Alex
Toco la puerta de la habitación de Hattie y espero unos segundos. Ella me abre y me da una sonrisa que sigue sin llegar a sus ojos.
Sigue un poco deprimida por lo que le sucedió y la entiendo, he estado con ella todo este tiempo y aunque está mejor que hace una semana, sigue sin ser ella realmente. Se ha encerrado en sí misma, lo cual suele ser cosa mía, no suya. Ahora mismo mi tarea ha sido animarla a diario porque no me gusta verla así. Es todo un proceso, pero vamos avanzando.
Ambos salimos de la residencia femenina y comenzamos a caminar por el campus sin dirección exacta. Esto lo hacemos seguido desde antes del incidente, ahora ha sido útil el hecho de solo andar dando vueltas.
-Hoy te maquillaste un poco más. -le digo luego de un ligero silencio.
-Ah... Sí, extrañaba un poco mis delineados, aun así no quise hacerme demasiado.
-¿Cuándo para ti un delineado ha sido demasiado?
Ella ríe ligeramente.
-Nunca. -Alza la mirada hacia el cielo. -Papá siempre me dice que desde pequeña he sido muy vanidosa y eso solo aumentó cuando comencé a maquillarme.
-¿Crees que lo eres?
-Tal vez sí, un poco.
-Yo diría que sí.
-¿En serio?
-Sí y bastante.
-Cosas de chicas supongo. -duce y se encoge de hombros.
-¿Qué harás en vacaciones?
-Solo quiero dormir mucho, luego de exámenes estaré agotada ¿y tú?
-Creo que iré a Nueva York, mi abuela ha estado enferma, así que la iré a ver. Mi hermana ha insistido.
-Oye, ¿qué se siente que tu hermana sea famosa? -Cambia de tema y agradezco eso, aunque no sea cercano a mi abuela, igual me afecta pensar en su salud, tomando en cuenta sus antecedentes clínicos.
-¿Famosa? Bueno, no sé, no es como que me importe demasiado. Con tal de que esa fama no me afecte, me da igual.
-Siempre te dan igual la mayoría de cosas.
-Es la manera más fácil de vivir. -Ahora yo me encojo de hombros.
-Me alegra que yo no sea de esas cosas.
-¿Por qué lo serías?
-La mayoría de personas suelen verme con lástima o cosas así, así ha sido desde que comencé con mi transición.
-La gente suele ser así cuando haces algo fuera de lo normativo.
-Sí, pero creo que he aprendido bastante bien a manejar esas situaciones. Además he comenzado a apreciar más a la gente que me trata normal, sin juzgar y a no tener miedo de decirle al mundo que soy una chica trans. Estoy muy orgullosa de ello. -dice y alza el mentón. Se ve muy segura de sí misma y me alegra ver ese cambio repentino.
Coloco uno de mis brazos en sus hombros y le di un apretón.
-Me gusta esta Hattie segura de sí misma.
-A mí también me gusta sentirme así, aunque no sea una actitud que tenga todo el tiempo.
-Es mejor que sea momentáneo a que sea nulo y nunca pase.
-Sí, tienes razón. -sonríe y finalmente esta llega a sus ojos.
-Oye, me gusta que empecemos a intercambiar de papeles nuevamente, tú eres la que debe incitar a salirme de mi cueva, no yo a ti. -digo y suelto sus hombros.
Ella ríe nuevamente.
-Lo sé, pero vamos de a poco. Ya no pienso tanto en lo que pasó, es como, ni siquiera lo recuerdo. -frunce el ceño ligeramente. -Aun así me sigue perturbando lo que pudo haber pasado.
-Pero no pasó.
-No pasó. -repite aligerando el gesto. -Eso me ayuda a calmarme un poco. Mis padres insistieron en que fuera a casa un tiempo, pero allí seguro me deprimiré.
-¿Por qué lo dices? Siempre me hablas de la buena relación que tienes con ellos.
-Sí, pero ellos suelen ser muy alegres todo el tiempo y ese día en la comisaría... No había alegría en sus caras y eso me derrumbó, no iba a poder estar frente a ellos si iban a permanecer así.
-Claro, fue difícil de asimilar.
-Sí, creo que fue mejor quedarme aquí, me has ayudado mucho. Tu rostro. -dice y alza su mano para señalarme a la cara. -Ha seguido igual desde ese día, mientras que los demás que se enteraron, todos tenían ese mismo gesto preocupado o de miedo de decirme algo que podría hacerme sentir mal.
-Supongo que ser nada expresivo ha sido útil.
-Lo único que cambió un poco en ti, fue tu mirada, estaba más vacía de lo normal, aunque no era demasiado, lo noté, creo que era por el enojo de la situación. Solo fue cuestión de unos días para volver a la normalidad.
-¿De verdad notaste algo así? -alzo las cejas.
-Sí, creo que te conozco mejor de lo que debería.
-La única persona que sería capaz de notar cosas tan insignificantes es mi hermano Derek, me conoce desde antes de nacer, no creí que alguien más podría hacer algo así.
-Quizá es por la confianza... siento que confío más en ti que en mis padres. -niega con la cabeza. -Sé que no te gusta el término de "mejores amigos" así que realmente eres mi mejor confidente.
-¿Mejor confidente?
-Creo que es la manera ideal de llamar a esta amistad.
-¿Por qué no solo confidente?
-Porque considero que estás a un nivel más alto que eso, creo que existen ciertas escalas, pero esta es la más alta, yo definiría "mejor confidente" a ese alguien que apareció en tu vida y se sintió como si hubiese estado ahí siempre, que además desde casi el primer día pudiste abrirte con él o ella y contarle cosas que ni a tu mejor amigo le dirías.
Bufo y sonrío ligeramente.
-Supongo que también podría identificarte con eso.
-¿Realmente me has contado cosas que no le has dicho a nadie?
-Un par, tal vez. -digo y llevo mis manos a mis bolsillos. -No te diré cuáles.
-Igualmente soy una tumba.
-En una tumba terminarás si me entero de que contaste algo mío. -La veo y ella se echa a reír.
-Ponme en un ataúd rosa de Hello Kitty al menos. -dice y me empuja por el hombro.
-¿Estás insinuando que quieres ir por ahí contando mis secretos?
-No, solo te lo aviso con anticipación por si llega a suceder algo.
-Bueno, lo que digas ¿Buscamos algo de comer?