Lucas
Las personas en ocasiones no hacen sentir débiles. Y yo me hice débil frente a Daniela, demostré algún tipo de sentimiento que no debió de ser demostrado.
Que tonto soy, aparte de dar un discurso ridículo le di un beso en la mejilla, ¡ay dios!, estoy deseando que la tierra me trague y me escupa en Dubái.
Iba cargando a Ian mientras yo iba inmerso en mis pensamientos y no vi la piedra que estaba en el camino y me di cuenta de ella solo porque la pase por encima y tuve que agarrar más fuerte a Ian para no caernos.
No faltaba mucho para que llegara a la casa y tal vez mamá esta enojada conmigo por no haberle avisado de que no llegaría, pero por el momento no quería saber nada de los resultados, así que preferí no ir y evitarlo, aunque sea por unas horas más.
Cuando llegamos a casa di unos golpes a la puerta y mamá no tardó mucho en abrir y en su rostro se mostraba furia pura. Ahora sí que me iba a regañar como no lo hacía en mucho tiempo. Cuando entramos le dije:
-Hola mami -dije dando una sonrisa de oreja a oreja.
-Nada de “hola mami” porque rayos no me respondías.
-Es que se me fue el tiempo y pues se descargó mi celular -ni bien dije eso y este mismo vibro.
-Claro, Lucas no me estes diciendo mentiras porque te va a ir peor.
-Es que… deja que vaya a dejar a Ian a la habitación y hablamos, porque pesa mucho.
-Está bien, pero no te tardes.
No dije nada más y me dirigí a la habitación para deja a Ian sobre la cama, lo arropé y fui a la cocina donde se encontraba mamá.
-¿Por qué no me dijiste nada?
-Es que creo que después de todo no me siento muy valiente para saber nada de eso -hice un círculo al aire refiriéndome a los médicos- se que querías que estuviera aquí, pero me dio miedo.
-Lo sé, pero por lo menos debiste avisarme.
-Lo siento, solo que no… no sé, simplemente no tenía ánimos de querer ir al doctor.
-Aja, pero es necesario que vayamos para conocer todo con seguridad y evitar más problemas.
-Lo sé.
-Y como no viniste tuve que ir yo a recoger los resultados y mañana iremos con el doctor para que nos diga todo el diagnostico.
-Está bien.
-Si no quieres saber el diagnostico no dudes en decirme y yo sola entrare y después te lo contare cuando me lo pidas.
-Vale
-Sera mejor que vayas a descansar porque mañana tenemos que madrugar y debes estar descansado.
-Vale, descansa.
Sin más me fui a mi habitación y me tiré en la cama. sé que soy un cobarde, pero si los resultados dieran un diagnóstico que sea preocupante no sería capaz de controlar todas las emociones que se pueden desatar en ese mismo instante.
No tenía ganas de dormir, se me había quitado el sueño, así que lo que hice fue sentarme y sacar las hojas de papel y mis tijeras, tal vez con ello me pueda relajar un poco y dejar de pensar; sé que es ridículo porque es algo que harían los niños, pero esto es un remedio para que no termine rompiendo las cosas de la habitación solo por el coraje que se empieza a formar.
Comencé a hacer esta actividad cuando tenía doce años, un día fui con mamá a comprar útiles para la escuela y vi unas tijeras que al recortar la hoja quedaba con una forma un tanto graciosa, así que le rogué que me las comprara y accedió después de un tiempo cuando todo empezó a empeorar yo me iba a la habitación sacaba algunas hojas que no sirvieran y tomaba las tijeras para comenzar a recortarlas en los pedazos más pequeños que pudiera, solía hacerlo con frecuencia y con el tiempo se volvió terapéutico aunque me regañaban porque eran mucho papel lo que tenía acumulado, pero eso a veces lo usaba como confeti o para otras cosas porque realmente si era mucho, tenía bolsas de papelitos. Cuando nos mudamos pensé que lo dejaría atrás pero no fue así porque volví a comprarme unas tijeras y volví a caer en la tentación de ese hábito.
Comencé a recortar los papeles tratando de que las tijeras no hicieran tanto ruido para no despertar a Ian
Sentado así en mi cama me concentre en pensar en lo que podría pasar después de saber los resultados, sino son lo que espero tendré la oportunidad de seguir viviendo “feliz”, pero si estos dan otro resultado creo que me terminare hundiendo en una profunda oscuridad, porque ¿quién puede vivir con saber que podría morir? no lo sé y prefiero no saberlo. Me concentre en seguir recortando hasta que escuche el celular vibrar, lo tome y era un mensaje de Daniela.
Terrícola
Me alegro de poder conocerte un poco más
Descansa, no terrícola <3
Sonreí como un idiota mientras leía una y otra vez ese mensaje, me sentía como si todo lo que me rodeaba dejara de existir y solo estuviera yo en la nada con la sensación de felicidad creada por un simple mensaje
Le respondí después de unos minutos
Terrícola
También me alegro de ello, Descansa terrícola <3
El leído se marcó enseguida, ya no respondió y yo me acosté para dormir, con su mensaje me relajé un poco como para poder conciliar el sueño. Sé que no es la gran cosa y mucho menos una declaración de amor, pero me dio una sensación de paz y con eso es más que suficiente.
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Me desperté a las cinco de la mañana sin haber logrado conciliar el sueño por completo, saber lo que podría decir el doctor es algo que me ha estado carcomiendo durante toda la noche que no sé qué pensar ni que hacer.
Después de unos minutos decidí ir a darme un baño, aunque mi mamá me regañe que me acabe el agua, pero es necesario para quitarme un poco de la tensión que tengo en el cuerpo.
Termine de bañarme en 20 minutos y me vestí con un pantalón de mezclilla, una playera negra y una sudadera azul marino, me peine y al fijarme en el espejo se me veían demasiado las ojeras y me veía más pálido de lo normal.