Han pasado muchas cosas durante estos meses.
Ale ha empezado a juntarse y hacer más felices.
Eso me hace más feliz: que otros la quieran como yo.
Falta poco para nuestra graduación y se acerca el momento de decirnos adiós.
Hay veces en que la pesco mirándome.
Pero soy tan cobarde de voltear y juntar miradas.
Me sigue doliento, un dolor tonto dentro que no me deja respirar si siento que acumulo falsas esperanzas.
Ella lo dejó muy claro.
Solo dame tiempo para olvidarla.
Un poquito más.
Luego, no tendré que sufrir más.