Silencio de un corazón roto

Carta 8: Un poco de ti

Tú eres de esos que se quedan por siempre en la memoria, eres de esas personas que se quedan ancladas en la mente de los demás, que no se remueven con nada, que incluso al pasar los años el detalle más insignificante hace recordar tu existencia. Eres de esos seres mágicos llenos de luz, lo cierto es que tu mirada tenía el poder de hacerme perder la cordura, eras mi pensamiento recurrente a lo largo del día y te juro que era involuntario. Te has quedado en mí y el simple hecho de haberte conocido me hace muy feliz.

Eres aquello que la gente se quiere encontrar por la calle… eras lo que yo quería ver durante el resto de mis días.

Tu eras fuego y eso no es solo destrucción como quieres creer, también es calor, abrigo, refugio, cuidado y amor… y tu eres mi bola de fuego mágico, brillas, resplandeces, sobresales y quien te ve lo sabe

Había caído en tu encanto, ¿Pero quién no lo haría? Ninguna mujer en su sano juicio se negaría al placer de caer ante ti, era tocar el cielo aun sabiendo que la caída será sin paracaídas, saber que eso te causara más tristeza que felicidad, era darte el poder de romper corazones y saber que tomarías la palabra y lo harías de la manera más hermosamente despiadada.

Debes saber que si existiera la mínima oportunidad de estar juntos no me cansaría de quererte, mirar tus ojos o tomar tus manos, si pudiera formar parte de tu vida sería siempre tu apoyo y alegría, sabía que eras solo un sueño... uno que guardaba para mí, pero me gustaba imaginarnos juntos caminando hombro a hombro siendo apoyo mutuo, amigos, amantes y más...

También debo decirte que maldije el día en que supe que te amaba, sería más exacto decir que al verte por primera vez sentí como mi corazón dejaba de pertenecerme, tu encanto era un arma cargada de promesas silenciosas que estabas dispuesto a cumplir y por eso cargo gustosa con las consecuencias porque aunque fue duro el castigo que tuve más adelante, no es nada comparado con la dicha que  sentí junto a ti en esos años.

Tu sonrisa era como una droga, tus ojos clavados en los míos era como mil flechas que me atravesaban el pecho, tu voz era una melodía hermosa para mí y tú olor tan masculino me lanzaba a un mundo distinto... puedo decirte con total seguridad que no te olvidare pero eso no indica que te vaya a extrañar.

Te di muchas oportunidades, a mí me enseñaron a luchar por lo que quería y yo te amaba y según mi creencia renunciar estaba prohibido, pero en el fondo me retiraba muy lento para darte tiempo de que te arrepintieras del daño que me hacías con tus mentiras... sin mirar atrás me fui poco a poco, un paso y luego otro... todos pequeños creyendo que en algún momento me alcanzarías para decirme que habías recapacitado y lucharías por un nosotros, pero solo era una fantasía de mi corazón el creer que lo harías porque siendo honesta no podía idealizarte enamorado de mí, no te podía imaginar pensándome antes de acostarte o hablando de mi a tus amigos con un sonrisa tonta en tu cara, no podía imaginarte que estuvieras por las nubes solo porque te dijera hola y mucho menos sonriendo a la pantalla por estar hablando conmigo.. no se.. Simplemente no podía tener esa imagen en mi cabeza.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.