Silencio

Capítulo 21 - Confianza

A pesar de las mantas y la luz de la lámpara, el frío era inevitable, los huesos dolían por el frío. Solo podía acurrucarme entre las mantas, intentando conseguir el calor de estas, pero de nada servía, ni mi propio cuerpo podía emanar calor. Iba a enfermarme, sabía que iba a enfermarme, el frío era tanto que perdí la sensibilidad de mis dedos. Esperaba que Jason tuviera piedad, espera que cruzara esa puerta pidiendo perdón y ayudándola, pero no pasó, en mi cabeza rondaba la pregunta que tanta intriga y pena me daba.

¿Cómo soportó Mar todo esto? ¿Cómo soportó el frío si ella no tenía mantas ni una lámpara? Pobre niña...

Si Jason le ocasionó tal dolor a su propia hermana, ¿qué me esperaría a mí? Aquella noche no pude pegar ni un solo ojo, el frío torturaba mi cuerpo, al igual que los golpes aún presentes en mi piel. Maldecía internamente una y otra vez a Jason, maldito el día en el que lo conoció.

Perdí la noción del tiempo, mi cuerpo cansando pero incapaz de relajarse. Algunas lágrimas rebeldes cayeron de mis ojos, pero no eran de tristeza, eran de enojo, de odio puro. No sé cuánto tiempo más pasó, parecieron interminables horas, cuando la puerta se abrió, dejando ver el delgado cuerpo de Mar.

―¿Qué hora es? ―fue lo primero que pude decir.

―Las 9 AM ―le informa, entrando en la fría y tétrica habitación―. Te traje algo de comida.

―Muchas gracias ―apenas pude decirlo, me dolía la garganta, el frío era demasiado fuerte.

―Luces horrible ―pone una mueca―. Pero créeme, es mejor estar aquí.

―¿Por qué lo dices? ―pregunto con curiosidad.

―Jason está muy molesto, se siente culpable y enojado por ti ―se sienta a mi lado―. Les hace la vida imposible a todos

―Que se pudra ―espeto enojada, miro a Mar―. perdón

―No te preocupes ―sonríe―. Yo decía cosas peores. 

No pude tardar mucho con la comida, Mar se ocultaba de su hermano, ocultaba que me traiga cosas de vez en cuando, lo cual agradecía infinitamente. Agradezco la cobardía de Jason, así no tendré que hablar con él por ahora.

El día pasó lento, con el mismo clima. Mar venía 3 veces al día para traerme comida y un poco más de cobijo. Mi cuerpo pedía una ducha a gritos, aún tenía sangre seca en el cuerpo y sudor. Mar me aconsejó hacer un poco de ejercicio para calentar mi cuerpo, aunque mis piernas estaban débiles, pude calentarme un poco aunque sea.

En el tiempo que estuve encerrada en esa habitación pude pensar en muchas cosas, en muchas personas. Mi mente no dejaba de preguntarse cómo estará Steve y Emily. No los volvió a ver después de lo de la boda, desde que Emily tuvo que llevarse s Steve para protegerlo de Jason. No recibí noticias de su paradero, no recibí ningún tipo de noticias de su parte, lo cual me preocupaba un poco.

Con los días ya me iba acostumbrando a aquella pequeña habitación, Mar me aseguraba que era mucho mejor que estar ahí afuera. Prefería quedarme aquí, lejos de ese monstruo, lejos de aquel hombre capaz de hacerme más daño, mis heridas habían sanado casi por completo, lo cual era bueno.

Llevo 13 días aquí, 13 días de paz, lejos de Jason. Mar está a punto de entrar, siempre viene a la misma hora.

―Tengo algo para ti ―entra emocionada―. Te llegaron 2 cartas

Mi corazón se aceleró, era peligroso tener cartas aquí.

―Nadie me vio recogerlas, tranquila ―confiesa―. Ábrelas

Tomo la primera carta, es de Emily. Espero que sean noticias sobre ella y Steve, espero que estén bien. Steve es alguien muy importante para mí, es como familia.

"Querida Adara, lamento la demora de mi información, debía estar segura de no enviarlas con Jason en casa. Demoramos mucho buscando un lugar seguro para Steve, sin duda Jason nos mandó a seguir, nos ocupamos de eso, tranquila. No sabía a donde llevarlo así que lo saqué del pueblo, en la ciudad estará más seguro, tengo algunos amigos que cuidaran muy bien de él y su familia. En unos días iré a verte, espero sinceramente que te encuentres bien, tengo algunos asuntos pendientes es la ciudad así que tardaré un poco. Steve estaba lleno de preguntas, todo el camino se la pasó preguntando por ti, por Luzbel y por Melany, le hubieras visto el rostro, palideció por completo, no lo juzgo, todos hubiéramos estado así o peor. Al final tuvo un pequeño ataque de ansiedad y se alocó por volver por ti, le expliqué lo peligroso que era y casi se pone a llorar, Steve siempre fue muy sentimental. Cuando lo dejé ya estaba mejor y me hizo prometer que te sacaría de ese lugar, cumpliré mi promesa. Te quiero mucho Ara, resiste."

Algunas lágrimas cayeron de mis ojos, Steve ya está a salvo, no sufrirá por mi culpa. Sentí un gran alivio al terminar la carta, al saber que mis amigos están bien. Iba a leer la segunda carta cuando unos disparos se escucharon en la casa, rápidamente guardé las cartas bajo la cama. Mar me ayudó a salir del cuarto.

Nos escondemos en las escaleras, para poder ver que es lo que sucede. Hombres armados entraron a la casa, mis ojos buscaron un rostro conocido, por la esperanza de mi rescate, pero no fue así, no había ningún rostro que yo conociera. Los enemigos armados terminaron siendo acorralados y asesinados al instante, veía a Jason con sangre es su rostro, y con una sonrisa de maldad pura. Sus ojos de cruzaron con los míos, no pude sostenerle la mira, salí corriendo casi al instante.

―¡Adara! ―gritó Jason desde el primer piso―. Vuelve aquí.

Corrí hasta mi pequeña habitación, cerrándola al instante para que Jason no pudiera entrar. Me tiré en la cama y me acurruqué, el miedo se apoderó de mí, temblé por un rato. La vida de esos hombres, su vita fue arrebatada frente a mis ojos. No podía creer lo que pasaba, no podía creer que estaba en el mismo infierno. Con un demonio como guardián.

―¿Por qué saliste? ―gritó Jason histérico―. ¿Y qué demonios son estás cosas, quién te las trajo?

No respondí, él estaba muy molesto, podía notarlo por el tono de su voz, no decía nada racional, solo gritaba y gritaba.




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