Aún sigue triste, pero ya no tanto.
Trata de aguantar, muy valiente, y que su vida transcurra con normalidad.
Yo, fiel amante reprimido, la apoyo incondicionalmente, a pesar de que no se lo diga cara a cara.
Mi hermana dice que soy un tonto, que es mi momento perfecto para hablarle.
Pero, yo no quiero aprovecharme de su debilidad. No quiero que ella venga a mí porque es lo único que pueda hacer, sino porque esa es su elección.
Ella es muy tímida. Si yo me acerco, como la otra vez, y peor si se siente mal, probablemente, la lastima.
De tal modo, esperaré hasta que se recupere de su tristeza, esperaré todo el tiempo posible.
Después de todo, somos jóvenes.