James me había acorralado en su habitación, no me dejaba salir estaba parado en la puerta inpidiendome el pase.
-Déjame salir o grito. Juro que grito.
-No--dijo con simpleza.
Intenté llegar al pomo de la puerta mas se me fue imposible llegar, nuestros rostros estaban tan cercas que sentí una briza helada atravesar mi cuerpo. Sujeto mis mejillas atrayendo mi rostro al suyo.
-No lo hagas.--dije en susurró, que parecía más forzado que por voluntad. Puse mis manos en su pecho empujando lo con fuerza y claro que eso no servía de mucho.
Cuando nuestros labios estaban apunto de juntarse la puerta fue abierta de golpe. Blake al ver la situación en la que no encontrábamos llego a nosotros agarro del cuello a James para estampar lo contra el piso.
-Basta, no sigas--no escuchaba estaba consumido por la rabia.--detente. James intento propinarle un golpe, pero fallo. Al contrario de Blake que sin inmutarse le rompió el cuello y lo dejo tendido sobre el piso.
Me miro, se acerco a mí con una velocidad impresionante y estampó mi cuerpo contra la pared, no lo hizo con demasiada fuerza me sujeto del cuello apretando lo suficiente, pero sin lastimarme.
-No entiendes que toda tu me pertenece, solo deseo apoderarme de tu cuerpo y borrar cualquier rastro de él.
No me dejó hablar solo me besó con desesperación y yo le respondí gustosa.
Necesita sus besos, necesitaba sus labios sobre los míos, ambos subsionabamos los labios del otro, ambos habíamos estado esperando por esto.
Me sujeto de la cintura y me levanto para que yo entrelasara mis piernas en él.
En un rápido movimiento ya nos encontramos en su habitación, con él sobre mí.
Sus labios descendieron a mi cuello, yo soltaba suspiros.
Sus manos iban y venían di mi cintura a mis muslos, mis gemidos cada vez se hacían más fuertes, mi poca cordura estaba desapareciendo con cada caricia que él me daba.
Tuvo la intención de marcarme otra vez, pero lo detuve.
-Espera--dije poniendo toda fuerza de voluntad para salir de aquel deliciosa satisfacción que me provocaba. Lo miré directamente a los ojos. Pase saliva.--No quiero otra marca en mi cuello.
-Y que si yo quiero hacerlo--dijo.
-Sí lo haces yo te hago lo mismo.
-Trato hecho.--dijo.
Ahora yo estaba sobre él. Sonreí, aún no le haría la marca, ataque sus labios y empecé a moverme sobre él, sentí algo duro en mí trasero, su pene está erecto.
Escuché un gruñido de su parte sus manos viajaron a mi cintura para poder mover mi cuerpo a su antojo logrando su satisfacción.
Solté un gemido que hizo que sus manos sujetarán más fuerte mi cintura causándome dolor, presentía que eso me dejaría marca.
Bese su cuello subsionando de a poco su piel hasta que lo hice, le dejé una marca.
-Mi turno.--dijo. Cambio nuestras posiciones.
Solo quería sentirlo.
-Lo necesito--dije buscando más fricción contra su mano.
Me sentí satisfecha cuando terminó.
Blake se recostó a mi costado pasando su brazo sobre mí cuerpo.
Su rostro estaba entre mi cabello aspirando con fuerza su aroma.
Al despertar Blake ya no se encontraba a mi costado, pero en su lugar en los pies de la cama se encontraba un vestido color azul.
¿No era más fácil traer un polo y ya?
Me di un baño, me vestí y salí de aquella habitación.
Al llegar a la mía, James se encontraba recostado sobre mí cama. ¿Enserio? No quería saber porque razón es la que se encontraba en mi habitación y sobre mi cama.
Así que decidí irme antes de que despertará. Al dar solo un paso me vi interrumpida por alguien.
-Pasaste la noche con él no es así.--creo que ya sabe la respuesta no se porque lo pregunta.
-¿Quién es él?--pregunté desentendida.
Apretó la mandíbula.
-No me hagas perder la paciencia.
-Bueno, entonces sera mejor que me valla--dije dándo pasos hacia la puerta.
Mi cuerpo fue estampado contra mi cama, sus labios se acercaron peligrosamente a los míos.
-No, esto no es correcto.--deje tratando de levantarme mas él no me dejó.
Necesitaba decirle algo más, algo para que deje de intentar esto. Y sí, mi miedo es que yo caiga en la tentación de besarlo y si lo hago una no poder parar, y no pienso jugar con Blake y James, no soy ese tipo de persona.
-Sabes que yo le pertenezco, soy suya, él es mi alma y contra eso nada puedes hacer. Sabes lo que significa pertenecerse.
Tuve que decirlo no había otra manera de alejarlo.
Su rostro solo demostraba enojo y sin decir más se fue dando un portazo detrás de él.
Mi corazón estaba acelerado.
-Busca la espada. Encuéntrala. Mátalo.--Escuchaba esa voz como si alguien estuviera atrás mio, pero no había nada.
De pronto una escena apareció frente a mí.
Era una batalla de cientos de personas.
La que principalmente llamó mi atención fue de aquella que se parecía a mí contra un vampiro.
Aquella mujer traía en las manos una espada que atraía la atención de cualquiera y con aquella espada atravesó el pecho de aquel vampiro, todos dejaron de luchar y sus miradas se concentraron en el vampiro y en aquella mujer.
Desperté con una sensación de matar, no se porque tenía estos sueños derrepente.
Dentro de unos meses cumpliría diesiocho años.
Y cada año solo deseaba poder ver a mi familia y sinceramente hasta me daban ganas de tener las fuerzas suficientes para olvidarlos, poder borrarlos de mi memoria.
Pude convencer a Blake de por fin poder ir ala universidad había terminado el colegio en casa con clases por internet no era mi opción más viable pero no podría hacer nada, pero en la universidad tendría que cambiar, Blake insistía en que él podría darme lo que necesito y lo que quiero, en otras palabras mantenerme, pero no yo no quería solo ser ese tipo de mujeres que no hacen nada y dejan que el hombre haga todo, aunque la idea es tentadora no lo niego, pero si en algún momento decido alejarme de Blake necesito algo a lo cual sostenerme. Además era aburrido estar todos los días en esta casa.