Siete fases de la muerte

OBLIGACIÓN

MELANIE

La noticia de Antuan aún me tenía muy desorientada y parecía que la confianza había decaído un poco, Beth y yo no nos habíamos hablado, y yo no me había disculpado. Me sentía muy mal por eso, mucho, pero no encontraba la forma de pedirle perdón. Marcus había traído unas cosas de quien sabe dónde y al parecer tenía un plan de entrenamiento.

Eran las tres de la tarde, nadie hablaba y tampoco se veían curiosos por saber qué era lo que Marcus trajo.

—Debemos comenzar —anunció Marcus por fin, nadie hizo caso, salvo yo.

—No hemos desayunado —comenté, no quería sentirme mal, no mucho por lo menos.

—Esta vez no pudimos traer nada, las galletas se han acabado —Me respondió Antuan, que revisaba la última caja de galletas.

—Me ha sobrado fruta, pero esta envinada, aun así, nos sentiremos mal —dijo Katherine, sacando de su bolso negro y reluciente un recipiente verde.

Todos se acercaron, atraídos por el olor que desprendía cuando lo abrió. Manzana picada en su mayoría, olía muy bien, pero mucho a alcohol. Tomamos dos trozos cada uno, casi los tragué del hambre que me estaba matando.

—Debemos idear algo para cazar animales, si seguimos en este paso moriremos antes de tan siquiera entrar a la primera fase —mencionó Perla, chupando sus dedos llenos de vino rojo.

—¿Tú te meterás a ese bosque sin tener fuerzas para caminar bien? —preguntó Beth a Perla, ambas giraron los ojos.

—No hay de otra —dije, Beth me miró feo.

Extrañaba a Beth, pero odiaba apoyarla en su pesimismo.

—Yo quería hacer peleas entre nosotros, para poder entrenar un poco de defensa —explicó Marcus, jalando la bolsa, que cuando la abrió nos mostró guantes de boxeo—. Pero creo nadie tiene la fuerza para eso.

—Podemos comer plantas —opinó James, señalando los árboles—, para poder entrenar un poco por lo menos.

Se encogió en hombros, Marcus asintió.

—Debemos hacer una investigación de qué es venenoso y que no —comenzó Perla, haciendo que Beth haga un ruido repulsivo.

—Todo lo quieren analizar, si vamos a morir lo haremos sin importar qué —aclaró esta, haciendo una bomba con su goma de mascar.

—Por primera vez estoy con Elizabeth —añadió Antuan levantando el ánimo—, creo que, si algo nos matará, lo que sea, no importa ya.

Beth se cruzó de brazos, vi su gesto, se sentía alabada.

Nos miramos entre sí con incomodidad. ¿Qué debía opinar en este caso?, yo no tenía ni una idea del qué hacer.

—Haremos esto, un par irá a pescar, un par a recolectar vegetales o frutas que se pueda encontrar en el bosque y otro par recaudará agua del lago para tener dentro de la cabaña —organizó Marcus, moviendo las manos como si estuviera separando fruta—. ¿Alguno tiene otra idea?

—Sí, no sabemos pescar —continuó Beth.

Beth siempre se quejaba mucho, de todo desde que tenía memoria, no le parecía nada y todo la tenía inconforme, siempre quería mandar y no le gustaba trabajar, pero esto no era lo mismo, no era ella sola, éramos todos.

—Aprenderemos, hay libros que te enseñan a hacer este tipo de cosas, cambiaré un poco de comida por algunos libros —bufó Perla con mucha alegría.

—¡Estoy harta de tener que escucharte hablar de libros! —Le respondió Beth en un bufido mal oído.

—Basta Beth, si no vas ayudar es mejor que no abras la boca —replicó James, defendiendo a Perla, y la verdad tenía toda la razón, no estábamos para escuchar quejas tontas.

Beth quería salir a la defensiva, pero interrumpí.

—Creo que, si no te gusta esto, y por lo único que quieres estar aquí es por la diversión, entonces debes dejar el grupo —hablé más segura que nunca, todas las miradas me recorrieron como bala, comúnmente yo no hablaba así.

—Creo que es lo mejor para el grupo —James dijo al final. Beth nos reprimió con la mirada, y me dolió el alma, esquivé su mirada, observando la lejanía del bosque.

Y en tres segundos se levantó.

—De acuerdo, a la mierda con ustedes —Y comenzó a caminar de ida al túnel. Marcus corrió tras ella.

—Fue muy grosero de su parte, chicos —Katherine nos reprendió—, está tan asustada que su única forma de defensa es ser cortante y grosera, piensa que eso la hace ver ruda, y que oculta lo que realmente siente.

—Pero es demasiado cansado tener que escuchar sus quejas por todo —comenzó James.

Me reprendí mentalmente, Beth siempre estaba tan asustada que lo que dice Katherine es muy cierto, se refugiaba en ser como es, para no verse débil.

—Yo estoy acostumbrada a su mal trato —Perla se encogió de hombros.

—Puede que lo que digas sea cierto —dijo Antuan mirando a Katherine—, pero eso no le da el derecho de hacernos sentir todavía más inútiles.

Asentí, pero no podíamos hacer esto.

—Chicos, ella es como mi hermana, sé que es muy abrumadora, incluso a mí me molesta de muchas formas su ser, pero creo que debemos hablar con ella, todos, hacer que vea bien lo que pretende —aclaré, comenzando a dar marcha y alcanzarlos.

Nadie me siguió.

Corrí puesta abajo, Marcus abrazaba a Beth y pude ver como ella gimoteaba. Estaba llorando, ella no lloraba frente a nadie, ni siquiera conmigo y menos de esa manera.

No sabía si acercarme o dejarlos solos; no quería que Beth piense que yo estaba en su contra.

"Sí que fui una tonta, siempre soy una tonta."

Por la noche todos estábamos en nuestras alcobas, Beth regresó, pero no habló con nadie y se metió con Marcus a su habitación. Yo también quería llorar, ya no quería hacer esto, ya me había cansado de todas las maneras, estaba muy afligida que quise rendirme y tomar la vida que tenía hasta ahora, y morir a los veinte como todos.

—No te sientas mal, esto es normal entre hermanos, podrán hablar y solucionarlo —Me animó James, tomando mi mano lentamente.

—Sí, espero que sea pronto, odio sentirme así con ella.

Asintió.

Dejé que me abrazará, realmente lo necesitaba para poder conciliar el sueño.




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