1. En Casa

Lucy

Termino de ponerme cómoda y junto con mis compañeras de trabajo, bajamos hacia el primer piso del hotel. Mi vestido de seda se siente muy fresco ante el delicioso clima de Milán. Esta noche en especial, es muy fresca y el restaurante al aire libre es fabuloso. Puedo sentir la brisa tranquilizarme. Llevo ya dos semanas aquí y no quiero irme todavía, sin embargo, mañana es cuando me despediré de este hermoso lugar.

Miro a mi tía Louisa en una de las mesas con todos los modelos y el equipo de vestuario y demás sentados. Charlie, Paulina, Martha y yo somos los únicos faltantes en la mesa. Así que rápidamente nos acomodamos, como siempre, me senté junto a mi tía y a su otro lado se encuentra Claude, su pareja desde hace un tiempo. Aún recuerdo perfectamente el día en que caché al fotógrafo salir de la habitación de mi tía, lleno de labial.

Resultó que llevaban meses siendo amigos con derecho a roce cuando Nico y yo los descubrimos, siguieron así hasta que comenzó a trabajar en la tienda de tía Louisa, él se encarga de la publicidad de su marca y de las fotografías para revistas ya que también mantiene su puesto en la editorial de la revista donde he sido portada ya unas dos veces en los últimos 3 años. Es increíble cómo mi carrera como modelo ha evolucionado.

En fin, de alguna manera dejaron los roces y tienen una relación bastante estable. Creo que él se enamoró primero y mi tía terminó correspondiéndole con el tiempo.

Al estar todos ya presentes, tía Louisa se pone de pie y llama la atención de los demás golpeando ligeramente con un cuchillo, su copa. Le prestamos atención y la escuchamos atentamente.

-Bueno, esta noche ha sido una de las más espectaculares, todo gracias a ustedes, la pasarela de hoy fue un rotundo éxito y estoy segura que nos ganamos a la mayoría de los críticos que estuvieron presentes. Son el mejor equipo que he podido crear, me alegra de que me hayan dado la oportunidad de tenerlos aquí ahora mismo, ver cómo utilizan mis diseños es un orgullo.

>>Así que hago un brindis por nosotros, por este equipo de modelos, sastres, fotógrafos, todos y cada uno de ustedes son importantes, así que salúd. -Alza su copa de vino y yo tomo la mía, la cual estaba previamente servida para cuando me senté. Nos ponemos de pie, alzando la copa y brindamos.

>>Además, ya que esta pasarela fue un éxito, tendrán sus merecidas vacaciones durante el próximo mes. Claude y los demás de publicidad, les harán llegar las fotos de este evento y esperaremos por la revista con las críticas de esta noche los próximos días, les llegará por correo y ya que la temporada acabó, pueden estar libres por ahora. -sonríe y se sienta nuevamente.

Todos aplaudimos y gritamos festejando este hecho. Han sido meses llenos de trabajo, miles de sesiones, ensayos, prácticas, viajes, entrevistas. Creo que ya merecemos un descanso.

-Eres increíble, Lou. -Escuché a Claude decirle.

Los miré.

-Lo sé. -ella sonrió y procedió a tomar su mejilla y dejarlo un beso muy romántico. Miré hacia mi plato y sonreí pensando en Nico.

Ya que soy libre, puedo viajar a verlo a Londres. Estoy emocionada por contarle todo. Quizá también vaya un par de semanas a California. Llevo sin ver a mi familia un par de meses y me hacen mucha falta.

Mi trabajo como modelo de la marca de mi tía es muy ajetreado, casi no puedo ver a mi familia, pero, tengo mis buenas ventajas económicas, además del dinero que gano en otros proyectos como colaboraciones con marcas y cosas así. Actualmente diría que estoy acomodada en Nueva York, viajo mucho y aprovecho cada instante para ver a mi familia y no desperdiciaré esta oportunidad.

A la mañana siguiente, madrugamos a viajar, me separé del grupo una vez hicimos escala en Londres y me aventuré por la ciudad rumbo a casa de mi novio. Ya conozco lo suficiente las calles como para llegar por mi cuenta.

Me adentro en el departamento con cautela, hasta incluso tengo mis llaves. El lugar está vacío, sé que no están ni él ni Will, su ex compañero en la residencia de la universidad y amigo con el que comparte alojamiento. Aún así, soy cuidadosa, no quiero que nadie se entere tan fácilmente que llegué sin avisar. Deseo darle una sorpresa a Nico. Voy directamente a su habitación y preparo todo lo necesario. Al cabo de quizá, media hora, escucho ruidos afuera, así que supongo que se trata de él finalmente llegando. Me doy un último vistazo al espejo y espío por una ranura de la puerta. Lo veo entrar con calma, seguro no está esperando el verme.

Nicolás se ve tan guapo hoy, viene de sus clases, con el uniforme de su facultad, está ligeramente despeinado y con poca barba, apenas notable en su rostro. Luce cansado, pero estoy dispuesta a animarlo un poco. Lo veo acercarse a la habitación, así que corro y me recuesto en la orilla de la cama con las piernas cruzadas y las manos a mis costados, sobre el colchón.

La puerta se abre y de inmediato noto su rostro sorprendido. Se queda congelado con la perilla aún siendo sostenida con su mano. Sonrío con alegría y alzo mis brazos sobre mi cabeza.

-¡Sorpresa! -río y lo veo acercarse con rapidez hacia mí. Me alza de la cama y me abraza con fuerza, para luego proceder a dejarme nuevamente sobre el suelo y plantarme un gran beso en los labios.

-¿Cuándo llegaste y por qué no me avisaste? -exige saber mientras sostiene mi rostro entre sus manos.

-Hace una media hora y porque quise sorprenderlo doctor Andrade. -Respondo acariciando su pecho, más específicamente en la parte de su uniforme con su apellido bordado.

-Te lo voy a perdonar solo porque me encanta que me digas así. -sonrío y rodeo su cuello con mis brazos. Sus manos me abrazan por la cintura y me da un ligero apretón. -¿Qué tal tu viaje a Milán? -pregunta luego de dejarme otro casto beso en los labios.

-El show salió tal y como se planeó y luego fuimos a festejar. Valieron la pena las semanas de preparación.