Silencio

CAPITULO 02

Arrugue mi nariz cuando un olor asquerosos entro por mis fosas nasales.

Joder

Mire a Erick quien subía a la camioneta blanca doble cabina y sus pantalones sucios.

- Demonios E, apestas. Joder -

- Siento haberme cagando encima, es que el tener un arma apuntándome y ese maldigo juego de la ruleta me emociono bastante.

Gire mi cabeza hacia un lado y observé a Deuce quien se acercaba cubriéndose la nariz con el cuello de su camiseta negra. Sus hombros se movían indicándome que se reía.

- Deja al chico Jov. Hasta yo me cagaria encima al estar secuestrando por Donna Feller.

Rodee los ojos y me gire apartándome del asqueroso de mi amigo.

Me subí a mi motocicleta y esperé a que Erick terminara de hablar con Deuce de lo sucedido para largarme detrás de él y poder llegar a casa. Necesitaba dormir, no pude por la noche. Ese maldigo rostro me persiguió.

Ojalá nunca me la hubiera encontrado.

Ojalá no fuera su hija podría haberla echo mía sin problemas dejarla a un lado sin importarme quien vendría detrás de mi.

Ella era uno de ellos, y era más que eso. Era su maldita familia aún cuando ella no estaba ligada directamente formaban parte de su vida de su asquerosa y repugnante vida.

Alguien movió mi manubrio y levante la vista observando los verdes ojos de Deuce.

- Es momento de irnos, Chico. - asentí encendiendo mi moto.

Una vez dentro de la cabaña me dirigí hacia mi habitación. Me deje caer sobre el colchón con los pies colgando fuera de la cama y el arma lastimándome un lado de la cadera pero no me importaba en realidad. Cerré mis ojos un momento.

Eran las tres de la madrugada cuando levante la cabeza de la almohada. Entrecerré mis ojos y fruncí el ceño cuando estiré mi brazo y no sentí su cálido cuerpo aún lado del mío.

Salí rápidamente de la cama y me coloqué unos pantalones de pijama antes de ir abajo. Será mejor que esa maldita no se haya ido. Antes de salir de la habitación gire nuevamente la vista hacia la cama donde al solo ver aquella mancha roja extendida por casi todo su lado mi pecho de contrajo y la respiración se me atascó en la garganta.

Me apresuré a bajar las escaleras y me dirigí hacia la cocina. Nada. Mis nervios se estaban alterando con cada segundo que pasaba corrí hacia el cuarto de lavado y tampoco se encontraba ahí. Estaba seguro que mis pies golpeando con fuerza sobre el suelo era lo único que se escuchaba en esta maldita casa.

Fue ahí donde la encontré después de media hora o así lo sentí. Detrás de la casa, en la orilla del pequeño río que dividía la ciudad y el pueblo. Justo ahí con una jeringa colgando de su brazo y un hilo de sangre correr entre sus piernas fue ahí donde mi pesadilla comenzó. Los días de sueño se fueron acabando dando inicio a una vida de culpa.

Lo había perdido por mi culpa.

Si hubiera cuidado más a esa maldiga Yonki ahora el o ella estuviera en mis brazos o corriendo y siendo querido por mi familia, pero ella me lo arrebató ambos le quitamos la vida a ese ser y ahora las odiaba a todas ellas.

Todas eran iguales decían que no pero lo eran y estaba seguro que la hija de ese idiota igual solo aparenta como todas ellas lo hacen para atraer al chico malo y después ser unas perras. Aprendí de ellas y Alisha Bonson no es diferente. Ella caerá como su padre.

Todos ellos desaparecerán.




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