Silencio

Capitulo 4 - Feria

 

Adara

El sol se escondió, cuando era pequeña me asustaba mucho la oscuridad, temía quedarme sola, temía que la oscuridad me hiciera daño. Mi padre en cambio amaba la oscuridad y me enseñó que todos podemos brillar en ella, que la oscuridad es tu amigo porque te puede proteger, que te ayuda a esconderte para mantenernos a salvo, mi padre insistía que yo era muy valiente y que llegaría a serlo más. 

Luzbel y yo nos encontrábamos sentados en la arena observando el mar, luego de toda una tarde jugando, nadando y comiendo, nuestras energías se agotaron. Me apoyé en su hombro para poder descansar y el coloco su brazo por mi hombro, estábamos en silencio, solo escuchábamos el sonido del mar y la brisa, empecé a temblar un poco por el frío.

― Será mejor que me cambie ― me paré y camine buscando mi mochila donde se encontraba mi ropa, camine a los vestidores y me puse algo cómodo y abrigador, al salir veo a Luzbel guardando las cosas y me acerco para ayudarlo.

― Hoy fue un maravilloso día, gracias ―y no mentía, este día fue perfecto

― Gracias a ti, me encantaría repetirlo― me comenta con una sonrisa

― A mi igual― terminamos de dejar las cosas en el auto y entramos, Luzbel sube el techo de su auto para estar más calientes. Yo me acomodo bien y me acurruco en el asiento, miro como Luzbel se concentra en el camino, es tan lindo, solo mirando la carretera. Voltea y me ve observándolo y rápidamente cierro los ojos, el solo sonríe y acaricia mi cabeza. Luego de un rato nos da hambre y comemos algo de comida rápida que compramos en una parada.

― Haremos una última parada y sé que te divertirás ― me informa Luzbel con una sonrisa picara

― Haremos una última parada y sé que te divertirás ― me informa Luzbel con una sonrisa picara

― Tú y tus sorpresas ― ruedo los ojos y rio un poco

7 canciones más tarde

Luzbel me informa que llegamos y me venda los ojos con una venda que sacó de los asientos traseros. Escucho como Luzbel sale del auto, espero pacientemente a que me saque, siento las manos de Luzbel sobre las mías, camino lento y torpe, entre risas Luzbel me informa que ya falta poco. Puedo escuchar música y mucha gente hablando

― Luzbel, ¿Dónde estamos? ― pregunto una vez más

― Ya casi... ― me detiene y lentamente me saca la venda ―. Sorpresa, preciosa

Sorpresa, preciosa

― No.puede.ser ― llevo mi mano a mi boca ―. Esto es ¡asombroso! ― me tiro en él para abrazarlo .― Gracias gracias gracias ― siento sus brazos en mi cintura correspondiendo mi abrazo de oso.

Me encontraba dando saltitos de emoción, llevo años sin ir a un parque de diversiones, puedo oler los bocaditos dulces que venden y escuchar la melodía de las atracciones principales. Espero mientras Luzbel compra las entradas y me quedo observando los juegos a los que quiero entrar.

― ¿Lista? ― llega Luzbel con una linda sonrisa

― SIII ― aseguro dando más saltitos

Fuimos por todas las atracciones, por el cuarto de espejos, la casa de terror, los juegos donde que dan un peluche si tumbas todas las latas.

Luzbel es muy bueno en esos juegos, ganó en el juego del martillo, paseamos por el lugar mientras bromeábamos, nunca me reí tanto como con Luzbel. Nos dirigimos a la última atracción, NORIA.

Nos sentamos juntos y disfrutamos la vista, la brisa y nuestra compañía.

Nos sentamos juntos y disfrutamos la vista, la brisa y nuestra compañía

― Es una linda vista ― admiro nuestro alrededor

― Es hermosa ― añade Luzbel, me doy cuenta que no se refiere exactamente a la vista ―. Gracias por este día

― Gracias a ti ― lo miro y apoyo mi cabeza en su hombro para apreciar el momento

Ya se estaba haciendo tarde, teníamos que volver a casa. El camino de vuelta fue muy tranquilo, mire la ventana todo el rato, Luzbel puso música para no dormirnos, estábamos muertos de cansancio pero valió la pena, fue una de las mejores tardes de mi vida. Ya llegamos a casa, las luces aún seguían prendidas lo cual significa que mamá va a trabajar hasta tarde.

― Fue un día maravilloso, muchas gracias por eso ― admito cogiendo mi mochila

― Gracias a ti, aunque fueron muchos gracias por un día ― rio, Luzbel se acerca a mi mejilla y me regala un beso ―. Buenas noches

―Buenas noches ―salgo del auto con una sonrisa, saco mis llaves y abro la puerta de mi casa.

No había nadie en la sala, todo estaba callado, subí a mi habitación y me tumbé en mi cara con una sonrisa.

Me meto al baño para ducharme y ponerme mi pijama, me cepillo los dientes y me tumbo en mi cama lista para dormir cuando suena una notificación de mi celular.

Luzbel: fue un maravillo día preciosa

Luzbel: FOTO

YO: irresponsable, no se usa el celular mientras se conduce 




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