Siempre juntos Chicos (sc Libro #3)

27. ¿Qué pasará?

Lucy

Mis dedos se hunden de mi cabello e intento no jalar con demasiada fuerza las raíces ante la impotencia que siento por la llamada que me ha hecho papá recientemente. La abuela lleva enferma un tiempo, estaba bastante estable, mejorando, pero aparentemente tuvo una recaída y no sabe nada de cómo sigue ahora mismo. Me llamó para decirme que vaya a verla y por supuesto que lo haré. No sé cómo sentirme, hace mucho que no la veo por el tema de que prefiero evitar al abuelo Gabriel. Ahora me siento muy tonta porque no debería importarme verlo, si a quien debo ver es a mi abuela.

-Por favor, en cuanto sepas algo más, me llamas.

-Tranquilo papá, lo haré. -le aseguro.

-Veré cuándo puedo viajar a Nueva York, ahorita mismo no es ideal.

-Tranquilo, tómatelo con calma, la abuela estará bien, te lo aseguro y yo te mantendré al día.

-Bien, te dejo hija, te amo.

-Y yo a ti. -le digo antes de colgar.

Suelto un suspiro e intento mantener mi respiración lo más calmada posible. Comienzo a recoger mis cosas y de repente tengo muchas ganas de llorar, papá se escuchaba muy afectado y culpable a pesar de no haber hecho nada. Supongo que tiene en la mente lo mismo que yo, pero como se sabe, ese hombre que le dio la vida no ha sido una buena persona y papá ha preferido mantenerlo alejado y eso implicaba tener distancia con su madre también. Aun así la llame seguido, no la suele ver demasiado y en el pasado ya han ocurrido este tipo de sustos y ha podido correr hacia donde está, ahora se encuentra en medio de algo importante que le impide hacerlo, eso es desesperante.

Yo tampoco podría estar tranquila si a mamá le sucediera algo así, por eso lo comprendo.

-Lucy, necesito que me ayudes a organizar unas carpetas. -Jess, mi jefa aparece en la oficina, tomo aire y retengo mis lágrimas para verla, ella me ve con bastante duda, evidentemente me noto afectada. -¿Pasa algo?

-Tengo que irme.

-Todavía no es tu hora de salida. -frunce en ceño.

-Lo sé, pero tengo que atender esto, es una emergencia.

Ella deja caer la carpeta sobre el escritorio y da un paso hacia mí para tomar una de mis muñecas para detenerme de seguir guardando mis cosas.

-Lucy, creo que fui bastante paciente contigo desde que comenzaste a trabajar y lo entiendo, ahora tienes dos trabajos, pero realmente descuidas mucho este y últimamente no me has sido de mucha utilidad. -dice y suelta mi muñeca. -Se supone que quieres escalar en esta empresa y a este paso no vas a lograr nada. -agrega y cruza sus brazos mientras se reclina contra el escritorio.

-Lo sé, estoy consciente de ello y lo lamento, pero esto no tiene nada que ver con ningún otro trabajo, es... algo personal.

-Lo personal y lo laboral no tiene por qué mezclarse y mucho menos interferir el uno con el otro.

-Sí, comprendo esa parte pero... -ella alza una mano y me detiene.

-Te voy a aconsejar una cosa, no te sientas superior en este lugar solo por ser familia de la jefa, me he mostrado amable porque creí que serías diferente, pero ya veo que realmente solo aprovechas tus privilegios. Prácticamente haces lo que quieres y sales perdonada.

Aprieto la mandíbula tragándome mis palabras, no quiero decir nada indebido porque necesito irme.

>>Ni siquiera un simple puesto de asistente puedes llevar a cabo con responsabilidad, sin embargo, como modelo no puedo decir lo mismo. Eres excelente, aunque eso no te libra de que también tienes otras responsabilidades por acá.

-Jess, realmente no quiero ofenderte, pero ahora mismo eso no me importa, ni a ti ni a nadie le debo explicaciones, este tema no es un juego, necesito retirarme y la verdad que poco me importan las consecuencias de ello ni mucho menos lo que tú o los demás piensen de mí, yo sé lo que soy, si soy o no una privilegiada o me siento superior, ese no es problema de nadie. Así que me retiro. -termino de guardar mis cosas rápidamente bajo su atenta mirada y me dirijo hacia la puerta.

-Si sigues con esa actitud, no llegarás muy lejos, ni aquí ni en tu carrera profesional. -dice y ni siquiera me molesto en girarme.

-¿Tú qué sabes? No me conoces realmente porque ni siquiera pasas aquí y aunque lo hicieras, no eres quien determina cómo será mi futuro, solo yo puedo saber hasta dónde llegaré y tus palabras no cambiarán nada. -digo y sin esperar respuesta me retiro.

Hasta el momento, Jess había sido una persona muy agradable, ella me ha instruido muy bien todo este mes que llevo trabajando en Modelou, fue una jefa ejemplar, ahora no entiendo de dónde nace su actitud de hoy y mucho menos sus comentarios innecesarios. Comprendo que le moleste que yo pase bastante ausente, pero solo soy una asistente, realmente no soy primordial, sin embargo, por ese motivo no tiene que meterse con mi vida personal y hablar de mi futuro de esa manera.

Detengo el elevador y en cuanto se abren las puertas del mismo, me sorprendo al ver nuevamente a Alan, parado frente a mí, todo como la primera vez. Ahora está solo, pero ni siquiera le presto atención, mi mente solo piensa en que debo llegar al hospital por mi abuela pronto.

Recuesto mi espalda contra una de las paredes metálicas del elevador y juego con mis manos. Mi tristeza de hace rato se había disipado por las emociones que me causó esa conversación con mi jefa, sin embargo, ahora vuelvo a sentir angustia y desesperación. Un tic nervioso me ataca la pierna y no dejo de moverla mientras muero de ganas por morderme las uñas.

El elevador se detiene, creyendo que llegué a mi destino, doy un paso adelante, pero no se abre y ahora que lo pienso, no escuché que sonara ese timbre que suena al llegar. Cuando levanto la mirada, veo que estamos en el piso 3 y no se abre nada. De repente, las luces se apagan y siento que esto no puede ser una peor pesadilla.

-¿Qué está pasando? Muévete. -escucho a Alan murmurar mientras presiona los botones del tablero.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.