-Kheily...--La vista se me nublo. Las lágrimas caían sin control.
Me limpie las mejillas como pudo. No tenía sentido preguntarle porqué se fue.
-¿Qué haces aquí?.--pregunte.
-Yo...--Solo eso podía decirme, genial. Esto sí que me enoja.
-Sabes qué mejor no digas nada--dije levantando la mano para que pare, se quedó con los labios entre abiertos. Gire hacia Blake, lo iba a ignorar. Blake estaba estupefacto por la situación, pero no hizo comentarios al respecto.
-Dime.
-Bueno, quería decirte que si me puedes llevar con mi hermano, quisiera verlo.
-Lo hablaremos después.
-Esta bien.
Tuve la intención de subir la escalera; pero apenas si dos pasos alguien sostuvo mi brazo.
-Espera.
Voltee. Blake lanzó una mirada asesina a... Ni siquiera me dijo su nombre.
-Dejala.--Dijo Blake amenazante.
-Padre tengo que hablar con ella.
¿Cómo que padre?, esto tiene que ser una broma, no es posible que esto suceda. De pronto recordé, él día de la fiesta yo sí lo ví.
-El día de la fiesta te ví y tú--dije señalandolo--uiste, uiste como un cobarde. Esto sí que no me lo creo sabías que estaba rodeada de vampiros, sabías que soy humana y aún así te fuiste y así se supone que tú me protegerias, que me querías,--me trabe. Toda mi infancia espere por él y él me decepcionó--vaya que hubiera sido de mí si no te interesará.--dije sarcástica e histérica.
-Kheily eso no fue lo que sucedió--dijo con tristeza, eso no se la creo.
-No, nada de Kheily, tú me dejaste, tú te fuiste y lo volviste a hacer cuando me viste rodeada de vampiros tal vez yo podría haber sido algún tipo de alimentadora y tú qué hiciste te fuiste. Y sí, eso fue lo que sucedió.
-Yo, lo siento.
-Solo eso tienes por decir, llore por ti años, comprendes. Y ahora me doy cuenta que no valió la pena tanto desgaste.
No lo deje hablar. Subí las gradas sin correr con calma y la cabeza en alto y ni una lágrima a derramar.
-Imbecil--dije entre dientes.
-Ey cálmate.--Jack hizo su aparición.
-Es que agg... Me desespera. Ignoralo, mejor me voy.
Cerré la puerta de un golpe.
-Bobo.--Grite. Escondí mi rostro en la almohada.
Escuché la puerta abrirse.
-¿Qué?--dije alzando la cabeza para volver a encontrarme con la almohada.
Sentí la cama hundirse a mi costado. Me acomode en cama y me senté cruzando las piernas encontrándome con Blake.
-Mi hijo me dijo lo que sucedió, y créeme que yo soy el primero que no te quiere cerca de él, pero ustedes tienen que hablar. Entra.
El susodicho hizo su entrada.
-Yo no quiero que entre, que se largue, dile que se valla.
-Kheily escucha yo...
Mia atención se fue a Blake quien había desaparecido de la habitación. Ya va a ver lo que pasa.
Me reuse a escucharlo me tiré a la cama boca abajo.
-Te conozco desde que eres una niña, sé que estás molesta--no enserio, como crees--y lo siento no quería que te hicieran daño por estar cerca de mí, y sé que esto va a sonar inapropiado, pero una de las razones mas fuertes es que yo te deseaba--¿Cómo que deseaba?. No lo pude evitar y al fin me levanté para mirarlo, sonrie.--se que suena mal que te diga eso, pero es la verdad no quería hacer algo de lo que me pudiese arrepentir.
Ya aunque eso lo ayude solo un poco en justificar, no se lo voy a dejar fácil y si tanto me conoce sabe que lo voy a hacer sufrir.
-Ya y lo de la fiesta--dije alzando una ceja.
Rió.
-Me gusta que no te dobleges.
-No has respondido--dije firme.
-No tengo justificación para eso, tienes razón fui un cobarde.
-Umm...sabes que no va a ser fácil.--deje con un tono vengativo.
-Lo sé y estoy dispuesto a todo.
--Y sabes que no te voy a perdonar.--eso si lo dije sería.
-Lo sé, y lo voy a intentar porqué aunque no quieras ahora más que nunca voy a estar en tu vida. No voy a permitir que él se quede contigo.--Mi estómago se revolvio eso sino como una promesa.
Solo sé que por ahora le guardo rencor, y aunque lo siga queriendo no le voy a perdonar y si lo hago aún va a permanecer un poco de rencor.
-Espero que hagas lo que puedas.
-Lo haré.--Se quedó en silencio.
-Entonces ya hablaste, ahora te puedes ir.
-Aún no cambias sigues sin poder guardar tu genio, siempre dices lo que piensas.
Se levantó y se fue.
La puerta fue abierta, Blake entro y se sentó a mi costado.
-Él es mi hijo, pero eso no concede a que lo voy a dejar intentar algo contigo--me sujeto del mentón quedando su rostro muy cerca del mío.--tú solo eres mía.
Intento besarme. Mi lado vengativo peso más que el deseo, coloque mi mano sobre su boca.
-A mi me gusta que se haga mi voluntad, aún no has aprendido como soy.--dije sonriendo.--Y créeme esto solo es una parte de mi venganza.
Sin previo aviso ya me encontraba tirada sobre la cama con Blake sobre mi cuerpo y sujetando mis brazos por encima de mi cabeza.
-Te dedo aún mas.
Me dio un beso en cuello, no pude evitar soltar un gemido de satisfacción.
Lo hizo otra vez y está la hizo con más fuerza, creo que me dejaría una marca.
Pero en estos momentos mi razón no estaba, solo me permití disfrutar de la sensación.
-Kheily--la puerta fue abierta, el rostro de Ann se desfiguró al encontrarnos en esa situación.
-Maldición--dijo Blake--aprende a tocar antes de entrar--grito molesto.
-Yo lo siento, no pensé que...--Blake se retiro de mi encima y yo me levante.
-Gracias--susurre yo.
Blake volteo el cuello unos noventa grados. Me miró se fue dando un portazo.
-Yo lo siento--dijo Ann y se fue.
Ni modo se fue. A dos segundos de tirarme a mi cama me quedé dormida.
Al despertar quise ir al jardín, pero de lo que me di cuenta al verme en el espejo es que en mi cuello había una marca.
Salí furiosa de mi habitación y fui a buscar a Blake.
Entrena su oficina, no toque y me arrepentí y de no hacerlo ya que había unos tres hombres más con él y más sorpresa aún que el hombre que intento propazarse estaba ahí con una sonrisa ladina y me moleste aún más, como es posible que no le haiga hecho nada.