Silencio

Capítulo 16 - Giros inesperados

Es increíble como tu vida puede cambiar tan rápido.

Cerré los ojos esperando que todo sea solo una pesadilla, pero al abrirlos seguía en aquel lugar. No podía respirar por la impresión, no sabía que era todo esto. ¿Por qué Luzbel me mintió? ¿Solo buscaba seguir las órdenes de su padre? ¿Cómo es que mi vida tenía que arruinarse de esta manera, con un matrimonio arreglado? ¿Por qué Emily estaba metida en todo esto? ¿Por qué lo hacía?

―¿Por qué haces esto? ―pregunto entre sollozos―. Em, dime que esto no está pasando―. ella agacha la mirada

―Lamento lo que está pasando Adara, pero no tienes idea lo complicado que es esto.

La puerta de la habitación se abre de repente, otra persona entra.

―Suficiente ―la persona voltea.

―¿Mamá? ―mi madre me mira ¿También está metida en esto?

―Hola Adara  ―me mira con frialdad.

―¿Por qué hacen esto? ―grito nuevamente.

―Porque nos conviene ―me mira divertida―. tu boda está arreglada y no podrás hacer nada al respecto ―voltea para ver a Emily―. Gracias por tu ayuda Emily, ya puedes irte ―Emily me da una última mirada y se va.

―Estás loca ―Luzbel se dirige a mi madre―. mi padre sabe lo que haces y buscas, es triste ver lo loca que te pusiste ―la mira con odio.

―Ahora estoy con los Mitchel, le guste a tu padre o no- mi madre se acerca amenazante a Luzbel ―Tu padre me quitó algo que yo amaba, una guerra entre los dos bandos será mi venganza

―¿De qué están hablando? ―pregunto muy confundida.

―¡Ay! Inocente y dulce Adara, es obvio que no sabes nada ―me mira mi madre―. no conoces del mundo en el que casi todos a tu alrededor estamos relacionados ―toma mi mejilla y se acerca a mi oído―. me encantará ser yo la que te cuente todo

―Deja a ella fuera de esto ―grita Luzbel.

―Oh no, ella es el centro de todo esto ―confiesa mi madre.

Luzbel y yo nos miramos confundidos por las palabras de mi madre, mientras esta acerca una silla y la coloca cerca nuestro para que podamos hablar sobre el tema.

―Empecemos en donde todo comenzó ―anuncia mi madre.

―Sería lo más lógico ―dice Luzbel en tono burlón, mi madre lo fulmina con la mirada.

―Todo empezó cuando Adara tenía 4 años, su padre empezó a hacer unos negocios con la empresa LEM, la empresa de Luzbel, en ese entonces de su padre ―hace una pausa para aclarar ese punto―. Luego descubrió los negocios que tenía su padre, quiso cortar toda relación que teníamos con él, el padre de Adara no quería que el pueblo esté financiado con dinero sucio ―se acomoda―. pero el padre de Luzbel no era una persona con la que pudieras romper negocios tan fácilmente, por la seguridad de Adara, Edward tuvo que seguir trabajando para la empresa LEM.

―Con razón mi padre escribía constantemente a esas siglas ―recuerdo, mi madre asiente.

―Hubo un tiempo en el que se retiró, de lo imploró al padre de Luzbel, le dieron el permiso con una sola condición, el algún momento él tendría que irse ―una lágrima rueda por la mejilla de mi madre―. él se fue para mantenerte a salvo Adara, él se fue por ti, por tu culpa ―más lágrimas caen de sus ojos, mi corazón se parte al escuchar esas palabras.

―No es su culpa, Edward sabía en el que se estaba metiendo ―Luzbel me mira―. que haya querido protegerte no significa que sea tu culpa Adara.

―Me quedé en esa casa, cuidando a Adara, esperando en que Edward volviera por el amor que le tenía a su hija ―me mira―. pero nunca volvió―. mira al frente ―seguimos recibiendo el dinero del padre de Luzbel para financiar el pueblo y no quise nombrar nuevamente a tu padre.

―Mamá, lamento lo que pasaste ―le digo con sinceridad pero lo que haces está mal, mírame, míranos, estás torturándonos, torturándome por venganza―. la mira suplicante ―ya basta, esto no hará que papá regrese.

―Tú no entiendes nada Adara ―dice vacilante―. Yo ya no quiero que vuelva, quiero que sufra, yo lo amaba tanto pero él no pudo amarme a mí.

―¿De qué hablas? ―la miro confundida―. Claro que él te amaba ―mi madre suelta una risa amarga.

―Él amaba a Sara, siempre fue ella

―Pero tú eres Sara ―la miro―. mamá, tú eres Sara, la esposa de mi padre, eres mi madre

―¡Claro que no! ―grita divertida―. Yo soy Melany, no soy tu madre.

―¿Qué? ―mi mundo se desmorona nuevamente, dejé de escuchar, me costaba respirar, estaba viendo todo borroso de repente.

*****

Levanto la cabeza lentamente, me dolía mucho, me tardé en reaccionar. Analizaba la habitación en la que me encontraba, seguía en la misma habitación, seguía en mi pesadilla

―¡Por fin despiertas!  ―exclama mi madre.

―¿Qué sucedió? ―pregunto, un poco desorientada.

―No soportas las noticias fuertes.

―Todo el día la han torturado, no ha comido y su vida ha cambiado completamente en cuestión de horas, ¿Qué esperabas? ―dice Luzbel, mi madre gira los ojos.

―Mamá... ―intento que mis ojos se acostumbren nuevamente a la luz.

―Mamá no, mi nombre es Melany ―recuerda.

―Si tú eres Melany, ¿Qué hiciste con mi madre y por qué te ves cómo ella? ―pregunto enojada.

―Tu madre está lejos ahora ―sonríe con malicia―. y me veo como ella por operaciones, ¿No crees que los cirujanos hicieron un trabajo impresionable?

―No puede ser, ¿Cómo no pude darme cuenta? ―agacho la cabeza.

―Porque todo pasó cuando eras una niña, yo te crie como si fueras mía ―admite Melany.

―Eres un monstruo ―escupo―. con razón mi padre nunca se fijó en ti ―una cachetada me calló.

―Tu padre es un estúpido, él sufrirá las consecuencias de sus actos ―afirma.

―Estás loca ―Luzbel la mira con asco―. mi padre...

―Tu padre qué ―lo interrumpe―. no hará nada al respecto.

―Maldita ―grito―. te pudrirás en la cárcel ―ella ríe.

―¿Y quién se encargará de eso? ―me desafía―.  ¿Tú? ¿Luzbel? Ambos ponen la vida del otro en riesgo si tan solo hablan de esto.




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