.
.
—una de las cosas que siempre voy a estar agradecido es por ti, Kookie, aún cuando yo te lancé al piso te preocupas por mí, y buscas protegerme, sé que no me tratas como un cristal que de pronto se va a romper, me tratas como alguien que está en el proceso de sanar y volverse más fuerte, y eso me gusta muchísimo, se que dices que harías cualquier cosa por mi, yo también Kookie, haría cualquier cosa por ti, eres especial para mí.
Le dio un beso en la mejilla, y le sonrió para después levantarse, ya estando de pie le tendió la mano, si bien kook era más grande y fuerte no quiere decir que Tae no tuviera fuerza suficiente, y claramente kook no iba a apoyarse totalmente en él, que estaba tan delgado. Abrió la puerta del baño, para kook debía estar listo en unos minutos, también Tae debía ir a la universidad.
Ya pedí el desayuno Kookie, apresúrate, antes de que siguiera en su caminar, kook lo frenó y beso su frente para después meterse a duchar.
Kook y esa facultad de hacer feliz a Tae.
Esta por demás decirlo que fue un día pesado para ambos, noviembre iba a ser de lo más agotador, así que sumergidos en libros, en sus portátiles despegandose solo para comer y dormir, de vez en cuando salían a caminar siempre en la parte verde de la casa de los Jeon, no les daba el tiempo para más, Tae pidió comprensión a los primos Choi que le dieran tiempo en sus estudios.
Kook no sabía cómo decirle a Tae que una oportunidad se le había abierto y no era por su apellido era por su talento, sus padres habían hablado con él, haciéndole ver que debía tomar esa oportunidad pero eso implicaba regresar a Corea y su familia de verdad tenía que volver, habían ido por unos meses y se habían quedado por años.
Nunca había ido en contra de sus padres pero esta vez estaba renuente totalmente no se iba a ir, dejando solo a Tae, así que ese mes corría con muchas complicaciones… ya estaban a mediados de mes, con el estrés por las nubes por lo que kook propuso beber un par de cervezas, para poder descansar mejor, Tae estuvo de acuerdo solo que no fueron un par, se bebieron unas cuantas de más, para cuando se fueron a dormir, el alcohol ya estaba en su sistema pero no a tal punto de hacerlos desvanecerse, kook extendió su brazo para que Tae pudiera acomodarse como siempre lo hacía, pero se quedó viendo en dirección del techo por unos minutos, después cerró los ojos, no sabía si decirle a Tae o no, todos modos ya había decidido quedarse, sin importar el castigo que impusieran sus padres, habían hablado con el señor Kim de volver a Corea, pero al señor Kim se le hacía imposible no tenía planes de volver a su país natal por largo tiempo, que le había hecho la mención a Tae, pero el no quería irse y dejar solo a su padre ni mucho menos irse de donde los restos de su madre descansaban, quería pasar más tiempo allí, sí en algún momento debía volver, quería hacerlo cuando estuviera listo, así que su padre ya no tocó más el tema.
Estando allí en calma, esa calma que solo estando junto a Tae la había encontrado, recordar que le daba gran pavor ir a otro país y dejar a sus amigos en Corea no le había gustado para nada, sus padres habían soportado sus rabietas y se hubiera quedado con su mejor amigo en Corea de no ser porque le cerraron todas las vías de escape y por ser menor de edad aún, así que lo arrastraron en contra de su voluntad, pasaron unas semanas en Dublín para después ir a la ciudad de Cork, donde conoció a ese chico de ojos expresivos y de sonrisa poderosa, que se puede ver frágil a simple vista pero tiene una fuerza increíble…
se acomodó en su costado izquierdo para ver mejor a Tae quien ya tenía los ojos cerrados, su respiración era pausada, dándole la idea que ya se había quedado dormido…
—Tae… no hay nada que me pueda alejar de ti, te podría seguir hasta el fin del mundo, -acaricia la mejilla contraria- siempre que estoy contigo siento que puedo volar, me haces hacer cosas y lograr todo aquello que si fuera yo sólo no creo que podría, me haces querer ser mejor cada día y no sé cómo llamarle a eso, pero eres lo más importante para mí… por un segundo se sintió con el valor de poder llegar a sus labios solo quería simplemente rozarlos no deseaba más que eso, sabía que ser ambicioso podría alejarlo de su lado para siempre… al ir acercándose los ojos de Tae se abrieron de a poco, frenando a kook en el acto… —Tae… yo…
—¿De verdad soy tan importante para ti Kookie? -Estiró su mano y acarició la mejilla contraria-
—muchísimo Tae…
Tae acortó la distancia y lo besó, si bien solo fue el impacto de los labios de la manera más casta que había, eso fue suficiente, escondió su rostro en el pecho de kook y allí se quedó, los minutos pasaron y se quedaron dormidos el alcohol había hecho el efecto en ellos.
Si bien no hablaron de eso, en años, su forma de tratarse los unió más, dos días después de eso, Tae volvió temprano de la universidad, y sin querer escucho a los Jeon hablando de lo preocupados que estaban por Jungkook, debían regresar a Corea y él debía ingresar a una de las academias más prestigiosas con sede en Corea… fue rápidamente a su habitación y se encerró en ella, si bien kook le había dicho que jamás lo iba a dejar, que la única forma sería si él se lo pedía, estando seguro que eso jamás iba a pasar, no se sentía bien siguiendo a la familia Jeon a Corea solo porque no podía dejar a Kookie, en verdad no podía dejar a su padre ahora que lo necesitaba mucho más en los negocios, por seguir a kook y no podía dejar que kook perdiera esa oportunidad de seguir creciendo junto a su familia…
Así que se metió al baño y lloró... lloró todo lo que pudo todo lo que su cuerpo le permitió, si bien su madre se había ido no porque quería si no que su cuerpo ya no resistió más, ahora tendría que ver a kook irse y que no quería hacerlo, pero que él tendría que lanzarlo lejos está vez…
#2609 en Fanfic
#17671 en Novela romántica
problemas mentales, romance dolor amistad, problemas de salud
Editado: 18.12.2025