Silencio

Capítulo 9 - Noche estrellada

―De nada, bueno... ¿me dejarás pasar?

Reglas, reglas, reglas...

¿Cómo podía pensar en las reglas ahora? ¡Luzbel se encontraba en la puerta de mi casa y vino con unas flores! Mi madre estaría fuera por mucho tiempo ¿Qué es lo que peor que podía pasar?

―Oh, sí sí, adelante ―me abro paso para que pueda pasar, en ese momento suena una campana que puse para que me avise cuando las galletas estaban lista, corrí hasta el horno y las saqué

―Uff que rico ―Luzbel se sienta en la isla de la cocina observándome sacar las galletas―. ¿tú las preparaste?

―SII ―esto si es mi fuerte, digo orgullosa.

―Entonces las probaré ―toma una galleta, la sopla y se la lleva a la boca―. Están muy ricas.

―Lo sé ―digo orgullosa.

Sirvo dos vasos de leche y me siento con Luzbel para comer galletas, me empieza a preguntar de mis cursos, de mis planes, etc. Sin querer, nos pasamos 2 horas hablando de muchas cosas.

―Dime Ara, ¿Por qué te gusta la medicina? ―voy a admitirlo, esa pregunta me tomó desprevenida, me quedé pensando en que responder, Luzbel me mira confundido.

―Bueno, me gusta ayudar a las personas, poder salvar vidas y contribuyo con las personas- nos quedamos en silencio un instante ―tú nunca me dijiste en que trabajabas.

―Yo... administro una importante cadena de hoteles ―por alguna extraña razón sentía que no estaba siendo del todo sincero―. Sé que no lo aparento pero es el negocio familiar.

―Me parece interesante, ¿Te gusta tu carrera? ―me apoyé en la mesa.

―No me quejo, mi padre es algo controlador y me obligó a tomar esa carrera ―agacha la cabeza―. Pero el sueldo es muy bueno.

―¿Qué te hubiera gustado estudiar? ―le pregunto.

―No lo sé, la administración de hoteles es una buena carrera, como dije... no me quejo ―sonríe y me mira―. Quiero hacerte una propuesta ―subo una ceja y lo miro curiosa.

―¿Cuál?

―Ven conmigo, te llevaré a un lugar hermoso ―me ofrece su mano, dudo por unos segundos pero finalmente la tomo―. Te va a encantar

―Eso espero.

****

Luzbel no quería decirme a donde me llevaba, estaba nerviosa pero emocionada a la vez.

Al fin, Luzbel detiene el auto y me mira con una enorme sonrisa, me ofrece una venda, lo miro confundida.

―Póntelo ―niego con la cabeza―. Póntelo, quiero que te sorprendas ―insiste.

―No dejes que me caiga ―suplico.

―Nunca ―sale del auto y me abre la puerta a mí, toma mi mano y mi cintura para guiarme.

Caminamos entre risas y tropezones, la fría brisa choca contra mi rostro, mi cabello vuela y se posa en mi rostro, siento las manos de Luzbel me detienen y me susurra al oído.

―Llegamos ―su aliento en mi oreja me causa miles de sensaciones que no puedo explicar con las palabras, su perfume inundó mis pulmones... un delicioso aroma y estoy segura de que nunca me cansaré de ese aroma. Luzbel retiró la venda de mis ojos, los abrí y pude ver algo maravilloso, mi corazón se aceleró y sentí como mis ojos brillaron, solté un suspiro por el asombro.

―Es...hermoso ―involuntariamente llevé mi mano a mi boca por el asombro.

―Lo sé ―dice mirándome, me sonrojo rápidamente

Luzbel me ofrece su mano como todo un caballero, la tomo y él me lleva a uno de los asientos.

Estábamos en una parte del bosque, unas lindas linternas cuelgan de las ramas de los árboles, una mesa y dos sillas se encontraban entre unos árboles, pude ver la cena y dos copas para vino.

―¿Te gusta? ―pregunta Luzbel, me muestra una linda sonrisa.

―ME ENCANTA ―pongo mis manos en mis mejillas―. Esto es muy lindo y tierno, gracias

―Vamos a comer ―me mira divertido, sirve vino en las copas y me mira para que lo pruebe, llevo la copa a mis labios, el sabor es dulce, muy rico

―MMM está rico ―relamo mis labios y lo miro, Luzbel pone dos platos de spaghetti―. Wow, se ve delicioso, ¿Lo preparaste tú?

―Sip ―se sienta y levanta su copa con la intención de chocarla con la mía―. Brindemos ―levanto mi copa

―¿Por qué? ―lo miro curiosa.

―Porque ya vas a terminar tus estudios y estoy seguro que serás una gran doctora y por esta AMISTAD que estamos formando, espero que pueda a llegar a más pero soy paciente―. Otra vez esa mirada coqueta que tiene. 

―Salud- lo miro de la misma manera- para que llegue a más ―ambos tomamos de nuestras copas.

La cena fue maravillosa, el spaghetti estaba delicioso y se lo hice saber, es muy bueno en esto, en todo para ser sincera, quise hablar con él, saber más de él antes de terminar la cena.

―Cuéntame un poco más de ti Luzbel ―lo miro curiosa―. Algo de tu familia o de tu infancia

―Ya te conté muchas cosas pero bueno ―se limpia la boca con la servilleta―. Mi madre era una mujer maravillosa, era hermoso y muy amable con todo el mundo, era pureza ―veo como se le iluminan los ojos al hablar de su madre, esperen... dijo ¿ERA?

―¿Era? ―bravo Adara, muy sutil. Luzbel guarda silencio un segundo―. Oh, lo siento mucho, yo...

―Tranquila ―toma aire y continua―. Ella murió cuando yo tenía 10 años, era un niño débil en esos momentos pero tuve que aprender a aceptar que ya no estaba conmigo- tomo su mano y la acaricio, él también toma mi mano y me sonríe- bueno, ella siempre me consentía, me contaba cuentos cuando me asustaba en la noche, ella tenía un libro donde se encontraban todas esas historias... ―Luzbel me contó todo sobre su madre, sí que era una increíble, en ese momento sentí la confianza de contarle como era mi padre, ambos estuvimos muy felices hablando de temas que por lo general son tristes al tocarlos. Pero para variar, con Luzbel eso fue diferente, todo es diferente.

―Quiero mostrarte algo último, presta atención ―empezó a acomodar las cosas, en especial las cillas, eran como las 10PM, las horas se fueron volando, Luzbel empezó a apagar las linternas y se sentó a mi lado ―observa―. Me señalo el cielo y no pude observar nada hasta que apagó la última linterna. Miles de estrellas alumbraban el cielo, era maravilloso, cada una de ellas era preciosa, suena loco pero quería tocarlas, era hermoso.




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