Cómo logré escapar del infierno.
La vida te da ángeles que te ayudarán a salir de los agujeros. Los míos fueron Mel y Angy
Aquella noche, cuando fui a llorar a los brazos de Mel, una de mis mejores amigas,ella me brindó su hogar y comprensión. Me dijo que me bañara, dejó una pijama sobre la cama y me hizo algo para cenar. No sé cómo pagarle todo eso.
Después de cenar, sonó el timbre. Era Angy, con un gran bote de helado de chocolate. Esa noche les conté todo lo que había pasado en estos últimos meses y entendieron por qué me había alejado de todos.
—Es increíble cómo te destruyó el autoestima y te hizo dependiente de él, como si fuera una droga —Mel estaba furiosa, tanto que, si lo hubiese tenido en frente, lo habría matado con la cuchara con la que comía helado
—Es un asco de persona, no deberías llorar por alguien así —comentó Angy—. Nena, te pensábamos mostrar esto después, pero creo que es el momento adecuado y sé que dolerá. Pero estamos para ti.
Asentí. Ellas sacaron sus móviles y me enseñaron capturas donde él negaba estar conmigo y decía amarlas a ellas y querer algo más que unos simples besos. Ellas, luego de conseguir las pruebas, lo pararon y le dejaron las cartas bien puestas sobre la mesa.
Eso me devastó y lloré toda la noche. Ellas me consolaron, o trataron de hacerlo. Al fin había entendido la basura que era mi ex novio.