Lucy
Oficialmente se acabaron mis vacaciones. Termino de empacar porque mañana temprano regreso a California con Gis y luego iré a Nueva York a trabajar. No puedo creer que ya pasó todo un mes. Realmente el fin de semana en España fue mi parte favorita de estas vacaciones. Ya transcurrió una semana desde entonces y Nico ha estado más contento de lo usual. Lastimosamente él tiene que regresar a sus clases y no podrá venir con nosotras. Aunque de todas maneras, solo estaré dos días en casa de mis padres.
Además ya es tiempo de regresar al gimnasio, me he descuidado este mes por simple pereza y con una carrera donde la estética lo es todo, tengo que mantenerme en forma. Aunque realmente no es tan importante solo por esa razón, también para mi mentalidad y salud. Practicar con el saco de boxear siempre me ayuda a liberar todo mi estrés y ansiedad acumulada.
Cierro mi maleta y salgo hacia el salón del apartamento, Gis permanece en el sillón, con las piernas alzadas, abrazando sus rodillas y su vista perdida. Me siento a su lado, ganándome su atención y ladeo la cabeza para verla mejor. Últimamente ha estado así, apagada y algo triste, más específicamente desde el viaje, no sabría decir las razones, no dice nada cuando le pregunto. Nico también ha notado esto, pero no sé qué piensa al respecto.
-¿Ya terminaste de empacar? -le pregunto.
-Sí, espero no dejar nada.
-¿No quieres irte todavía, cierto?
Niega con la cabeza.
-Me la he pasado muy bien, aunque extraño a papá y a los gemelos.
-Seguro tienes mucho que contarles de estas vacaciones, si es que no se lo has dicho todo.
-Sí, de hecho. -mira al frente nuevamente sin soltar sus piernas. -Las vacaciones de verano se me han ido volando, debí aceptar faltar la primera semana de clase, pero no quiero perderme de ciertas cosas, es mi último año.
-Realmente el tiempo pasa muy rápido.
-Sí, ya me tocará postularme para las universidades.
-¿Ya pensaste a cuáles aplicar?
-Quiero probar si me quedo aquí en Londres... pero ya no sé si estoy totalmente segura.
-¿Por qué?
-Porque no sé qué camino tomará Nico cuando se gradúe, para lo cual falta poco, pero lo más probable es que él regrese a Estados Unidos y me da miedo quedarme sola.
-No estarías sola, tienes a Pey, Ethan...
-Me lo pensaré mejor, todavía me queda tiempo. -me interrumpe.
-Sí, supongo que con tus notas podrás entrar en cualquier universidad que quieras.
-¿Nos vamos? -Nico sale de la habitación.
Ambas nos ponemos de pie y tomamos rumbo hacia casa de Ethan en donde su mamá nos tiene preparada una cena de despedida a mí y a Gis. Al menos yo, espero volver pronto.
Una vez llegamos, Ethan es otro raro, está más callado de lo usual, y eso que él habla por los codos. Ha estado así el mismo tiempo que Gis y no sé si solo sea coincidencia. Intento no prestarle atención, al menos mientras cenamos, pero es bastante evidente.
-Nico. -le llamo a mi novio en un susurro mientras le pincho el muslo con mi dedo por debajo de la mesa.
-Dime.
-¿Realmente no sabes qué le pasa a Gis o a Ethan?
-Ni idea, ninguno me ha dicho nada, pero sospecho que algo pasó la última noche en el hotel de España. -él me susurra devuelta y gira su cabeza para ver a los susodichos.
-¿Qué crees que pudo haber sido?
-No se me ocurre nada, es imposible que hayan discutido o algo por el estilo, siempre se han llevado demasiado bien, jamás pelearían.
-Esto realmente es muy raro. -frunzo la boca y él asiente.
Ahí dejamos la conversación por el momento, no queremos parecer irrespetuosos murmurando frente a todos.
***
Al finalizar la noche, mágicamente noto a Ethan contento, siendo él mismo. Me parece extraño porque ha estado callado últimamente y hoy decidió volver a la normalidad. Gisele no se nota muy diferente que los días anteriores, pero también se ve más animada. Si realmente pasó algo entre ellos, al parecer lo resolvieron, no sé cómo.
Quiero hacer muchas preguntas, pero decido mejor quedarme callada, dejaré que Nico me lo informe luego porque él sí que no se va a quedar con la duda.
Me da mucha melancolía despedirme de todos, pero sé que regresaré en cuanto tenga otra oportunidad.
Llegamos nuevamente al apartamento de Nico y es Will quien nos recibe, sentado en el sillón. Realmente no sé dónde se la pasa casi todos los días. Es como, se despierta, se mete en un bucle temporal y mágicamente regresa por las noches. Cuando está en clases, entiendo su ausencia, pero sigue de vacaciones y ahí es donde me surgen dudas porque ni siquiera trabaja. Seguro tendrá sus asuntos, aun así me parece curioso ese detalle.
Me retiro a la habitación y me meto en el baño para desmaquillarme. Mañana estaré cansada luego de este vuelo tan largo con tantas escalas que me toca hacer.
Salgo de vuelta a la habitación en busca de mi pijama y es en la orilla de la cama en donde me encuentro a Nico sentado, con la mirada en el piso y sus codos sobre las rodillas.
-¿Qué tienes? -le pregunto acercándome. No es la primera vez en estos días que lo veo tan pensativo.
-No es nada...
-Nico, no me vengas con esa excusa. -Me siento a su lado y tomo su rostro para verlo directamente. -Dime qué te tiene tan preocupado ¿Es por esto por lo cual no has podido dormir bien estos últimos días?
-Sí... -admite apartando su mirada de mí.
-¿Qué es? -le exijo saber.
-Estoy preocupado por mis notas.
-Pero si siempre has tenido buenas notas. -hundo las cejas.
-Últimamente no, mi rendimiento ha bajado considerablemente a pesar de esforzarme tanto y si sigo así y repruebo en algo, me pueden sacar de la facultad y buscar universidades a estas alturas no es sencillo y dudo que a papá le agrade la noticia.
>>Me faltan tan pocas clases y no sé cómo es posible que mi índice académico esté yendo en picada.