“Ah, ¡Rosie! Llegaste. Nos estábamos preguntando si veríamos a nuestra querida sobrina antes de irnos.” Tío Eddy me recibe con un abrazo y el fuerte aroma de su perfume cítrico me ahoga.
Camino hacia mi prima Emma y bajo la mirada a su estómago. “Esa panza está por explotar,” exclamo saludando a mi futuro sobrino. Sólo quedan un par de semanas para conocerlo y todos estamos emocionados por tener un bebé en la familia. Está claro que será el nuevo mimado del grupo.
“Ya quiero que este bebé salga de aquí,” dice con cansancio y emoción. “Te ves hermosa.”
“Gracias.”
“Y vino con un acompañante,” dice el tío Eddy mirando detrás de mí.
“Soy Ford, es un placer.” Saluda el chico.
Mi prima Emma lo mira con curiosidad. “Estaba segura que tu novio se llamaba Sander.” Cierto, olvidé contarles ese detalle.
Le doy una sonrisa forzada. “No lo tengo novio y él es solo mi chófer por esta ocasión.”
“Ouch,” responde Ford colocando una mano sobre su pecho, “esa no es forma de tratar a un viejo amigo.”
Tío Eddy palmea su hombro. “Ven Ford, ¿te gusta la comida india? Emma quiso hacer una fiesta diferente,” comenta mientras se lo lleva a la mesa donde todos los platos están dispuestos para la consumición libre.
Salgo al patio donde se encuentran la mayoría de mis familiares y por los próximos minutos me la paso saludando y agradeciendo sus cumplidos. Debería haber grabado un audio para así repetirlo y no tomarme el trabajo de responder siempre lo mismo.
“Rosie.” La voz de uno de los protagonistas de la noche me sorprende y volteo para ver a mi hermano por primera vez en un tiempo.
“Jackson.”
Me regala una sonrisa cálida. “Realmente esperaba que vinieras.” Está usando un traje. Jackson nunca usó trajes, ni siquiera para su graduación de secundaria.
“Si, bueno, no es como si hubiera tenido una opción.”
Estoy segura que mis padres hubieran conducido hacia el campus y me habrían atado para traerme como su regalo de compromiso.
Una hermosa chica con bucles dorados peinados en un moño despeinado y grandes ojos azules se acerca a nosotros luego de que mi hermano la llamara. “Ella es Viviane,” la presenta.
“Finalmente te conozco,” dice la joven con emoción para luego abrazarme. No me esperaba este gesto por lo que solo palmeo su espalda unas cuantas veces hasta que me suelta.
“Es un placer conocerte también,” respondo. Su vestido blanco al estilo Marilyn Monroe es una preciosura.
“Jackson me habló tanto de ti,” confiesa, “y eres más hermosa de lo que me imaginaba.” No sé cómo responder a eso y agradezco que a Ford se le ocurriera interrumpir en ese preciso momento.
“Soy Ford,” estrecha su mano con la de mi hermano.
“Hola Ford,” lo mira con una expresión simpática. “¿Viniste con mi hermana?”
El chico asiente de inmediato y pasa su brazo por mis hombros. “Soy su más uno.”
“Que guapo,” me sonríe Viviane.
“Felicidades por su compromiso,” dice Ford antes de mirarme. “Necesito algo de beber, ¿vamos?” Inquiere poniendo eso como excusa y respiro complacida ante eso.
Al cabo de unos minutos, mi hermano llama la atención de todos sosteniendo una copa en su mano.
“Creo que ya estamos todos,” comienza. “Quiero agradecerles a todos por acompañarnos en esta noche tan especial para ambos, realmente me alegra volver a verlos a todos.” Mantiene su mano alrededor de la cintura de su prometida y dirige su mirada hacia ella. “Viv, espero que consideres a mi familia como tuya. Estoy tan feliz de compartir esta nueva aventura contigo y aprecio que me hayas elegido a mí de entre tantos pretendientes.” Se escuchan unas cuantas risas antes de que siga hablando. “No puedo esperar a llamarte mi esposa y pasar el resto de mi vida contigo.” Puedo escuchar a mi madre suspirar desde donde estoy. Jackson le da un beso en la mejilla y se dirige a nosotros. “Espero que disfruten esta noche tanto como nosotros.” Sus ojos caen sobre los míos, “y gracias nuevamente por estar presentes.”
Parpadeo unas cuantas veces y me aferro a la copa que Ford acaba de entregarme.
“¡Por Viv y Jack!” Exclama mi padre y todos repetimos lo mismo.
Mi tío Fred toma el micrófono de karaoke que mis primos trajeron para hacer la fiesta más divertida. “Ahora quiero invitar a la futura pareja casada a tener su pre primer baile.”
“¿No es eso de mala suerte?” Pregunta mi madre.
“No si yo lo digo,” contesta.
Observo como Jackson toma la mano de Viviane y la arrastra hacia el centro del jardín para comenzar a moverse al ritmo de una versión acústica de Kiss Me de Sixpence None The Richer. Siento una punzada en mi pecho y respiro hondo. Mi hermano se ve diferente, su barba está un poco más larga y su cabello bien peinado con gel no deja a la vista ni uno de sus rulos naturales. Sus ojos verdes brillan más que esas luces colgadas y no había visto esa sonrisa en mucho tiempo.
De alguna forma es como si me hubiera perdido tanto de su vida que frente a mí parece casi un desconocido.