Siempre Veremos Las Estrellas

Capítulo Doce

Lucas 

Verla sonreír me da una sensación de tranquilidad, tiene una linda sonrisa y se ve mejor así que estando enojada y aunque me estoy volviendo débil lo mejor es dejar de competir por quien es mejor y dar una tregua. Sus apodos no son tan originales como yo quisiera, pero es algo muy lindo el poder compartir un apodo con alguien después de tanto tiempo. Aun recuerdo perfectamente el apodo que tenía con Mía, también no tenía los mejores apodos, pero bueno era algo. Hasta que se fue y no volví a saber de ella, era la única persona que sabia todo y puf se fue y quede en una soledad interminable, después todo empeoro y me encerré en mi mundo de soledad. Tal vez después de tanto tiempo pueda tener a alguien con quien confiar, aunque me cuesta confiar en las personas, después de todo lo que e pasado ya no quiero volver a salir lastimado con disque confiar, pero tal vez ella me haga creer en que se puede confiar en alguien. 

-¡hey! -hablo Daniela- te quedaste parado con cara de tonto, ¿acaso fumaste hierba?

 -Si mensa, estaba fumando. Estabas conmigo como voy a andar fumando, no es bueno fumar enfrente de alguien. 

-De haber sabido que querías fumar te invitaba un cigarrillo, yo siempre los cargo -metió la mano en su sudadera y saca de su cajetilla un cigarrillo y le arrebate la cajetilla. 

-Para al rato -dije y salí corriendo en dirección al salón. 

Ella me sigue, pero cuando me alcanza me siento en la primera silla que veo y cuando quiere reclamarme llega el maestro. Salvado por la campana. 

***

 El resto del día pasa como siempre, aburrido y con una que otra pelea por la respuesta correcta contra Daniela. Cuando salimos de la escuela ella viene con su amiga platicando de no sé qué, siempre se ve contenta con ella, al contrario de como ve a los demás es extraño, aunque quien soy yo para juzgar porque me pasa igual. A lo lejos veo a la chica de la vez pasada que viene corriendo hacia a mí.

 -Hola, ¿Qué tal te fue? -pregunta con una sonrisa radiante. 

-hola, bien todo tranquilo, ¿y a ti?

 -bien también, ¿quieres que nos vayamos juntos? 

-No creo poder, tengo un pequeño asunto que arreglar, pero mañana sin falta. Ella vive en la misma calle que yo y por lo regular nos hacemos compañía. Porque las cosas hoy en día están de mal en peor y es desagradable saber todo lo que pasan algunas chicas por gente que no tiene ni una pizca de respeto.

 -Vale, entonces te veo mañana. 

-Si, toma un taxi que vaya lleno por cualquier cosa y me avisas cualquier cosa. 

-Gracias, pero se cuidarme sola. 

-No lo dudo, pero es una precaución.

 -Está bien, nos vemos -me da un beso en la mejilla y se va. No dudo de que es muy linda, pero no me siento atraído hacia ella, yo la veo simplemente como una amiga muy agradable.

 Cuando veo que su amiga de Daniela se va me acerco a ella, me pregunto porque nunca la lleva, es raro.

 -¡hey!, dame mis cigarrillos -me reprocha cuando llego a su lado.

 -No, tu los sacaste y como dicen “el que se va a la villa pierde su silla” 

-Tu cola, me costaron 5 dólares. 

-Pues ni modo, pero para que veas que soy buena onda te invito uno de camino a casa, que te parece.

 -son míos, pero está bien. Te veo en el parque, me voy en la moto y tu en tu transporte. 

-Mejor dame un aventón, si quieres que te lo invite. 

-Déjame pensarlo… no, nunca llevo a nadie.

-Si me llevas te lo devuelvo todo.

-Ammm…no lo se. Quien garantiza la devolución del producto.

-Soy un no terrícola de palabra.

-Dale, pero es la única vez que te llevo.

-Si terrícola.

-Dale, pues sube. Me subo atrás de ella y me agarro en la parte trasera de la moto y me entrega su casco.

-Ten, no traje el otro así que tendrás que usar el mío y agárrate fuerte que si te caes allí te dejo y me voy.

-Como digas.

Me coloco el casco y enciende el motor y sin más da marcha para ir hacia el parque o eso es lo que espero, al cabo de un rato me doy cuenta de que efectivamente vamos al parque. Cuando llegamos le entrego el casco y nos dirigimos hacia los columpios, le entrego la cajetilla y me da un cigarrillo mientras enciende el que tiene en los labios y luego me entrega el encendedor.

Da una calada y dice:

-Solía venir aquí con mi papá cuando era pequeña; nos poníamos a jugar en el tobogán y el me esperaba al final para atraparme -da otra calada y su vista se va al tobogán.

-Vaya, supongo que era alguien muy importante para ti.

-Él era mi mejor amigo, cuando él murió perdí todo tipo de amistad, la única persona que siguió a mi lado fue Coral.

-Suena trágico.

-Lo fue, pero eso es otra historia. ¿Qué hay de ti?

-Bueno, cuando era pequeño mamá me llevaba al parque, aunque no jugaba por mucho tiempo.

-¿Por qué?

-Tenía otras cosas que hacer y no tenía mucho tiempo.

- ¿Y tú papá?

-Él es otra historia y prefiero no hablar de él.

-Ésta bien. ¿Qué tal esta tu mamá?

-Ella bien, aunque enojada conmigo por no haberle avisado que me sentía mal.

- ¿y por qué no le dijiste?

-No la quería preocupar y odio ir al doctor, ellos solo esperan que te distraigas para sacarte sangre como unos vampiros esperan a su presa.

-¿en serio le tienes miedo a los doctores?

-No bueno sí.

-Que no terrícola más gallina.

-Cállate

-¡hey!, un doctor atrás de ti.

Volteo como tonto y solo volteo los ojos y ella comenzó a reír como loca.

-Tu chiste es peor que tus respuestas en la clase.

-Con mis repuestas no te metas y hubieras visto tu cara, creo que se te bajo la presión.

Cuando menos nos dimos cuenta le cigarrillo se terminó.

-Bueno… vámonos, hoy no paso por Yamil, pero no puedo dejarla sola.

-Está bien, vámonos.



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En el texto hay: destino, romance, rivalidad

Editado: 18.02.2022

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