Esta solo es un recordatorio de cuando era niña, para lo que viene después...
(Desconocido):
Un callejón oscuro, es todo lo que veo al despertar.
¿Qué hago aquí?
Un vampiro idiota me agarro con la guardia baja, solo por acostarme con su novia. Y en mi defenza yo no sabia que tenia novio.
Algo chocó contra mi pecho, era una pelota.
Tuve la intensión de cazar a mi próxima victima, deslumbre su sombra, era una niña. Su sangre era muy atrayente todo lo que quería era tomar todo de aquella niña y protegerla.
Se notaba su inseguridad. Me quede en shock por un momento para después ir por la pelota, una vez en mi mano aquella niña hablo.
-Umm...¿me puedes entregar la pelota?--preguntó. Su corazón estaba acelerado.
Empezó un recorrido por toda mi persona, frunsí el ceño, ¿cómo es que una niña me examina y me pone nervioso?
No podía dejar de mirar sus ojos, si bien era de un color marrón común para muchos, para mí eran especiales.
Sin dejar de mirarla la entregue la pelota.
Cuando vi que ella ya estaba dando un pasa para dar la vuelta y marcharse se detuvo.
-Estas sangrando, ¿quieres que te ayude?--Asentí con la cabeza.--¿cómo te llamas?
Hizo un recorrido en toda mi persona. ¿cómo es qué una niña me puede poner nervioso?
Llegamos a un parque, y ahora estamos bajo un árbol.
La niña saco una caja que tenía una cruz roja en el centro de la caja. No se si se lo han preguntado ya, pero ella respondió a mi pregunta.
-Nunca se sabe que pueda pasar, como dicen mejor prevenir que lamentar.
No respondí.
Se acercó a mí y empezó a pasar suavemente el algodón en donde estaba la herida, y lo único que limpio fue la sangre ya que aquellos rasguños ya habían sanado.
-Creo que no era tan grave, ya no queda nada.
-Supongo que sí.
-No me dijiste tu nombre.
-Y no te lo voy a decir, es algo que prefiero quede en el anonimato.
-¿Qué es anonimato?
-Que mi nombre te sea desconocido.
-Ohh...bueno ya me tengo que ir. Chau.
No espero mi respuesta solo se fue corriendo.
Quería estar cerca de ella, la necesitaba.
Esa misma tarde nos volvimos a encontrar, y claro no fue una casualidad. Me interpuce en su camino cuando ella jugaba en la calle con otros niños.
Aquella niña me saludo y yo a ella.
Me acerque hasta donde estaba.
-La última vez me olvide de agradecerte por ayudarme.--Yo inventando un floro barato.--Así que te quiero invitar un helado en agradecimiento.
-Lo siento; pero, no. Mi mamá dice que no le debo aceptar cosas a desconocidos.
-Y tú mamá tiene mucha razón, entonces quiero que aceptes jugar conmigo.
Se puso pensativa, pero acepto.
Me pase la tarde consintiendo a Kheily, algo que nunca había hecho por nadie, sin embargo llego la hora.
Pasaron días desde que cada día me encontraba con Kheily, me tomo mucho que me tomará confianza, esa niña era alguien difícil de conquistar.
2 años después.
Todas loa noches o tardes iba a la casa de Kheily, claro cuando ella estaba despierta. Mi excusa perfecta para no darle explicaciones de como es que puedo entrar a su cuarto por la ventana es, soy mago.
Cada vez queria más a esa niña, se me a vuelto un hábito estar cerca de ella.
-Te quiero contar algo.--Me dijo.
-Dime.--Respondí. No puedo creer que dolor junto a ella puedo ser tan cariñoso.
-Hay un niño que me dijo que si quería ser nuestro novia. Y yo no se que decirle.
Que se pusiera nerviosa al contarme eso hacia que sangre hirviera y unas ganas de matar a alguien, sí eran celos y no lo niego.
-No.--Le conteste firme y duro.--Cuando crezcas tu vas a ser mía.--dije posesivo.
Al verla temerosa y confundida todos mi odio se esfumó por completo.
-Tu aun eres muy chiquita para eso, eso vas au pensarlo cuando seas grande nada mas. Ahora me voy tengo cosas que hacer.
Me despedi dandole un beso en la frente.
Hasta un cierto tiempo me pregunto por mi nombre, se enojo mucho cuando se dio cuenta de que no se lo diría. Fue muy persistente con el asunto mas no se lo dije y como resultado me ignoro durante una semanasí no se lo he dicho hasta ahora y no lo voy a hacer. Es muy persistente con lo que quiere saber aunque tiene un límite donde se molesta y me ignora, es su forma se ponerse gruñona.
También me pregunta como es que puedo subir al segundo piso de subir casa y entrar por subir ventana.
Cosa que aunque le dijera no me creería así que solo soy un gran atleta.
-¿te puedo preguntar algo?--me dice mirándome. Esa mirada solo quiere decir que es algo sobre mí.
-ya lo hiciste--digo riendo.
Ignoro mis palabras y continuó.
-¿por qué siempre estas aquí?--dice en voz bajita.
Trago saliva para responder--pues porque me gusta estas contigo eres una gran compañía--es cierto aunque no del todo.
--esta bien--dice y me da un beso en la mejilla, se que es muy meloso, pero a ella no le puedo decir nada.