doctor John Diaz. -
John abrió sus ojos con gran sorpresa
- No lo puedo creer Ash, porque no me contaste que habías cambiado de trabajo. Esto realmente es una agradable sorpresa-.
En ese momento quería esconderme, estaba muerta de la pena, al recordar que lo he estado evitando en los últimos 8 meses, sabía que el interrogatorio comenzaría en el momento que pudiéramos platicar.
El doctor Fernández, se llevo a John para seguir con el recorrido del hospital y a conocer el resto del personal, mientras que yo, tuve que empezar con mi turno de trabajo. Era hora de mi receso y como siempre me fui a sentar sola a tomarme un café y a leer mi libro sobre ginecología, pero pude escuchar a otras enfermeras hablando del nuevo doctor Diaz y de lo guapo y sexy que era.
No las podía juzgar, ya que John se había convertido en un hombre maduro realmente sexy, si antes me parecía guapo, ahora creía que la palabra guapo se quedaba corta. Trate de ignorarlas y seguir con mi libro, hasta que escuche que una de ellas mencionó mi nombre y dijo que ella me había visto abrazándolo y andaba de ofrecida con él. No lo soporte y me puse de pie, en cuanto escucharon la silla que arrastré a propósito, se percataron de mi presencia.
- No tengo porque darles explicaciones, pero para evitar malentendidos les voy a contar, que el doctor Diaz y yo, hemos sido amigos desde que éramos niños, crecimos juntos. -
Preferí decirles la verdad, para evitar malentendidos, ya que sabía que nos verían varias veces juntos, porque yo pensaba seguir con nuestra amistad. Lo quería demasiado y lo necesitaba como para apartarme de él ahora que ha vuelto. Sabía que debía ocultar mi amor por él, porque él siempre me vio como una hermana pequeña, a la que debía cuidar y proteger, no como mujer.
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John:
Las reuniones en el hospital habían terminado, así que decidí irme a casa. Al salir del estacionamiento pude ver a Ash, iba caminado y un pude dejar de pensar en la primera impresión que me causó en el hospital, definitivamente ya no era una niña, ahora era una mujer con sus curvas bien marcadas, seguía siendo delgada, pero con un cuerpo espectacular.
También me vino a la mente lo que me contó el doctor Fernández, me dijo que Ash era una excelente enfermera, la mejor del hospital, que rápidamente se había adaptado al trabajo y que venía con excelentes recomendaciones del hospital central general. También mencionó que era una joven enfocada al 100% a su carrera, que ahuyentaba a todo hombre que le hablara y que ni siquiera amigas tenía en el trabajo, a pesar de que siempre era muy amable con todos. La verdad me pareció raro, ya que ella siempre había sido alegre y amiguera. Detuve el auto al lado de ella y le ofrecí llevarla a casa, a lo que ella aceptó con gusto y subió a mi auto.
- ¿Qué te parece si compramos comida y cenamos juntos?-
- Claro, me parece perfecto.
El resto del camino fuimos platicando de los detalles del hospital y de lo increíble que era, y de nuestros compañeros de trabajo. Llegamos rápidamente a su casa con la cena, ya que no estaba muy lejos, a unos 15 minutos de distancia en auto.
- Ahora si Ashley, se que la comida está deliciosa, pero no puedo aguantarme más la curiosidad. ¿Se puede saber porqué no has contestado mis mensajes y llamadas en los últimos meses?, realmente me tenías muy preocupado.
Pude notar que su cuerpo se tensó y que estaba algo nerviosa, lo que me pareció extraño, y también se tardó en contestar, como si estuviera pensando que decir. Al fin contestó:
- Lo siento mucho John. Han sido unos meses difíciles, mi madre se mudo con mi tía Ana y luego decidí cambiarme de hospital, lo que me mantuvo muy ocupada. –