Siempre tuyo, princesa Aurora

Capítulo 2

Después de siete largas horas, al fin llegamos al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. Realmente ya no es nada novedoso de viajar para mí ya que mi padre me trajo infinidades de veces para hacer turismo y conocer algunas de los exorbitantes lujos que hay en este país.

Durante dos semanas viví con mi padre y su prometida llamada Amanda en su hermosa mansión que ambos adoraban. Realmente no me interesaba que si mi padre se iba a casar o si mi madre empezaba a buscar un nuevo amor en internet; ellos son lo suficiente mayorcitos para cuidarse y rehacer sus vidas amorosas.

Al llegar la semana, mi padre intento en convencerme para vivir en apartamento.

  • No compartirás duchas con otros estudiantes, dormirás plácidamente sin que nadie te moleste, podrás preparar tu propia comida y …
  • Papá, entiende por la milésima vez. No quiero un apartamento para mi sola. Solo quiero ir a la universidad como una chica normal, que intenta hacer amigos y no ser… una engreída hija – de inmediato me tapo la boca y maldigo mentalmente por haber dicho eso –No… no, no quería decir eso. Lo lamento papá, soy un desastre andante.
  • Está bien, hija – me da un beso en la frente y me sonríe – Si quieres eso, yo lo haré. Empezaremos a buscar una habitación en la residencia de estudiantes.

Ahora en estos instantes, mi corazón está doliendo y mi ahoga el sentimiento de no poder ir constantemente a casa. ¡Maldita sea la universidad! Papá me abraza con fuerza susurrándome palabras tranquilizadoras, mientras que Amanda nos da un poco de espacio y se va hacia Audi estacionado a las afueras de la residencia.

Antes de marcharse me da algunas indicaciones (aunque realmente son amenazas) de no salir de fiestas, pasar la noche fuera de la habitación y sobre todo no tener relaciones sexuales (lo recalco en negrita porque obviamente eso fue lo más relevante de las “indicaciones) y con un breve “hasta luego” se van sin antes prometerles que iré a su lujosa mansión en acción de gracias.

Mentalmente me preparo para conocer a mi nueva compañera de habitación que aún no conozco, pero con todas mis ansias espero llevarme bien con ella y tal vez ser muy buenas amigas.

Arrastro mis maletas y veo a una rubia despampanante con hermosos ojos verdes (prácticamente es su clon de Barbie) que me cuestiono por un momento si no me equivoque de universidad e ingrese a una escuela de modelaje.

  • Hola – sonríe mostrándome su hermosa dentadura - ¡Sí que eres guapísima! – salta de la cama y me abraza lo cual me sorprende y tardo un poco en reaccionar – Soy Katrina Kellen.
  • Encantada. Soy Aurora Hoffman.
  • Espero que no te importe por haber colocado mis cosas en este lado.

Observo que ella ya ha colocado varios posters, osos de peluches, ropa y maquillaje en la parte izquierda del dormitorio.

  • No, claro que no.
  • Ufff… genial. ¿Qué te parece si pongo un poco de música? – dice cerrando la puerta.

Asiento con la cabeza. Con un par de toques, empieza a salir por los altavoces Lost In Japan de Shawn Mendes

  • Muy buena elección – señalo al iPhone
  • Me encanta esta canción. 

Comienzo a tararear la letra con voz baja.

Recuerdo lo que mi padre me enseñó a cómo solucionar las cosas sin llegar a ningún conflicto, pienso y luego hablo, trato de ponerme en lugar de otras personas y, sobre todo, mantener la calma. Creo que en esa parte lo tengo todo contralado y no creo que me meta en ningún problema.

Empiezo a sacar la ropa y los zapatos (la mayoría son zapatillas) de las maletas para acomodarlas en el armario. Mi kit de maquillaje es escaso; solo llevo brillo labial y mascara de pestañas. Saco mi secadora, laceador, más mi bolsa de aseo personal. Coloco mis libros con sumo cuidado, ya que son mi vida y finalmente pego los posters de… Los vengadores (si, sé que humillante, pero soy fans de Marvel), Jennifer Lawrence, Katy Perry, Cara Delevingne, Sia y Liam Hemsworth, mi amor platónico.

Escucho una breve carcajada de Katrina.

  • ¿Te gusta Liam Hemsworth?
  • Obvio que sí, es un semental de hombre.
  • Bueno niña, sí que eres rara – cambia de tema – Bueno, te quería decir como hoy es nuestro primer día como universitarias y felizmente me llego dos invitaciones de Omega Zeta Phi1 que ofrecerán una gran fiesta – comenta alegre.
  • Gracias por la invitación, pero no me gustan las fiestas. Me aburro fácilmente – rechazo la oferta no porque sea una mala agradecida sino porque nunca me gustaron las fiestas, son puro alboroto sin sentido. Prefiero ver películas y comer una buena hamburguesa. Rara debo tener tatuado en la frente.
  • Nada de eso, iras conmigo, además conoceremos a muchos chicos millonarios y tal vez puedas tener un poco de acción…
  • Ni lo menciones – le advierto medio en broma y medio en serio.
  • Peroo…
  • No iré. Tal vez la próxima semana – evado el tema. Con esta actitud, moriré sin amigos.

Resopla resignada.

  • Tú te lo pierdes.
  • Si, yo me lo pierdo – me burlo y a consecuencia me saca la lengua.




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