Siempre Tu.

Capítulo 12

Veo a Logan mientras mira a Harriet leyendo un libro. Esta escena es tan patética. Desde la noche de San Valentín el chico ha intentado hablar con ella pero simplemente se aleja de él. Harriet es demasiado introvertida y a veces le cuesta ser sociable.

Logan suspira antes de tomar un sorbo de refresco.

No puedo seguir mirando esto. Olvidemos el tema de Logan, está tan encantado con ella que yo sólo seré un obstáculo en esto y lo que menos quiero ahora es eso. No voy a obligarlo a que me quiera, estoy cansada de demandar amor.

Diablos, eso suena incluso más triste de lo que pensé.

Camino directo hacia Harriet pero a una distancia cercana finjo tropezar y me llevo su bolso conmigo.

Muchas de sus cosas salen volando, como bolígrafos, libros, cuadernos y hasta una caja con caramelos.

“¡Ah!” Sostengo mi rodilla como si doliera. Sé que voy a terminar con un raspón pero se curará en unos días.

“¡Rosie! ¿Estás bien?” La voz de Logan no tarda en hacerse escuchar y sonrío a escondidas.

“Si,” arrugo mi rostro y miro a la chica que se acaba de acercar. “Lo siento Harriet, me tropecé con mis propios pies.” Miro al suelo y a sus cosas regadas por todas partes. “Espero no haber roto nada.”

La chica sonríe con timidez y niega. “Descuida, no llevo nada frágil,” asegura. “¿Puedes levantarte?” Me ayudan entre ambos.

“Sí, estoy bien,” repito.

“¿Quieres que te acompañe a tu cuarto?” Inquiere Logan pero niego de inmediato.

“¿Por qué no ayudas a Harriet?” Señalo con mi cabeza. “Asegúrate de que todo esté en orden, debo irme, llego tarde a una tutoría,” comento. “De nuevo, lo siento mucho.” La chica me mira y se despide con calma.

Camino lejos de ellos, me escondo detrás de un cartel y observo como ambos empiezan a hablar. El carisma de Logan logra atraparla por completo y solo espero que le explique que lo de la otra noche no fue más que un error.

“¿Qué haces?” La voz de mi compañera de cuarto me hace saltar.

Volteo hacia ella y le reprocho con la mirada. “Me asustaste.”

Se acerca hacia mí y mira en dirección a donde mis ojos estaban. “¿Estás mirando lo que no puedes tener?”

Hago un sonido de molestia haciéndola reír.

“Peor. Acabo de jugar mi papel como cupido.”

Harriet está riendo por algo que Logan dice y estoy segura que acaba de contarle uno de sus chistes sobre Australia. Ha estado diciendo mucho sobre eso desde que llegó.

“Mírate, madurando.” Me da unas palmaditas en la espalda luciendo orgullosa y decido retirarme con la frente en alto y la idea de que mi enamoramiento debe quedarse atrás, en esos diarios antiguos de mi juventud.

No soy madura, solo estoy trabajando en mi fuerza de voluntad para no saltar sobre Logan y reclamarlo como mío.

. . .

Unos golpes arruinan por completo mi sueño. No es divertido tener el sueño ligero, a veces desearía ser Elsa y tener su determinación para dormir tan plácidamente. Abro los ojos cuando escucho otro sonido y miro la ventana. Me quedo en mi posición hasta que veo algo golpeando el vidrio una vez más. Me levanto de la cama de un salto y me aproximo al vidrio, otro pequeño objeto vuela hacia él. Diablos, si esto sigue así podríamos tener problemas.

“¿Qué demonios es eso?” Murmuro abriendo la ventana y el objeto ahora golpea uno de mis hombros. “Auch”

“¡Morgan!” Me asomo para ver a Ford sonriendo con unas cuantas piedritas en su mano.

“¿Ford?” Por un momento creo que es una de mis tantas pesadillas. “¿Qué es esto?”

Se coloca en pose con una mano en el pecho y empieza a recitar un viejo soneto de Shakespeare. “¡Niega a tu padre y rehúsa a tu madre! ¡O jura que me amas y yo dejaré de ser un Capuleto!”

“¡Todo en esa oración está mal!” Exclamo lo suficientemente alto como para que escuche.

“Claro.” Se da cuenta de su error y suelta una risita. “Es lo otro, lo del sol y los rayos,” balbucea.

“¿Estás ebrio?” Cuestiono. “Por supuesto que lo estás,” me contesto a mí misma, “de otra forma no estarías haciendo esto,” murmuro.

“¡Con los rayos mata a la luna enferma y envidiosa, porque tu mi amada, eres más bella!” Continúa con su pésimo teatro.

“¡¿Qué está mal contigo?!”

Abre los brazos. “Siempre hablas de que quieres un Romeo,” grita. “Tienes suerte, soy mucho más apuesto que él y tengo más sentido de la lógica. Yo sí hubiera esperado cinco minutos más antes de clavarme esa daga.”

“¡Shh!” Lo callo, a estas alturas Claire debe tener un ojo fuera de la ventana. “Ahora bajo, ¡quédate ahí!” Ordeno y me apresuro en colocarme las pantuflas para correr con el mayor de los cuidados de no ser atrapada.

Ford se encuentra mascullando una canción de Coldplay con una melodía dudosa y apenas me ve grita mi nombre.

Troto hacia él y golpeo su brazo. “¡Idiota!” Miro hacia todas partes, hay algunos jóvenes rezagados que rondan por el campus pero ninguno nos presta atención.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.