Para muchos, las cosas se complicaron mucho después del funeral, por ejemplo: Paul, fue el que más sufrió la perdida de Emily, ahora estaba solo en el mundo, sin su fiel compañera. No se supo más de él, no quiso volver a tener contacto con nadie. Se aisló y así permanece hasta entonces, viviendo a su manera, viviendo solo. No tuvo el valor para remodelar la casa, todo le hacia recordar a ella y así quería dejarlo, quería seguir sintiéndola a su lado.
Luzbel y Adara, pudieron superarlo juntos. Adara sufrió bastante los primeros meses, tenía pesadillas constantes y una parte de ella había muerto, todo se preocuparon, pues por mucho tiempo, Adara no quiso sonreír, no pudo hacerlo. Adara no solo estaba dañada por la muerte de su mejor amiga, también estaba dañada psicológicamente, las cosas que había vivido dejaron una herida en ella. A veces temía volver a despertar junto a Jason, sus pesadillas eran muy seguidas. A veces no dejaba que Luzbel se acercara, pues tenía miedo. Todos se preocuparon y quisieron ayudarla, Luzbel sugirió llevarla con un psicólogo para poder ayudarla con sus traumas, estuvo yendo diariamente durante casi un año. Un año en el que Luzbel no se apartó de ella, un año en el que la apoyó y cuidó más que nunca. Ahora vivían juntos, dieron el siguiente paso en su relación, ambos se necesitaban.
2 años después....
―¿Estás lista, amor? ―pregunta Luzbel, acomodando su traje negro.
―Ya voy ―avisa Adara―. ¿Cómo me veo? ―pregunta, nerviosa.
―Hermosa ―Luzbel se acerca y le rodea la cintura con sus brazos―. Como siempre
―¿También en las mañanas? ―pregunta Adara, jugando.
―Ahí luces mucho más hermosa ―sonríe Luzbel, robándole un beso a Adara―. Es hora, vamos
Ambos lucían muy elegantes para la fiesta de inauguración, Luzbel abrió un nuevo hotel en la ciudad. Ha tenido demasiado éxito, sus ganancias aumentaron favorablemente. Hoy tendrían una cena importante, donde muchos inversionistas asistirían. Luzbel estaba muy nervioso. Al llegar al hotel, ven una alfombra roja en la entrada, alrededor ven muchos fotógrafos. Bajan del auto, saludan a las cámaras y entran al edificio, todo lucia muy elegante, las paredes, los cuadros, las columnas. Al entrar a la sala, pueden ver a mucha gente sentada y parada, hablando entre ellos. Los primeros 50 minutos, Luzbel saludo a la mayoría de personas, entablando una corta conversación con ellas.
―Atención ―anuncia Luzbel, desde un escenario―. Quiero agradecerles a todos por venir a esta cena, es muy importante para mí la presencia de cada uno de ustedes. Pero en especial, de mi hermosísima pareja, Adara, aún recuerdo la primera que te vi, nos conocimos bajo la lluvia, ¿Lo recuerdas?- Adara sonríe y asiente―. No hay día que no quiera pasarla contigo, hemos pasado por muchas cosas juntos y ahora estoy más que seguro de que quiero pasar el resto de mi vida contigo- sonríe nervioso, acercándose a Adara―. Te amo, te amo con toda mi alma, quiero una vida contigo, quiero formar una familia a tu lado ―se arrodilla―. Mi amor, ¿Quisieras hacerme el honor de ser tu esposo?
―Oh por Dios ―se cubre la boca― Por Dios, sí ! Sí sí sí ―se lanza a los brazos de Luzbel―. Te amo.
―Te amo aún más ―besa a su futura esposa, todos los presentes aplauden al ver la romántica escena
13 meses después.....
―Vamos mi amor, tu puedes ―Luzbel anima a su esposa―. Eres muy fuerte
―Cállate, no sabes cuanto duele esto- grita de dolor- Llevo horas así, ya no puedo, no puedo
―Si puedes amor ―la anima―. Vamos, solo puja
Adara puja por milésima vez en la noche, el dolor que siente es indescriptible, siento como su piel es desgarrada. Su cuerpo se empieza a quedar sin energías, su frente está llena de sudor por el esfuerzo.
―Ya veo la cabeza ―informa la doctora―. Vamos, puja puja.
―Ahhh ―grita Adara, dejándose caer en la camilla, tomando la mano de su esposo, respira y sigue pujando, luego de unos minutos más, lo logra.
―Felicidades ―dice la enfermera, con la bebé ya limpia―. Es una hermosa niña.
―Es hermosa, mi amor ―dice Luzbel, apagando la cámara―. Es tan pequeña.
―Ho..hola amor ―susurra Adara, sus parpados empiezan a pesarle, su cuerpo deja de responder.
―Adara, Adara, amor ―llama Luzbel―. ¿Qué sucede?- pregunta alterado
―Estamos teniendo alteraciones, señor por favor salga de la sala ―pide una enfermera.
―Es mi esposa, no la voy a dejar ―grita Luzbel, al borde del llanto, el miedo se apodera de su cuerpo―. ¿Qué sucede?
―Nosotros la ayudaremos, pero por favor salga ―la enferma empuja a Luzbel fuera de la sala.
El tiempo que esperó Luzbel, fue agonizante. Caminaba en la sala de espera, de un lado a otro, demasiado nervioso y asustado. Su padre, quien se encontraba ahí, le pidió que se sentara.
―¿Cómo te sientes? ―le pregunta su padre.
―Demasiado aterrado, no quiero perderla ―lagrimea―. Vi a mi bebé en los brazos de mi esposa, jamás sentí tanto amor por dos personas, las vi y sabía que esa sería mi vida, que ellas serian mi vida.
―Recuerdo ese sentimiento ―dice su padre―. Cuando te vi por primera vez, no quería soltarte. Tu madre se enojaba porque no la dejaba cargarte ―ríe.
―¿Qué haré si Adara me falta? ―pregunta Luzbel, frotándose la cara, quitándose la lagrimas.
―Te diré lo que no harás ―lo mira serio―. No huiras, no te estancaras, no te rendirás. Serás un padre maravilloso Luzbel, te prometo que Adara saldrá bien de esta, ella es muy fuerte.
―Familiares de Adara Edevane- llama la enfermera, Luzbel se acerca rápido
―Soy su esposo ―dice―. ¿ella está bien?
―Está fuera de peligro, ahora está descansando pero podrá verla cuando despierte ―le informa―. Si desea, puede ir a ver a su hija
―Me encantaría ―confiesa Luzbel, más tranquilo.
Luzbel veía a su hija, solo la veía a ella. Era idéntica a su madre. La vio por mucho tiempo, sin cansarse, admiraba cada detalle de su pequeña hija. Cuando por fin pudo ver a Adara, fue con su bebita.