Confesión
Daniela
Pasaron tres días desde que le dije a mi madre sobre la moto y de que le había dicho que dejaría la mía por un tiempo. Y ahora me encuentro tomando el autobús para ir a la escuela porque mamá dijo que no podría llevarme, cosa que me tenía sin cuidado.
Paso casi media hora o más tiempo para que pudiera llegar a la escuela, me dirigí al salón de clases pues a esta hora me tocaba programación y por lo tanto tenía que llegar a tiempo si no quería quedarme sin computadora en la sala de cómputo. Cuando llegué el salón estaba casi vacío así que me senté en la segunda fila para poder ver, pero no llamar tanto la atención del maestro que por lo regular me preguntaba a mí.
Coral llego después de un rato y se sentó junto a mí con una sonrisa radiante de oreja a oreja y yo le di una media torcida.
-Sigues sin contestar, ayer te mande mensaje para preguntarte si salíamos y nunca respondiste.
-Ah, sí, lo siento, no tenía ganas de platicar con nadie y sabes que en ocasiones dejo de contestar como siempre.
-Claro, pero que raro, no es normal eso en ti porque antes respondías luego y ahora responde cada mil años.
-Si, últimamente no me encuentro con ánimos de nada y necesitaba tiempo fuera de las redes, no tengo interés en saber nada de nadie.
-Si, eso me ha quedado más que claro -resoplo e hizo una pausa-; ¿Qué te parece si vamos de compras el día de hoy?
No pude responder porque sonó el tono de llamada de mi celular, lo saqué y vi que era mi mamá.
Al contestar me dijo que ya tenían solucionado lo de la moto y que me la entregarían el día de hoy, no dije nada y solamente colgué me fui a sentar de nuevo y le respondí a Coral su anterior pregunta:
-Lo siento, no podre hoy, tengo que ir a recoger la moto de mi padre, así que no podre ir, pero que te parece si vamos otro día.
-Está bien -dijo con una mueca de molestia.
-En serio lo siento, pero que te parece si hoy te invito una hamburguesa por la noche o en el receso.
-Está bien -lo pensó un rato-. En la noche te espero porque en el receso quede de almorzar con el chico de la vez pasada.
-Claro, no me has dicho quién es.
-Tal vez te lo diré luego, cuando esto sea oficial.
-Vale.
No tardó mucho en que el profesor llegara y detrás de él llego Lucas, aquella persona que tengo días sin responderle ni un mensaje solamente porque mis ideas no son claras, aunque ese “beso” haya sido algo sin sentido en lo más mínimo, pero ese “beso” solamente me desequilibro.
El profesor dijo que encendiéramos la computadora que por suerte encendió a la primera, abrimos la aplicación para programar y puso un problema para poder empezar a codificarlo.
En esta clase el primero que debía saber si la programación era correcta debía de ser el profesor así que si se llegaban a equivocar por una mínima tendrían que iniciar de cero.
Por suerte yo llevo tiempo programando en mi casa así que es cosa fácil. Papá me ayudaba porque cuando era pequeña yo decía que estudiaría programación, pero mis ideas han cambiado, pero aun sigo practicándolo porque se volvió un pasatiempo.
Terminé después de media de hora y eso que también hice el diagrama de flujo. Llame al profesor, pero una vocecilla sonó al mismo tiempo y era nada más y nada menos que la de Lucas, alzamos el brazo y el profesor se dirigió a mi mesa primero, lo checo y la programación fue excelente por lo tanto me dijo que podría salir primero, aunque faltaban menos de veinte minutos para que sonara el timbre.
Le di una sonrisa de satisfacción a Coral y sin más salí del salón y me fui a sentar a las bancas, unos minutos después llego Lucas y me dio una sonrisa, mentiría si dijo que quería salir corriendo, pero realmente quería hacerlo, pero no podía hacerlo ya era demasiado tiempo que lo venia evitando y era hora de hacerle frente a la tontería de emociones que sentía.
No tardó mucho en llegar a sentarse a mi lado y dijo:
-¿Qué te pasa?, ¿por qué me ignoras?
-No es nada, simplemente no he tenido ganas de nada, no es nada personal.
-Aja, ya sabía que después de que te dijera lo que te dije te alejarías así es como hace todo el mundo, se entera de la mierda de otros y a la primera oportunidad se larga, por eso nunca le digo nada a nadie porque se que es lo que pasara si lo digo -dijo con tono triste.
-No digas eso porque realmente no es por ello y realmente te agradezco porque tuviste confianza de poder decírmelo, solamente estoy confundida pero no seas idiota no te dejaría de hablar por lo que me dijiste.
-Aja, si como no.
-En serio, solo necesitaba pensar por qué hiciste lo que hiciste.
-¿Lo del beso?, si realmente quieres saberlo hablemos en el receso, en el techo.
-Está bien, pero no pienses nunca que te alejaría de mi por lo que me contaste.
-Vale, te veo en el receso.
No dijo nada más y se colocó su mochila para después desaparecer por las puertas de la entrada. No tardó mucho en sonar el timbre y me fui a la siguiente clase.
Era la clase de literatura y la maestra nos llamó a Lucas y a mí para preguntar si ya sabíamos el poema pues ya faltaban dos días para que se recitara. Ambos dijimos que sí y estuvimos arreglando otros detalles más para que saliera perfecto.
No paso mucho tiempo en que volviera a sonar el timbre y no se hizo gran cosa en esa clase, faltaba dos más para la hora de receso así que las otras dos cosas estuve tan nerviosa que me dieron ganas de vomitar, malditos nervios de niña hormonal.
Las dos clases siguientes pasaron super rápido que se me hizo algo de locos. Me dirigí a la cafetería con Coral y ella solamente pidió una ensalada y un jugo mientras que yo pedí tres tortas y una taza de chocolate, almorzamos y nos fuimos cada una a su destino que se tenía, ella con el chico con el que se podría decir que llegaría a salir y yo con Lucas.