Siempre Tú

CAPÍTULO 8

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Logan

Todo está oscuro donde rayos estoy. Escucho unos bits sonar siento mis dedos de las manos moverse ligeramente mis parpados se abren y mi visión aun es borrosa, pero logro visualizar a alguien parado junto a mí.

–Finalmente despiertas. Bello durmiente –es la voz de mi compañero de celda logro visualizarlo bien.

–¿Dónde… estoy? –digo con la voz débil.

–En la sala de emergencias de la prisión –contesta, cruzado de brazos –tienes agallas chico.

–¿Por qué? Por vivir

Sonríe –vivir o morir lo puede hacer cualquiera. Tienes agallas por haber golpeado al imbécil de Snake. No cualquiera lo hace. Bueno, a excepción de mí

–¿Cuánto tiempo estuve aquí?

–Una semana –no sé si tomarlo como un alivio o un mal chiste miro por la ventana está oscureciendo el sol se está poniendo a pesar de que pasé una semana aquí seguro me darán de alta ya que desperté –casi mueres –dice manteniendo su risa parece que algo trama.

–Y ¿Qué? Debo estar agradecido por seguir vivo.

–Si estas vivo es por algo. Solo debes averiguarlo.

Que mierda es eso ya no tengo esperanzas sin en el primer día casi me matan como serán los que están por venir son 3 años 1095 días, 52 semanas como demonios voy a sobrevivir todo este tiempo tan solo para averiguar por qué estoy vivo que mala broma.

–Se hace tarde. Es hora de regresar a mi celda, mañana te van a dar de alta. Vendré por ti –no sé si alegrarme o llorar por la piedad que me muestra –descansa bien lo vas a necesitar –sonríe y se da la vuelta en la puerta se detiene –y por cierto no te preocupes por tus amigos, están castigados un mes en el calabozo – sale cerrando la puerta tras de sí. Como si eso me hiciera subir ánimo.

Me quedo dormido al día siguiente tal como dijo me dieron de alta tengo una gran cicatriz en el costado del abdomen bajo y como dijo vino a verme –vamos –me da unas, fuertes palmadas en la espalda me quejo por el dolor tiene la mano pesada caminamos por el pasillo alejándonos de la clínica de la prisión llegando al área de presos salimos al patio.

Primera vez que lo veo hay varios presos rondando el lugar en grupos todos lucen muy peligros otros juegan básquet en el fondo hay un gimnasio y muchos convictos están ahí levantando pesas –por aquí –dice mi el que parecer ser mi guía turística en la cárcel, me lleva hasta las gradas de madera y metal siéntate. Obedezco me siento en el cuarto escalón.

–Escupe. ¿Qué quieres? –digo cortante.

Se queda de pie de espaldas en el borde del graderío cruzado de brazos –escuche tu historia de cómo llegaste aquí.

–¿Y? ¿Qué quieres? Una nota exclusiva para el diario de la prisión, un autógrafo –suelta una carcajada.

–Me agradas chico –lo miro que rayos quiere –pero no creo que seas un idiota para llevar droga a vender en la preparatoria –como rayos lo supo debe tener buenos contactos aquí –dejémonos de rodeos y vamos al punto –ya era hora –supe que tu condena es de tres años por lo que pronto saldrás de aquí –no me gusta donde va todo esto –pero podrías salir antes por buena conducta, aunque lo dudo.

–Ven al punto de una buena vez –digo molesto.

–Cuando salgas necesito que me hagas un favor. Hay siete lugares en la ciudad donde se realizan peleas clandestinas, cuando salgas quiero que vayas a esos lugares y cobres un dinero por mí son diez millones por cada lugar –mis ojos se abren como platos son setenta millones de dólares –pero esos lugares no son aptos para alguien como tú –ese tú me resulto fastidioso –así que te propongo un trato – se da la vuelta hacia mí y me mira –te ofrezco entrenarte durante todo este tiempo te enseñare todo lo que yo sé para qué cobres y protejas mi dinero. Y por cada recogida que tomes tu podrás tomar un millón de dólares –mis ojos se abren –siete millones no son nada para mi comparado con mi premio gordo. ¿Qué dices aceptas mi trato? –me extiende la mano.

Siete millones para mí con ese dinero podría largarme lejos de Reese y Sofía terminaría la preparatoria pagaría mi Universidad tendría la vida que siempre quise, una vida tranquila sin pensarlo más estrecho su mano.

–Muy bien chico –posa su mano sobre mi hombro y me golpea –comencemos –me toma del cuello y me lanza al suelo.

–¡Qué demonios! –digo enojado.

–Primera lección. Aprende a caer –el maldito se ríe –bien empecemos el entrenamiento debo proteger mi dinero. Sígueme. –Camina hasta el gimnasio voy tras él, llegamos –listo.

–Cuando quieras.

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Mei

Hace una semana al día siguiente de que arrestaran a Logan recibí una llamada era el Detective Villegas creí que me tenía buenas noticias sobre Logan, pero solo recibí la peor Logan fue apuñalado y se encontraba entre la vida y la muerte.

Mis ojos se llenaron de lágrimas inmediatamente tomé mi bolso y salí de casa en dirección a la prisión y lo había trasladado con los adultos mi preocupación, mi miedo fue tanta que no le menciones nada a mi tía Maylin al llegar fui corriendo hasta la clínica de la prisión pedí ver a Logan, pero no pude estaba en emergencias.




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