A veces pienso que el destino no quiso que me juntara con ella.
No sé, hoy es uno de esos días que me siento desesperanzado.
No sé, como que no sé qué es lo que quiero con mi vida. Ya he dejado de ser un niño, pero aún así no he llegado a ser un adulto.
Tal vez, se me pase ya el enamoramiento,
¿Acaso no dicen que los adolescentes son volátiles y abandonan sus sentimientos rápidamente?
No sé, quizás, si la conocía, me llevaba una decepción.
Que su verdadera personalidad destruyera mi concepción que tengo sobre ella. La veo como una chica tímida y calmada. No me importa mucho si se aleja de esas características. Pero, ¿qué pasa si es una mala persona o no congeniamos?
Eso es terrible.
¿Debería dejarlo como un amor platónico?
¿Algo inalcanzable y, por tanto, desconocido en gran medida?
No sé.