Estábamos afuera en el patio, platicamos por rato; increíblemente era agradable hablar con Sebastián, el es muy gracioso y en sierto modo me recuerda a Mateo de niño.
- entonces te acompaño a casa?- pregunto por quinta vez Sebastián.
- Si está bien pesado- respondí esasperado por tanta preguntadera.
- vamos a buscar nuestras cosas- dijo Seba.
Entramos al salón y sacamos nuestras mochilas, Mateo nos dio una mirada de odio y nos marchamos.
- Seba, porque me defendistes?- le pregunté camino a casa.
- Porque no me gusto como te trató, no siento que lo merescas-sentí que fue sincero.
- gracias- le respondí con una sonrisa.
Al llegar a casa lo invite a comer algo ya que mamá no estaba y no comenzaría ha hacerse ideas de que tengo novio.
Pasamos una linda tarde bromeando y mirando la tele.
A las cuatro el se marchó y yo decidí dormir un rato.
Los días fueron pasando y cada vez que Mateo me molestaba yo lo enfrentaba y Sebastián me defendía. De apoco se iba formando una linda amistad, pero nunca sería como la que tuve con Mateo o con Sofi.
- toma helado de chocolate y frutilla para ti- me dijo Seba al llegar a la plazoleta serca de casa.
- gracias- lo probé- mmm esta delicioso.
- Ja ja lo noté por tu cara- ambos estallamos en carcajadas.
Luego acompañe a Seba a tomar el bus y me dirigí a casa, pero antes de llegar alguien se cruzó el mi camino.
- amigito nuevo?- pregunto burlón Mateo.
- que te importa?-
El se acercó hasta mi
- No hay duda vos querés que te corran del Instituto.
- pues la verdad no, me esforse mucho por esa beca; pero prefiero perder mis estudios que seguir aguantando tus humillaciones- lo empuje y seguí mi camino a casa.