Siempre serás tú

Capítulo 9

En cuanto me acerque el infeliz me veía con una sonrisa ladina, y pura burla en sus ojos.

-Al parecer has venido de visita.--Dijo burlón.

-La verdad es que no.--dije totalmente segura y altanera, supongo era el rencor que llevaba a dentro el odio que estoy sintiendo dentro el que me permitía tener la valentía de enfrentarlo.

-La niña al parecer tiene agallas.--seguía burlándose.

No me afecta, no permitiría que alguien como él me afectará.

-Entonces a que se debe tu visita.

-Solo quiero que pagues una cuenta pendiente que tienes conmigo.--respondí.

-¿Tú? Una niña cree que puede conmigo--rió egocentrico.

No se en que momento ya tenía la flecha que traje conmigo en la mano, me acerque lentamente y la clave en su hombro derecho. No me vasto con eso empecé a mover la flecha de un lado para otro, la hundi hasta que quedará bien enterrada. Su sangre salio como agua en caño.

La cuestión es que lo estaba disfrutando, disfrutaba verlo gritar de dolor.

-Demonios--Fue lo que gritó.--hija de perra.

Cogi una estaca que se encontraba en una mesa junto a otras erramientas de tortura, esta la clave de la parte de arriba de su hombro retorciendo la muy bien para que solo quedará un pequeño pedazo fuera.

No quería escucharlo gritar tan cerca de mí.

Retrocedí cogiendo un arco de sobre la mesa, alejandome una distancia prudente para poder tirar de la flecha, calló donde quería en su genitales.

-Puta--lo ignore.--Tu amiguita no estaría feliz de ver esto.

-Tienes razón,--lo miré fijamente.--pero ella no esta aquí para verlo gracias a ti.

Me consumi por la cólera. Agarre dos estacas más y las clave sobre sus muslos.--ella no tenía nada que ver en esto.--no lo pude evitar mi voz se quiebro dejándome soltar gemidos de dolor.

-Agradécele a tu compañero por ponerme las cosas tan fáciles.--Se que esta tratando de ponerme a su contra, en parte también le guardo rencor a él, pero no es culpa que él soló quiera entretenerse. Lo miré, se sentía culpable lo sé.

Volví mi mirada.

-Él no tiene nada que ver en que tu seas un bastardo, y uses a otros para conseguir lo que quieres. Y esto si es personal.--Clave otra estaca al costado derecho de su abdomen.

Clave el cuchillo de plata muy cerca de su corazón, hice como un cuadro alrededor de él. Sus gritos solo me reconfortavan un poco para el dolor que yo sentí.

-La niña es una sádica y encima me quiere dar clases de moral--dijo ya con la respiración entre cortada.

-Hay mucha diferencia. Adiós.--no deje a que respondiera solo acuchillar varias veces en el cuadro que había formado como si fuera mi blanco no se cuantos veces lo hice pero tanta rabia que no me detuve sabiendo que ya estaba por morir.

Cuando termine Blake se acercó a mí y lentamente levantó mi rostro para que lo mirara acarició mi mejilla llevándose con ella una lagrima que había dejado escapar.

-Me voy--dije yendo a la salida. Apartandome de su caricia.

-Vamos.--dijo él.

-No te preocupes termina--dije señalando al vampiro.

Asintió con la cabeza.

Cuando llegue al primer piso muchas de las personas que trabajaban allí me miraron sorprendidos, supongo que mi rostro estaba con manchas de sangre.

No les dirigí ninguna mirada, seguí caminando. Me encontré a Jack y Andrew por el camino, el primero trato de acercarse a mí, pero lo detuve alzando la mano, lo que menos necesitaba es tener que hablar con alguien y al segundo me miro triste, pero no hizo más y me dejaron ir.

Cuando entre a la habitación me fui directo al baño, me miré, mi cara estaba salpicada de sangre por todos lados, mi ropa estaba totalmente manchada, ahora entiendo porque me miraban todos sorprendidos si así parecía una niña asesina y con mi mirada ni que lo digo.

Me metí bajo la regadera, y junto con el agua caían todas mis lágrimas, mis sollozos se ocultaban por el agua chocando contra el suelo.

Sentía que todo lo que era estaba siendo corrompido por este nuevo mundo.

Dormir es lo único que quería en estos momentos, y así lo hice dormí.

Alguien idéntica a mí estaba luchando cuerpo a cuerpo con un vampiro, y estaba ganando, no se amedrentaba ni mostraba terror por lo que le pudiese pasar.

-No vas a salir tan fácil de esto cazadora.

-No me subestimes vampiro--lo último lo dijo mofa y odio.

La chica idéntica a mí se acercó lo suficiente a él para romperle el cuello y sacarla de su lugar.
Me miro, me estaba mirando, su mirada era tan fija que la hacia parecer que lo decía de verdad.

Me desperté con hueco en el pecho metafóricamente claro.

Necesito practicar no se porqué, pero lo quiero hacer.

Me puse el traje especial para lucha, sí, no lo entiendo para qué con un buzo basta, además que esta se adería mucho a mi piel.

Una vez en el cuarto de entrenamiento empecé a pegarle al saco de boxeo. Últimamente he estado viendo los entrenamientos de los chicos tratando de buscar alguna formq de derribar los. 




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