Por más que amemos a alguien, aprendamos a escuchar consejos. Esto tal vez sea algo obvio, pero si nos advierten mucho sobre una persona, y ésta tiene una gran reputación, es por algo.
«MUJERIEGO». «AGRESIVO». «TEN CUIDADO, NO ES LO QUE PARECE»
Muchas veces oí eso, pero decidí ignorarlo. ¿Quién mejor que yo para conocerlo? Ya sabía que tenía mala fama; él mismo se encargó de explicármelo para evitar malos entendidos.
—Nena, ten cuidado. Él ya anduvo con Michelle, ¿sabías eso? —preguntó una de mis mejores amigas.
—Sí, ya sabía. Me lo contó cuando nos conocimos. También sé que hablan mal de él y lo tachan como malo —respondí en tono serio.
—Deberías hablar con Miche, para escuchar su versión.
Después de esa conversación quedé muy inquieta, así que decidí hablar con ella, para saber un poco más. Pero me llevé una respuesta bastante corta:
—No diré nada. Mejor conócelo tú misma —contestó Michelle y se marchó. En ese momento, una chica, a la que sólo conocía de vista, se acercó y me dijo:
—Ten cuidado, Fernando no es lo que parece. Lo digo por tu bien.
«Por no escuchar lo que todos me advertían, él acabó conmigo».