Ver su garganta desgarrada fue felicidad para mí, una escoria menos en el mundo.
Una respiración errática proveniente de la puerta me hizo girar y ver a una niña no mayor a diez años contemplando ese cuadro.
No se veía que sintiera tristeza por el hombre que acababa de matar, su atención estaba sobre mí. Al parecer ese saco de hueso tirado en el piso la había lastimado mucho tanto así para no sentir ni un poco de pena para al que ella llamaba padre.
Sentí lastima por ella y por sus hermanos que no tenían la culpa de esto.
Al llegar a la mansión Ann se encontraba en la entrada conversando animada mente con James y Andrew.
Al notar mi presencia todos guardaron silencio.
Ann miro mi ropa un poco asqueada ya que se encontraba salpicada de sangre, la comprendo volverme vampira hizo que todos mis sentimientos y emociones se fortalecieron, incluso esa oscuridad que no salío a relucir cuando era humana y por tanto nadie lo había notado.
-¿Qué sucedió contigo?--Preguntó seria.
-Una escoria menos en el mundo.--Esa fue mi respuesta. De mi inmediato sentí el aroma de mi vampiro, me encantaba tanto tenerlo cerca, mire hacia la baranda de la segunda planta donde él se encontraba, haciendo que me derrita ante él.
Comprendí que quería hablar conmigo, así que deje a un lado a Ann, Andrew y James que por cierto seguía observándome con determinación en cada paso que daba.
Al llegar a su habitación lo primero que hizo fue atacar mis labios robandome un gemido y el aliento, su beso fue impaciente al parecer estaba ansioso, algo le sucedía.
No dude en responder. Sus deliciosos labios me encantaban poder mordisquearlos me volvía loca. Al acabar ese magnífico beso. Me miro muy serio.
-¿Qué paso después de que le rompieras el cuello a Jack?.--Cuestionó un tanto preocupado.
-Fue como los otros sueños, solo que esta vez estaba despierta.--Su mirada se torno a un más pensativa.
-Es demasiado. Lo voy a investigar. Ahora dime como que una escoria menos en el mundo.--Con una sonrisa ladina.
-Un idiota que se cree mejor que una mujer, sigue viviendo en esa época del machismo. Disfrute tanto cuando acabe con su miserable vida.--Sus ojos se oscurecieron.--Y me sentí mejor cuando una de sus hijas me vio asesinar a esa escoria y ni siquiera vi un atisbo de tristeza en ella al contrario hasta creo que se sintió feliz. En fin necesito un baño.
-Hazlo, acabaré con unas cosas.
-Hazlo, mientras tanto terminaré con unos asuntos.
Me despoje de la ropa y la tire a la basura. El agua sobre mi piel relajo mi cuerpo. Quería sacar la sangre de ese bastardo de mi cuerpo.
Al salir de la ducha encontré un vestido, al ponerme el vestido me di cuenta de que era muy corto, un poco más y lo podía transformar en un polo. Veamos si opina lo mismo cuando me vea caminando así frente a todos.
Cuando intente salir de la habitación fui recibida por Blake un tanto agotado.
-¿A donde ibas?--Cuestionó apoyándose sobre el marco de la puerta.
-Por algo de beber.--Tonta, eres una vampiro.
-¿Beber qué?--Se estaba divirtiendo conmigo.
-Muchas preguntas.¿Qué es lo que sucede contigo?--Me cruce de brazos.
Mientras el se disponía a entrar a la habitación al momento que se desprendía de su saco, ¡se veía tan sexy!.
-Mañana iremos a una cabaña que esta internada en bosque para que puedas perfeccionar tus habilidades, aunque creo que lo has hecho muy bien por ti misma.--Sus manos se cerraron al rededor de mi cadera, que hiciera eso provocó que mi cuerpo se estremecieron ante él.
-¿Por qué no lo haces?--Dije en susurró.
De un momento a otro me encontraba recostada sobre la cama con Blake sobre mí.
-¿Hacer qué?--Dijo burlón. Sonriendo y achicando los ojos, y frunciendo las cejas como si lo pensará.
-Sabes a lo que me refiero.
-En realidad no.--Dijo rozando mi pierna con la mano, me hizo cerrar con fuerza los ojos.
-Te quiero sentirte, quiero que me hagas tuya. Además, --dije cambiando nuestras pocisiones.--si no lo haces puedo conseguir a alguien más que me de lo que quiero.--Eso fue por torturarme con simples caricias y por jugar conmigo. Su rostro se deformo a una de claramente de celos. Su mandíbula se tenso y agarre fue más fuerte en mis caderas.
-Cariño toda tú me pertenece, tu cuerpo me pertenece, tu alma, tu luz, tu oscuridad, me pertenecen.--Esas palabras lograban que mi cuerpo reaccionara ante él.--Y el día en que alguien más ponga sus manos sobre ti, lo mató...--Me encantaba cuando era así. Sin a más tomo un puñado de mi cabello y me acerco a su boca, besándome con vehemencia.
Ahora entiendo que cuando él dice mía no lo hace de forma despectiva como si fuera un mueble o como si me creyera inferior, lo hace de esa forma posesiva en la que no concede a la idea de que yo me pueda ir con alguien más, en el que está seguro que siempre estaremos juntos, nos pertenecemos y estamos destinados a estar juntos.
Cada vez, cada acción que hace me asegura que hice bien en dejarlo formar parte de mi vida.
Sus labios se habían vuelto como una droga para mí.
Al romper el contacto de nuestras bocas sus manos acunaron mis mejillas con delicadeza.
-Aún no es el momento.
-Bien.--Dije seca apartandolo.
Se actuó como niña chiquita, pero me desespera y no le daría el gusto. Eso sí que no señor.
-¿En serio?--No le respondí, nisiquiera le dirigí la mirada.-- Prepara lo necesario para el viaje.--Dijo entrando al baño. Escuché cuando abrio la llave de la ducha. No sé si fue mi imaginación, pero me pareció escuchar un gruñido proveniente de la ducha.
Es mi imaginación o se está...
No qué va, porqué haría eso.
Me recoste sobre su cama y me di tiempo para agarrar su laptop y entrar a una de mis redes sociales, cuando me secuestraron perdí mi celular y no había tenido tiempo para comprar otro, nisiquiera había acordado que no lo tenía. Tenía muchos mensajes antiguos, en especial de mis amigos, abrí la conversaciones todos me preguntaban de porqué no estaba llendo a la universidad, si me encontraba bien, porqué no respondía, y mensajes así. Me sentí mal por hacerlos preocuparse por mí.