Dylan
-¿Irás a ver a Jayce cuando lleguemos a California? -Dan me pregunta, sentado a mi lado en el avión.
-¿Tú irás a ver a Thaly?
-No respondas una pregunta con otra. -me golpea el hombro.
-Creo que por ahora no pensemos en eso. La primera persona que debemos ver es a Gisele.
-Sí, definitivamente le debemos una disculpa.
-Primera vez que quieres tomar esa iniciativa.
Él suspira.
-Es nuestro deber como mejores amigos, quiero llevarme el crédito luego de disculparnos y volver a lo de antes.
-Claro. -Ruedo los ojos y me pongo mis audífonos para dormir en lo que queda del viaje.
Llegamos de vuelta a casa y Dan no tarda en caer boca abajo en su cama. Le tomo una foto una vez está babeando la almohada para un futuro sticker.
"Ya estoy de vuelta en California" le envío a Jayce y me quedo en su chat esperando a ver si está despierto.
Estos días no hemos hablado demasiado, aunque sí le envié algunas fotos de Nueva York. Ya sabe que arreglé las cosas con mi hermano y sobre cómo sucedió. Se rió mucho, ya que siente que mi explicación fue muy dramática. Claro, aún no le he contado que me aterra la sangre. Pero admito que sí, es raro escuchar que te reconciliaste con alguien porque te golpeó con una puerta.
"Voy a tu casa mañana" vuelvo a escribir cuando no veo respuestas. Apago mi teléfono antes de arrepentirme y me acuesto pensando en que probablemente esté dormido.
***
-Suerte, llámame por cualquier cosa y vendré rodando. -Dan me dice volviendo a subirse a su patineta. Yo levanto la mía del suelo y lo veo.
-Solo procura que no te atropellen en el camino.
Dan alza las manos.
-Iré con cuidado, lo prometo. Tal vez vaya a casa de Gis a contarle de esta situación tuya visitando a tu enamorado.
-Cállate, solo estaré un rato, te alcanzo allá después. -lo empujo y obligo a irse rápido antes de tocar el timbre.
Jayce me abre, hay una sonrisa en su rostro junto con mejillas sonrojadas. Su cabello castaño está revuelto, pareciera recién bañado, ya que huele a jabón y perfume.
Se ve bien.
-Hola. -le digo.
-Hola... pasa. -me dice y yo agradecido entro en la casa.
-¿Estás solo?
-Mi hermano está en clases y mis padres no llegan en un rato, así que sí. -Dice y me dirige hacia los sillones. Ambos nos sentamos frente a frente. -¿Qué tal el viaje de regreso?
-Dormí mucho y el agotamiento fue terrible, no me quería levantar en la mañana para las clases.
-Atravesaste casi todo el país en avión, evidentemente lo ibas a estar. -Coloca un codo en el respaldo del sillón y estira su brazo hasta casi tocarme el hombro. -La fiesta del viernes estuvo un poco aburrida sin ustedes, no me había dado cuenta de que sin su presencia, hay una gran diferencia.
-¿De verdad? -alzo las cejas.
-Además no tuve con quién hablar en el balcón. -Ladea su cabeza y vuelve a sonreír.
-Los balcones sin mí son aburridos. -Bromeo llevándome una mano al pecho.
-Sí, definitivamente. Pero ya otra vez estás aquí, podrías recompensar esa velada aburrida. -dice y estira sus dedos un poco hasta finalmente llegar a mi brazo.
Sonrío ante eso.
-Jayce... ¿Te puedo preguntar algo? -Me giro en mi lugar para quedar frente a frente. Él se queda un poco confundido y nervioso, quizá porque me he acercado, pero se relaja rápidamente.
-Sí, claro.
-Quiero que seas sincero para tener las cosas claras entre nosotros.
-Eh... sí. Aunque no sé qué es lo que quieres tener claro.
Suspiro y busco su brazo, aún en el respaldar del sillón. Lo bajo de ahí y tomo su mano. Mi gesto lo toma por sorpresa y nuevamente se ve nervioso.
-¿Yo te gusto? -pregunto y pareciera quedarse en blanco durante varios segundos. Como si lo hubiera descubierto, así que una risa nerviosa sale de su boca mientras baja la mirada.
-Sí... me gustas. -admite y veo que se ha sonrojado.
-¿Desde cuándo?
-No lo sé... me gustaba verte a lo lejos en las fiestas, solo que no me atrevía a hablarte. Thaly nos quiso presentar, pero me negué, no quería conocerte e ilusionarme porque no sabía siquiera si te gustaban los chicos.
Inclino mi cabeza y vuelvo a acercarme.
-Si te invitara a una cita, ¿aceptarías?
Eso hace que levante la mirada de inmediato, impactado ante la situación. Vuelve a reír nervioso, sin saber qué decir en un principio, pero asiente frenéticamente.
-Sí, sí lo haría... pero...
-¿Pero...?
-Yo... tú... ¿También te gusto? Porque no estoy dispuesto a ilusionarme y ser parte de un proceso de autoaceptación o un limbo en donde no tienes claros tus sentimientos... -comienza a hablar sin siquiera respirar, por ello lo interrumpo.
-No es nada de...
-Es que con lo que te pasó hace menos de un mes... admito que moría de celos cuando me hablabas de ella pero... -continúa parloteando sin descanso. -Lo siento, eso me tiene pensativo, además sé que nunca has tenido pareja antes y quizá solo quieres jugar, pero es que yo no...
Suspiro de manera escandalosa.
-Ya cállate. -digo alzando mis manos para poder sostener sus mejillas y plantarle un beso. Uno que inicialmente detiene y me aparta, cruzamos miradas unos segundos, pero no tarda en devolverlo.
Nos besamos como si hubiésemos esperado mucho tiempo para hacerlo. Aquí es cuando entiendo cuál era mi propósito al venir a su casa. Necesitaba aclarar mis ideas, saber si estaba verdaderamente interesado en él o volvía a ser una etapa o un malentendido como lo que pasó con Evelyn.
Definitivamente esto no lo es. Su calidez, su cercanía, sus labios... todo se siente bien y correcto. Sonrío y niego con la cabeza, despegándome de él, quien se inclina hacia mí, buscando mis labios, más no le concedo sus deseos, apartándome.
-¿Qué? -me pregunta entre risas. No parece haberse tomado mal mi repentina separación.
-Es solo que lo tengo todo más claro ahora.