MELANIE
Recordé cuando tenía ocho años y como todos los domingos mi padre me llevaba al parque para pasar tiempo juntos ya que su trabajo a veces no se lo permitía, compraba algodón de azúcar y cada porquería que se antojase, me hacía reír sobre cosas que la gente hacía, se la pasaba bromeando y jugando conmigo; ese día no me sentía muy bien ya que me había estado en un juego giratorio, al bajar vomité todo que lo había comido y mi padre decidió llevarme a casa ya que me puse realmente mal. En mi habitación colocó un recipiente para que no me levantara al baño a cada segundo, se recostó conmigo en la cama mientras me cantaba una canción sobre animales que me hacía reír demasiado; me decía lo importante que era para él, y me regalaba dulces besos en mis mejillas. Nos quedamos dormidos, pero cuando desperté él ya no se encontraba en mi habitación porque se había marchado a su trabajo. Solía hablarme todas las noches por webcam, pero esa noche no se conectó y comencé a preocuparme.
Al día siguiente un tipo robusto llamó a la puerta y mamá abrió, él sólo nos avisó que papá había quedado atrapado en su automóvil, mientras el fuego lo envolvía y moría. No pude evitar llorar todos los días por más de cinco meses, me comencé a sentir mejor recordando a mi padre tal y como era él, y mi último recuerdo juntos fue simplemente perfecto y me basto para continuar mi vida.
No sabía porque ahora mismo estaba recordando eso, pero no me hacía del todo bien.
Antuan no estaba en la habitación, al parecer pasó la noche en el suelo.
"¿Por qué ahora era lindo conmigo?"
Después de estos meses juntos a ellos me era un poco doloroso tener que separarme de James, ya se había hecho mi amigo, y la verdad nos la pasábamos bien.
—Soy una niña tonta —Me murmuré a mí misma, se supone que no debía de poner como prioridad ese tipo de sentimientos.
—Hey —Llamó Antuan desde mi puerta, estaba recargado en el marco, con los brazos cruzados.
—Creí que habías vuelto a la cabaña —musité, poniendo mis pies colgando sobre el borde de la cama.
—Te hice una promesa —Se encogió en hombros.
—Realmente nada me duele —Fui sincera, tal vez un poco, pero no podía mostrarme dolida por algo sin importancia alguna. Antuan parecía decepcionado, no sé si acaso quería curar algo en mí para ganar terreno, pero no funcionaba así.
—¿Entonces quieres volver? —inquirió acercándose a mí. Sumió la cama cuando tomó asiento a mi lado. No quería volver y que todos me vean llegar con Antuan, que me pregunten qué pasó y James se quisiera disculpar. Pero tampoco quería estar con Antuan, aunque su presencia no me molestaba y ahora mismo olía bien. Me hacía sentir incómoda.
—No sé si solo quieres ganar terreno —confesé, quería saberlo de todas formas—, para decirte que así no funciono, de hecho, no me gustan las relaciones en el grupo, siento que es una pérdida de tiempo, y sí acepté a James fue porque él sí me agradaba.
—¿Crees que estoy aquí porque dije que estaba enamorado de ti?
Asentí.
—Hay muchas cosas en nuestro sistema que son considerablemente más poderosas que un enamoramiento, algo me hizo venir a ti.
—¿De qué hablas? —Me sentí estupefacta, cómo le hacía para confundirme.
—Mis genes me hacen querer estar contigo, más allá del enamoramiento. Tú lo sientes también, por eso siempre quisiste saber más de mí —explicó, pero no entendía.
Ahora sí había perdido la cabeza, en medio de todo esto teníamos un loco, y estaba enamorado de mí.
—De acuerdo, como sea. Quisiera que fueses más claro.
—No puedo, es lo único que puedo decirte, debes creerme. Tú y yo somos totalmente compatibles —Tomó mis manos, las pegó a su pecho y pude sentir con exactitud su corazón latir entre ellas. Una sensación extraña me abordó, y un escalofrío me recorrió por completo. "¿Qué magia era esta?"
Me solté de golpe y me puse de pie.
—De acuerdo, basta. Me has asustado, es mejor hablar de otras cosas —supliqué.
Lo observé detenidamente sin querer, su mirada me parecía conocida, de repente me sentí confundida.
Mi cuerpo se calentó y mis manos cosquilleaban, las sacudí para evitar la sensación.
Dos horas después pareció todo volver a la normalidad.
—Encontré cubitos de gelatina de limón en tu refrigerador, aún están buenos —Sonrió—, ven come un poco.
Lo seguí escalera abajo, viendo cada uno de sus movimientos, y de repente me sentí más interesada por saber completamente todo de él.
Colocó cuatro cubitos de gelatina frente a mí, y dos frente a él. Miré mi gelatina, bailaba un poco.
—Quisiera saber un poco más de ti, dime, háblame de lo que me acabas de decir —Tomé un cubito con tres dedos y absorbí muy despacio para no atragantarme.
—Ya te he dicho que no puedo, es peligroso.
Rodeé los ojos, si era peligroso entonces porqué siquiera lo mencionó.
Tomé el segundo cubito, y luego el tercero. No habría de otra, debía acercarme a él de alguna manera.
Al día siguiente estiré mis brazos sobre la cama, Antuan se había ido antes del amanecer, lo había escuchado. Subí al autobús para ir a trabajar y tomé asiento a un lado de Beth, ella me miró y recargó su cabeza sobre mi hombro sin antes hacer una bomba de goma de mascar con olor a canela:
—¿Ya estas mejor? —preguntó sutilmente, sentí la caricia de sus dedos en mi mano.
Ya lo sabía.
—Sí... Eso creo —respondí, ella me miró y sabía que no del todo—, Me costará un poco verlo de nuevo, pero estoy mejor —Fui honesta está vez, y ella apartó la mirada.
—Lo sé, pero te ayudaré a sobre llevarlo —animó besando mi mejilla, y volvió a poner su cabeza en mi hombro.
En realidad, no quería ni verlo de nuevo, pero era imposible ya que lo vería todos los días. Pero a quién le importaba, en poco tiempo quizá alguno de los dos esté muerto.
Al llegar al trabajo chequé con mi tarjeta mi llegada, me coloqué mi mandil y al pasar por el baño una mano salió por la puerta y me atrajo a ella, dejé escapar un gemido cuando me hizo entrar al baño. Me acomodé las ropas y levanté la mirada, era James.
#656 en Ciencia ficción
#4376 en Otros
#558 en Aventura
virus letal, drama accion, romance accion aventura postapocalíptico
Editado: 18.07.2025