Tortita de jamón
Lucas
Las chicas aquí en Texas sí que son raras mira no más que gritarme que porque según ella mi resultado está mal, que quede claro que no me mude aquí para que me anden gritando y sean unas mal educadas.
Revise mi horario y marcaba que tenía la clase de literatura y al parecer es en el salón A3, según yo esta en el piso de arriba o tal vez el de abajo, bueno que sea lo que dios quiera.
Me dirigí al piso de arriba y pues no, no había ningún salón A3, vi a una chica y me dirigí a ella para preguntarle donde estaba el salón.
-Hola -salude a la chica.
-Hola, ¿necesitas algo? -pregunto con tono nervioso.
-Si, es que me toca literatura en el salón A3, pero no se dónde queda con exactitud, serias tan amable de decirme.
-Si el salón esta en el primer piso en el segundo pasillo y tercer salón a la derecha.
-Muchas gracias, por cierto, soy Lucas -dije y me aleje a lo lejos oí que grito que su nombre era Karla, un nombre bonito para una chica bonita, pero no venimos a eso.
Llegué 15 minutos tarde al salón, ya valí madres -pensé.
-Buen día profesora, ¿me puede permitir entrar a la clase? -pregunté y le di mi mejor sonrisa.
-Buen día joven, ¿Cuál es el motivo de su retardo? -pregunto con tono demandante.
-Soy un alumno nuevo y la verdad aún no se en donde se ubica cada salón, así que subí al tercer piso porque eso dijeron mis instintos, pero se equivocaron y me vi en la necesidad de preguntar, pero aquí estoy después de bajar tantas escaleras.
-Aja y no le pudo preguntar a algún compañero.
-Pues de poder si podía, pero no quise, sabe en un solo día me di cuenta de que varios son unos mal educados que por solo haber tenido algo bien ya lo tratan a uno mal y no me parece algo adecuado para dar una primera impresión o más bien para querer convivir con alguien así -respondí y le dirigí una mirada a la loca que estaba al frente y su respuesta solo fue agachar la cabeza, no que hace rato muy gallita pues -pensé.
-Está bien, pero a la próxima que llegue tarde ya no lo dejare entrar -dijo y solo asentí y me dirigí a una silla vacía del fondo.
-Bueno jóvenes, como les estaba comentando para el día de mañana tendrán que traer un poema escrito por ustedes mismos, aunque tenga errores porque eso se corregirán aquí.
Ni bien llega uno y ya andan dejando tarea, tantita madre wey -pensé. Aunque realmente esa tarea es muy sencilla así que está bien.
Al término de la clase me disponía a salir, pero alguien se atravesó en mi camino y me toco -joder me tocaron- y con lo que detesto esas tonterías del contacto físico y era nada más y nada menos que la loca esa.
-Disculpa que te esté molestando, pero necesito hablar contigo -dijo un poco tímida.
-Mira para empezar no soy fan de que me toquen -dije y dirigí mi vista hacia donde estaba su mano- y dos la verdad ahorita no tengo tiempo tengo un poco de prisa, así que adiós -estaba a nada de irme, pero no soltó su agarre, esta realmente quiere terminar con mi paciencia.
-Será rápido, por favor.
Pues no me quedo de otra así que solo asentí.
-Se que no fue la mejor manera de hablarte y que me porte mal, pero en ocasiones mi enojo me hace perder el control de mi actitud y es por ello por lo que te pido una disculpa sincera y por cierto mi nombre es Daniela.
-Vale Daniela, tu disculpa esta aceptada así que por lo tanto adiós y si te molesto ya me puedes soltar -solté sin más. -cree que con una disculpa así de sencilla sin un chocolate lo aceptare pues se equivocó y que conste que el mal genio no pasó por desapercibido.
Ella en respuesta solo asintió y me soltó, y ahora si por fin me pude ir a chingar mi tortita de jamón que mi mamá no se despertó a las siete para que yo simplemente no la coma - ¡así es señores mi mamá me hace de almorzar y que!, su comida es más rica que la que sirven en estos lugares que ni siquiera sé si se lavan las manos. Almuerzo haya te voy.