Daniela
Después de hablar con Lucas tuve que ir a mis siguientes clases, para este caso solo me hacían falta dos por lo tanto podría ir por la moto luego de salir.
Las clases fueron de lo más aburrido, geografía y química, aunque química se medió defiende no es tan aburrida.
Me dirigía a la puerta de la entrada junto con Coral a mi lado y me dijo:
—Ese chico es maravilloso, el día de hoy me regalo un ramo de flores de papel, y se ven tan preciosas —me dijo mostrando sus rosas.
—Claro que sí, aunque la forma del trazo de tus flores se me hace algo conocida, ¿Quién es ese chico misterioso?
—Ya te dije que no te lo diré hasta después, es secreto, pero solo te diré que es muy lindo y romántico.
—Como tú lo digas.
—Claro
Decidí cambiar el tema y le dije:
—¿Voy a tu casa con la comida o vamos ir a cenar?
—Mmm, llévala, ahorita no tengo mucho dinero y lo que tengo lo usare para comprar unas cosas que me hacen falta.
—Claro, me parece bien, ¿a qué hora?
—A las ocho y media.
—Vale, ahí estaré puntual.
No dijimos nada más y nos acercamos a la parada de autobús, yo tenía que tomarlo para ir con el abogado y después ir a recoger la moto y coral tenía que irse a su casa.
Al cruzar la calle estaba Lucas junto con otra chica que no conocía de nada y así decía que según profesaba su amor, hablando con otras mientras yo no estoy, que se cree, aunque no vale la pena enojarme al fin y al cabo no somos nada y unos metros después visualice a Christopher con sus compañeros, volteo y nos saludó a Coral y a mí, cosa rara porque casi nunca lo hace.
Coral se subió al primer taxi y yo me subí al autobús y a mi lado se sentó Christopher, no dijo nada, pero era un silencio un tanto raro así que decidí romperlo.
—¿Qué tal van los entrenamientos de ajedrez?
—De maravilla, está cerca un torneo y yo iré a competir.
—Suena muy bien, espero que te vaya fantástico.
—Claro y gracias, por cierto, tu amiga Coral es muy bonita.
—Ah, sí, demasiado —debía decir que su comentario me sonó un poco fuera de lugar y que me debí de sentir mal, pero realmente no fue así, porque por el realmente no siento nada. Unos asientos más adelante estaba Lucas con esa chica y yo solo lo veía de reojo con cara de enfado.
—Y… ¿a dónde vas? —pregunto después de un rato Christopher porque me di cuenta de que no has traído tu moto.
—Iré al centro a traer un encargo de mi madre y no la he traído porque la he llevado al taller y aun no me la han entregado.
—Vaya, eso es algo malo, pero espero que pronto te lo regresen. Por cierto, eres a la única chica que he conocido que maneje una de esas bestias.
—Gracias, por lo visto es así, aunque muchos digan que estoy loca por manejar una de esas.
—No hay de que, no eres una loca, eres la chica más cool que conozco.
Una parada después Christopher se bajó y solo le di una sonrisa cuando se bajó, aunque en su mochila vi una hoja del color de las rosas de Coral, aunque si Coral saliera con Christopher me lo diría ¿no?
Me quede ahí sospesando las posibilidades de que eso fuera cierto y un 90% de mi decía que, si podría ser posible y el otro 10% de que no podría ser posible, talvez le deba de preguntar.
Como faltaba demasiado para llegar al centro decidí sacar mis audífonos y escuchar un poco de música y ver a la ventana como si fuera la protagonista de un video musical.
Unas tres cuadras después Lucas y la chica se bajaron; con que vienen juntos. No le tome importancia y solamente seguí oyendo música, aunque en el fondo tenía una sensación de enojo y no sé qué más, pero me hacía sentir rara.
Después de 10 canciones más tarde baje del autobús y camine hacia el despacho del abogado. Cuando llegue una señorita me atendió y me dijo que enseguida podría pasar.
Alrededor de 10 minutos el abogado salió y me invito a pasar, tome asiento y lo salude.
—Buenas tardes
—Buenas tardes, señorita, es la hija del señor Alfredo, ¿no es así?
—Así es.
—Era un buen amigo mío, a veces salíamos a platicar.
—Vaya, no sabía que eran conocidos.
—Si, así fue. Pero cambiando de tema, usted vino por la moto de su padre, si es que no me equivoco.
—Esta usted en lo correcto, vengo por ella.
No dijo nada más y empezó a teclear algo en su computadora y saco unas impresiones y otros tantos documentos, quiero suponer que era la documentación de la moto, después de unos minutos dejo de hacer lo que hacía y me dijo:
—En unos minutos la dejaran abajo, mientras tanto déjeme darle la documentación que su padre dejo más otros papeles que hace constar que usted la ha reclamado, aunque claro es parte de su herencia, el resto es dinero, pero si usted desea se puede seguir guardado en la cuenta bancaria en donde esta y cuando usted lo necesite puede acudir a mí para llevar a cabo ese papeleo.
—Claro, me parece bien, aunque lo único que deseo es la moto.
—Está bien, tiene que firmar estos documentos y después puede ir por la moto.
No dijo nada más me entrego los documentos a firmar y cuando termine saco de un archivero los documentos de la moto junto con las llaves.
—Bueno, eso es todo —me tendió el documento junto con las llaves—. En caso de necesitar alguna otra cosa no dude en llamarme señorita…
—Daniela —dije después de levantarme y tenderle la mano.
—Bien, señorita Daniela ha sido un gusto poder verla y estamos en contacto.
—El gusto es mío —no dije nada más. Salí para ver la reluciente moto de mi padre, era una moto deportiva Yamaha YZF R1 en color blanco, era fantástica y para mi hermosa. Tenía en el asiento el casco que mi padre solía usar así que lo quite y me lo puse y me subí sin más, coloque la llave y encendí el motor, sí que sonaba espectacular, es una tremenda joya.