Lucy
Los últimos tres días los he dedicado a hacer planes, he charlado por las noches con Amara, intentando conseguir información útil. Ella con todo gusto aceptó ayudarnos, ya que esto es algo que indirectamente le afecta también. ¿Puedo confiar en ella? Estoy segura de eso, sé cuando alguien no es sincero y siempre lo ha sido desde que nos conocimos, es muy amable y abierta, es de esas personas que no saben mentir porque hasta la más mínima mentira los llena de remordimiento. Así que es una gran arma que tengo a mi favor.
Cada día que pasa es crucial para salvar a Modelou, porque esto ya es una guerra, alguien de dentro del equipo nos traicionó y nos puede llevar a la quiebra y por supuesto que no lo voy a permitir.
No obstante, por hoy no pienso demasiado en ello, tengo mucho trabajo por hacer y estoy en espera de la llegada de mis padres junto con los gemelos dentro de poco, ya que vendrán a ver a la abuela. Ninguno sabe todavía de su cáncer, pero seguro también les caerá muy mal al estómago. Especialmente a papá, puesto que es su madre.
Veo los papeles que tengo enfrente y muchos pensamientos pasan chocando por mi cabeza. Necesito dormir y mucho, pero no me lo puedo permitir con todo lo que hay por hacer.
Unos toques a mi puerta me distraen, corro a abrir porque escucho la voz de mamá. Abro y al primero que veo es a papá. Así que me abalanzo a abrazarlo, él besa mi cabeza contento, me hacía mucha falta verlo. Abrazo igual de fuerte a mamá, quien no para de besar mi mejilla y por último abrazo a los gemelos, uno con cada brazo. Ellos se notan tensos y eso me hace crear muchas dudas.
Dejo pasar ese detalle de a momento y los cuatro ingresan a mi apartamento con su equipaje. Limpié y ordené muy bien mi desorden antes porque quería ahorrarme los regaños de mamá, ella no pone ninguna queja y se lanza a mi sillón.
-Lamento no haber podido ir al aeropuerto, tengo muchísimo trabajo acumulado por hacer. -digo recogiendo mis papeles.
-No te preocupes hija, entendemos. -mamá me responde con una sonrisa.
-De todas maneras no te vinimos a ver a ti. -Dany suelta mientras hurga en un estante.
-Daniel... -mamá lo regaña.
-Descansaremos un rato y nos iremos donde la abuela. Así sigues trabajando. -papá me dice.
-Les preparé un bocadillo rápido, ¿tienen hambre?
-Mucha. -los gemelos responden al unísono.
Aunque parecían tensos entre sí, al parecer siguen siendo ellos.
-Vayan con su hermana y nos traen la comida. -Mamá les indica sacudiendo la mano. Ambos refunfuñan y me siguen hacia la cocina como pollitos.
-¿Se puede saber qué les pasa? -les digo al notarlos tan callados. -Por lo general siempre son muy revoltosos e inquietos, hoy están muy bien portados.
-Ya no somos niños, Lucy. -Dylan me dice.
-Podrán tener diecisiete, pero eso no quita el hecho de que son inmaduros e infantiles, Los vi no hace mucho, no creo que hayan cambiado en tan poco tiempo. -me cruzo de brazos y los veo parados uno junto al otro. Ni siquiera se atreven a verme a la cara.
>>Sí, definitivamente algo tienen.
-No es... nada. -Dan dice.
-¿Hicieron enojar a mamá? Porque es lo único que se me ocurre que pueda llegar a afectarlos así.
-No tiene que ver con mamá. -Dyl responde.
-¿Entre ustedes? -alzo una ceja. -¿Por qué? ¿Qué pasó? Casi nunca discuten, bueno sí, pero siempre es por estupideces y se reconcilian a los dos minutos.
-Hija, será mejor que no los interrogues. -papá aparece y se posiciona tras ellos, coloca una mano en el hombro de cada uno y los aprieta. -Digamos que tuvieron su primera discusión grande y apenas están trabajando en la reconciliación, ¿o no, hijos?
-Sí... -responden y resoplan a la vez. Incluso hacen el mismo movimiento de cabeza viendo hacia el lado contrario de donde está el otro.
-Traigan los bocadillos, me llevaré a Lucy. -Les dice empujándolos hacia adelante, incitándolos a moverse. Estos se apartan y yo camino en dirección a papá.
-Todo está en una bandeja en el refrigerador, traigan el jugo también. -les indico antes de salir de la cocina. -¿Qué pasa? -le pregunto de inmediato.
-Verás, sé que como hermana mayor, vas a intentar intervenir entre ellos, pero te pido de por favor que no lo hagas, esto era algo que siento que tenía que pasar para que de alguna manera supieran lo que es vivir sin el otro. -me dice bajando su tono de voz.
-¿Vivir sin el otro?
-Bueno, te explico brevemente, tus hermanos discutieron, el problema está en que uno ocultó cosas y el otro no quiere escuchar. Han estado distanciados durante los últimos días y se nota que están sufriendo porque jamás habían permanecido tanto tiempo sin hablarse, desde el útero son inseparables. Ni a tu mamá, ni a mí nos gusta la situación, pero creemos que lo mejor es dejarlo resolverlo entre ellos. No toda la vida van a estar juntos.
-Y tienen que aprender a estar sin el otro aunque sea temporalmente. -termino por él.
-Sí, claro que los apoyamos y hablamos con ellos por separado, pero nada más, eventualmente se reconciliarán, creo que están avanzando en eso porque al menos comenzaron a dirigirse la palabra e interactuar, más no han hablado del asunto, en cierto punto tendrán que hacerlo, no pueden vivir ignorando lo que pasó.
-¿Realmente crees que lo mejor es no intervenir? Recuerdo una vez que discutí por una estupidez con Rubén y me negaba a hablar con él... -Me río ligeramente. -Fue gracias a los demás que resolvimos las cosas, fue un poco forzado, pero funcionó.
-Lo sé, ustedes aprendieron muy bien a lidiar con los problemas de su círculo, pero ahora mismo todos mis hijos están viviendo sus vidas por separado, tienen otras cosas por hacer. Además, ya van por mejor camino. -me dice acariciando mis hombros y dedicándome una sonrisa mientras ve cómo mis hermanos cargan la comida que preparé. Uno lleva la bandeja y otro trae vasos y jugo.