Silencio

Capítulo 22 - Noticias

"Hola preciosa.

Sé que llevo tiempo sin escribir o dar una prueba de vida, pero han pasado cosas difíciles de explicar en una carta. Volví al pueblo, esperando verte, esperando sentir tus manos en mi rostro una vez más. El martes a las 4:00PM te estaré esperando en aquel lugar donde nos conocimos, ¿recuerdas? Esa tarde lluviosa cuando caíste en mis brazos y nos pasamos toda la tarde juntos, compartiendo nuestras experiencias, una tarde que nunca podré olvidar. Mi dulce Adara, espero de corazón que te encuentres bien, en las noches no logro pegar un ojo, preocupado por lo que podrías estar pasando, siento impotencia al no poder hacer nada por el momento. Pero tranquila amor, pronto estaremos juntos sin ningún peligro cercano, cuento los días para volver a dormir contigo pegada a mi pecho, para besar tu cabeza hasta que te quedes dormida, para entrelazar nuestras manos mientras vemos películas. Tengo noticias para ti, lamentablemente no puedo decirlas ahora, no es seguro escribirlas por este medio. Te amo Adara, espero que podamos vernos y así poder contarte todo de una vez. Sé valiente amor, esta pesadilla no durará para siempre.

P.D: Debes quemar cada carta que te mande de ahora en adelante, no pueden ser descubiertas por nadie, debemos tener cuidado. "

Y aquí estaba, frente a la chimenea, quemando las 2 cartas, cartas con información que no deseo que se revelada. Era la única forma de mantener mis secretos a salvo, oculto y guardados solo en mi memoria, donde nadie lo verá.

Tenía que idear un plan para poder encontrarme con Luzbel, Jason no me dejaba salir a ningún lugar. Este lugar es una fortaleza, todo está vigilado hasta el cuello, cada centímetro cuadrado está vigilado con hombres y cámaras, esto va a ser demasiado difícil.

Mar tenía razón, debo empezar a ganarme la confianza de Jason, engañarlo para que pueda "soltarme la correa", es un término molesto pero no encuentro uno mejor. Ahora el problema está en cómo ganarme la confianza de ese psicópata.

Veo como la carta termina por convertirse en cenizas, para enfrente del fuego. Siento unas manos alrededor de mi cuerpo, siento un poco de asco. Siento su respiración en mi cuello y su barba rascando mi piel.

―Hueles tan bien ―suspira, con los ojos cerrado y aún pegado a mi piel―. ¿Qué haces aquí?

―Sentía un poco de frío ―miento―. Me gusta estar frente a la chimenea.

―Mmjum ―susurra, siento arcadas.

―Es lo único que puedo hacer ―me quejo.

―¿A qué te refieres? ―se aparta un poco de mí, ya puedo respirar.

―No me permites hacer nada ―sigo―. Me gustaría hacer algo fuera de la casa, salir a estudiar algo o trabajar ―finjo un puchero.

―Pides mucho, tesoro ―aparta mi cabello y planta un beso en mi cuello- Te estoy cuidando, eso es todo.

―Por favor ―me volteo y tomo su rostro, actúa bien Adara―. No iré a ningún lado, lo prometo- hago otro puchero―. Dame una oportunidad

―¿Y qué quieres hacer ahí afuera? ―pregunta, subiendo la barbilla.

―Trabajar ―él ríe―. Aunque sea en una cafetería, me gustaría mantenerme ocupada.

―Bien, vas a trabajar en una librería ―ordena―.  pero no irás sola.

―¿Qué? Eso no es confianza ―me quejo.

―No me culpes si aún no confío en ti, tesoro ―toma mi cintura―. Mar te llevará y recogerá todos los días a la misma hora.

―Bueno, me conformo ―finjo una sonrisa.

―Me alegra verte feliz, tesoro ―me da un pequeño beso―. Vamos a desayunar.

Debía fingir querer a Jason, debía fingir que era feliz. Necesitaba su confianza, necesitaba una forma de salir de aquí. Por primera vez, en el desayuno hablaba con Jason, le contaba muchas cosas irrelevantes pero que servían para una mentira. Ya tengo un problema menos, ahora debo pensar en cómo escaparme del trabajo para encontrarme con Luzbel.

 

Luzbel

―Ya está ―anuncia Dan―. La fecha del viaje está lista, la hemos adelantado.

―¿Para cuándo? ―pregunto, me acerco a él.

―En un mes ―sonríe orgulloso―. Él y sus padres viajaran en un mes, tiempo suficiente para planear el rescate.

―Si es que sigue viva para ese entonces ―susurra Leo, lo asesino con la mirada.

―¿De qué hablas? ―lo encaro.

―Jason es... ―se rasca la nuca―. Hay algo que no te hemos contado.

―Y no deberíamos hacerlo ―interrumpe Dan.

―Claro que deben, ¿Qué sucede?

―Será mejor que te sientes ―me aconseja Leo―. Descubrimos que Jason sufre de una enfermedad.

―El trastorno explosivo intermitente ―completa Dan―. Lo cual lo hace actuar agresivo de un momento a otro, ocurre de repente.

―Y por lo que sabemos, Adara no es alguien que se deje oprimir ―Leo pone una mueca―. Jason puede tener episodios frecuentemente, puede violentar a Adara de manera física o verbal.

―Está con un monstruo, debemos sacarla de ahí, corre peligro ―protesto.

―Sabíamos que estaba en peligro desde un principio, Jason es peligroso, Luzbel. No podemos arriesgarnos a actuar de manera improvisada, tiene a su mando a muchos asesinos, un episodio de ira y todos terminaremos muertos ―dice Leo, serio.

―Debemos idear un plan, así será más fácil y rápido sacarla de ahí ―Dan deja su Tablet en una mesa―. Ahora no podemos hacer nada, espera un mes para sacarla de ahí

No podía creer lo que estaba pasando, todos sabían del trastorno de Jason Mitchel y nadie pudo advertirme, advertir a Adara. Siento un nudo en la garganta, por el miedo de que ese hombre haya lastimado a Adara, tengo miedo por lo que es capaz de hacer. Tenía que asegurarme de que seguía bien, de que seguía con vida.

Tomo mi teléfono y marco el número de la única persona que puede ayudarnos.

―Hola Emily, necesito tu ayuda

 

Adara

En 3 días empezaría a trabajar en una librería cercana, por lo que pude investigar, está a 5 minutos de la cafetería a la que debía ir. No supe nada de Emily o Mar. Mar no aparecía por ningún lado, según Jason fue a visitar a sus padres pero siento que algo raro está pasando, no me cuadra. Emily no volvió a reportarse, no envió más cartas, cada día esperaba su llegada. Necesitaba de ella, necesitaba su ayuda.




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