Siempre Tu.

Capítulo 18

Mi última parada es el preciado campamento. El campamento Wookhill se encuentra a ciento treinta kilómetros desde el campus y a unos setenta y ocho saliendo de la ciudad. El autobús me dejó a unos metros y tengo unas cuatro horas hasta que el siguiente pase para regresar.

Decidí venir sola, no es que Ford me hubiera acompañado de todas formas. No hemos hablado desde nuestra discusión y ninguno ha tomado la iniciativa de soltar la primera palabra. Camino hacia la entrada y me coloco bajo el cartel de entrada.

¿Debería llamarlo? Ni siquiera sé por qué estoy pensando en él.

“¿Puedo ayudarte?” Una mujer se acerca luciendo un lindo sombrero de jardinería.

“Soy Rosalie Morgan, llamé hace unos días para avisar que vendría por un proyecto de periodismo,” anuncio.

Le toma un segundo recordarlo. “Oh, sí, hablaste con mi compañero.” Asiento. “Entonces, ¿en qué consiste tu proyecto?”

Visitar lugares favoritos con un chico, ignorando que nuestra relación se volvió un tornado salvaje.

“Solo sacaré unas cuantas fotografías y escribiré sobre el lugar. Solía venir aquí cada verano y no podía dejarlo fuera.”

Su sonrisa se hace más grande. “Bueno, tienes suerte que no hay muchas personas aún pero nos estamos preparando para la nueva temporada.” Puedo ver que hay varios materiales de construcción y cosas que están llegando como esas sillas de madera apiladas a un lado del depósito. “Eres libre de pasear y si necesitas algo puedes encontrarme en la cabaña de administración.”

“Gracias.”

Mis fotografías son un desastre. Puedo salvar una o dos de las cincuenta que tomé pero no se verán igual de prolijas que las demás, espero que el Sr. Wilson no nos baje puntaje por ese pequeño detalle.

Encuentro un lugar junto al lago y tomo asiento en un tronco caído. Había olvidado lo pintoresco que era este sitio. El sonido de las aves, la brisa, los árboles, las canoas flotando junto al pequeño muelle, todo eso junto al atardecer viniente forman la toma perfecta. Saco unas cuantas fotografías y reviso si tengo todo antes de irme. Repasando la galería de mi teléfono, me encuentro con las imágenes del compromiso de Jackson que mamá me envió la semana pasada.

Mi familia luce bastante bien, como una gran familia feliz. Hay una en particular que capta mi atención, es una donde aparezco con Ford, ninguno está al tanto de la cámara y parece como si nos estuviéramos divirtiendo mientras arrasamos con la mesa de dulces. Su sonrisa me hace sonreír inconscientemente. Recuerdo lo agradecida que estuve con él por acompañarme, de lo contrario me hubiera pasado la velada en la cocina o el baño sin ganas de hablar con nadie hasta que mi madre me llamara para obligarme a aparecer en las fotos.

¿Por qué tuvieron que arruinarlo todo? Nota para mí misma, no tener expectativas en las personas, sólo te golpearán cuando los tengas en una vitrina para romper tus ilusiones.

Paso a la siguiente imagen y es una de Jackson y yo. El resentimiento que le guardo está empezando a pesar mucho y lo cierto es que cuando lo vi en casa me di cuenta lo mucho que extrañaba a mi hermano. También descubrí lo verdaderamente enamorado que está de Viviane. Es decir, ella es increíble. No sólo es simpática y me da buenas vibras sino que es amable, divertida, y tiene carácter lo que la hace perfecta para mi hermano porque a veces suele ser difícil de tratar, aunque por lo que escuché, está mejorando.

Cierro los ojos unos segundos y respiro profundamente.

Las palabras de Ford revolotean en mi cabeza.: No esperes a que no esté para intentar arreglarlo.

Giro el teléfono en mi mano antes de buscar su contacto y, con la poca valentía que me queda, marco su número.

Contesta al segundo tono y mi nerviosismo crece aún más.

“¿Hola?” Su voz me tranquiliza de cierto modo pero me toma unos segundos antes de decir algo.

“Jackson,” mi respuesta no es más que un susurro.

Debe haberlo sorprendido porque tarda en seguir la conversación. “¿Rosie? Hola. ¿Estás bien?”

“¿Aún siguen aquí?” Pregunto. “Mamá dijo que retrasaron el viaje porque Viviane quería dejar todo en orden antes de irse.” El plan era irse un par de días después de la cena de compromiso pero decidieron extender su visita dado que mi futura cuñada quería quedarse un poco más para conocer la ciudad.

A pesar que se conocieron hace tres años, Viviane nunca vino aquí. Conoció a mis padres por video llamada pero la excusa de la cena era la primera vez que se veían en persona.

“Sí, aún estamos aquí,” confirma. “Mamá nos está obligando a quedarnos en tu cuarto.”

Aclaro la garganta antes de seguir hablando. “Tengo el fin de semana libre,” rasco mi nuca. “¿Qué te parece si voy para allá? Podemos pasar algo de tiempo juntos antes de que se vayan,” digo eso último de forma rápida, como si tuviera miedo a retractarme luego.

La pausa que hace parece eterna y por un segundo estoy aterrorizada a que diga que no. Es decir, podría pasar y no lo culparía.

“Puedo buscarte si quieres.” Mi corazón da un brinco.

“No, me gustaría escapar un rato de aquí, y me gustan los viajes en autobús.” Es cierto, y eso me daría tiempo para prepararme mentalmente para su encuentro.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.