Capítulo 5
Mentiría si dijera que tuve una noche tranquila, la verdad es que no dormí nada, mis pensamientos olvidados me acompañaron toda la madrugada, lamentablemente aún no encuentro mi rumbo. Las oficinas de mi empresa sí es algo que reconozco de inmediato, lo que logra darme un poco de tranquilidad, debo de encontrar mi lugar seguro, ya comprendí que mi casa no lo es, espero que mi oficina sí lo sea. Después de todo este siempre fue mi más grande anhelo y pensar que hace diez años no me creía capaz de lograrlo.
Las miradas de alivio y sonrisas de felicidad de cada una de las personas que trabajan conmigo me hace engrandecer mi corazón. No solo yo dependo de este sueño.
—¡Bienvenida, señora Nora! —todos gritan al unísono, mis ojos no tardan en responder con humedad. Una de las secretarias se acercan con un ramo de orquídeas.
—Sus favoritas
—Gracias a todos —me repongo, ante todo el profesionalismo.
Después de unos breves minutos saludándolos a todos, me alejo hasta la sala de juntas, donde ya me esperan cuatro personas.
—¡Daniel! —llamo a mi hermano con demasiado entusiasmo, quien se acerca con su sonrisa a medio lado que lo hace irresistible para cualquier fémina —Por fin te dejas ver —le acuso —Desde que deje la casa de Liam no has ido a verme.
—Perdóname —me envuelve en sus brazos haciendo que suelte un suspiro, debo de admitir que Daniel siempre ha sido mi consentido a pesar de que Summer es la menor —Es que nuestra madre está en tu casa, preferí esperarte acá.
—Me estoy asustando, Summer y tú le están huyendo, hasta papá está desaparecido —le doy una palmada en el hombro —No es solo mi madre.
—Eres la mayor —se encoge de hombros —Ella te prefiere.
Luego presto mi atención en otra persona que siempre he querido como un hermano y desde que lo vi sin siquiera decir una sola palabra se ganó mi corazón por completo.
—Roman, te he esperado en casa todos estos días.
—Tu madre me ha declarado la guerra desde que me conoció —me río por su sinceridad, todos saben que Summer se muere por él y Dayan festeja la indiferencia de Roman hacia mi hermana.
—Dame un abrazo —las muestras de cariño toca sacarlas a Roman a las fuerzas —Y que dure más de cinco segundo, por favor —puedo jurar que en su cabeza está contando los segundos —Te quiero.
No contesta igual que siempre, lo conocí cuando apenas llegaba a los veinte años, y en muchas ocasiones dejo ver esa falta de apego a todo, es como su no le importará nada, más allá de su hermana.
Luego está el padre de mi hijo, Liam, el cual ya entendí que no lo amo, al menos no como antes.
—Hola, Nora —con Liam sucede algo extraño, desde que volví a la vida, puedo sentir en cada uno de sus gestos y palabras mucho más amor que cuando éramos pareja. Debe ser que ya descubrió de qué manera me quería.
—¿Cómo se portó nuestro hijo? —su beso en mi cabeza se siente igual al de Daniel y Roman, eso me hace sentir tranquila.
—Igual a ti —alzo una ceja —Muy tranquilo, se parece mucho a ti.
—Aunque agradezco que lo digas, la verdad es que tiene tu cara.
—Gracias al cielo solo le toco mi cara —ríe —Su genio es el tuyo —junta sus palmas —Supongo que ya estás enterada de quién maneja la publicidad, ven aquí Charles.
—Buenos días, Nora —miro su rostro, Charles, tan cercano y lejano a la vez.
—Buenos días… — le respondo, me quedo bien quieta para no tener que hacer contacto físico—. Empecemos, quiero saberlo todo, ¿qué han hecho con mi empresa en todos estos meses? Les advierto, esto ha sido el proyecto por el que más me ha esforzado en mi vida, estoy segura de que no dejaron que decayera ¿Verdad Liam?
—Completamente.
La mañana pasa rápido, me llego hasta a sorprender al ver todo lo que hicieron por mi sueño. Absolutamente, todo está mejor de lo poco que recordaba, a la hora de almorzar terminamos. Había quedado en verme con mi hermana, así que me despido, de todos modos no quiero ver a cierta persona.
Cuando estoy arrancando el auto en el estacionamiento por el espejo del retrovisor, alcanzo a ver un auto que llama mi atención. Sin saber por qué decido seguirle los pasos, no creo que Summer se enoje por un par de minutos de retraso.
El auto negro va a baja velocidad por las calles, es como ver a su dueño caminar, calmado y medido, pareciera que lo pensará para hacerlo. Se me pasan los minutos siguiéndolo, me doy cuenta de que no va a ningún lado. ¿Qué haces Nora? Esto entra a la categoría de acosador.
Al decidir que me estoy comportando equivocadamente y dirigirme al lugar donde me esperaba mi hermana, Charles da un giro brusco a su auto e inmediatamente me olvido de Summer.
La velocidad de su carro aumento y así lo hago yo, se empieza a alejar de las calles abarrotadas por cientos de vehículos y personas.
Lo que estoy haciendo no está bien y realmente dudo de que sea legal, sin embargo, no me importa, lo sigo, es algo dentro de mí. Después de media hora la ciudad empieza a quedar atrás y el radiante sol es tapado por nubes negras.