Capitulo 2

Luego de sentir todas esas emociones en ambos, los dos ahora se encontraban en biblioteca, buscando un libro que Piter le había encargado. Mientrastanto Jener, estaba recostado en un sofa sintiendo los pasos del rubio.

Luan, al llegar donde estaba su amado sintió mucho nervios y vergüenza por la última ves. Fingió no verlo, pero al escuchar su voz un libro cae al pisó.

─Ya lo encontraste.- Su voz sono tan fría, que Luan no pensó en recoger el libro tirado, simplemente en salir a correr y escapar de la tensión, pero inmeditamente sintió su brazo sujetado por las enormes mano de Jener, provocandole mucho nervios.- ¿tratas de escapar?-Pregunta el mayor con mucha molestia al interpretar su acto.

─No, No es eso.- Contestó el rubio mirando fijamente al mayor.- ¿Puedes soltarme?.- Lian bajo su mano observándolo raro.- No comprendo tus palabras, pero dejame decirte que desde ahora no te molestaré..- Luan internamente se sintio mal por usar al moreno en esto.- Tengo a Piter desde ahora, no te necesito.

Esas fueron las palabras más frías que el rubio podía a ver dicho. A Lian lo sorprendió, pero no tuvo que contestar al ver al menor salir por la puerta de la biblioteca y de algún modo sintir una punsada en su pecho indicandole que algo estaba comenzando a sentir, algo, que él no estaba dispuesto a reconocer.

Mientras tanto Luan se sentía realmente tonto y no solo por escapar, si no por no conseguir él libro encargado por el moreno.

Suspiro desgastado, pero estaba consciente de que esto le sucedía por su culpa. Caminó hasta él final del pasillo  y sin llamar a nadie se recostó en la fría pared. Su consciencia lo estaba calcomiendo debido a cada mentira que trataba de creerselas incluso él. 

Estaba a punto de levantarse y seguir su camino, pero él rostro sombrío y molesto de Lían Jener lo detiene, provocando que tragara en seco mientras que su cuerpo temblara por escasos segundos.

─¿Escaparas siempre?.-Pregunta él mayor con autoridad.

─¿De-De que hablas?.-Pregunta él menor con tartamudeo.

─No puedo creer lo cobarde que eres.- Confeso este con desprecio.

─Quiero dejar de molestarte, ¿Acaso no era eso lo que querías?.

─Pues..-Se inclina más hacia Luan, colocándolo mas nervioso.- Quiero que ahora te alejes de Piter.

─No te daré el gusto, Jener.

Lian frunce él seño dando a entender que cada palabra que lanzó él menor, no le había gustado en lo más mínimo. 

─Bien.-Se aleja del menor con mucha molestia, pero sin demostrarlo, da media vuelta alejándose de este.

Luan, quién estaba atónito, no le quedo más que caminar hasta él patio trasero algo nostálgico con sus manos dentro de sus bolsillos del pantalón.
Cuando llego a un árbol, no dudo en sentarse y suspirar cerrando los ojos pensando en cada situación con él chico que tal vez jamas lo mire como él lo miraba.

Su mano se dirigio a su frente  haciéndole un leve sube y baja hasta él principio y final de su rostro.
Estaba frustrado, frustrado de todo lo que esta pasando y apenas tan solo es el primer día.

Sus pensamientos viajaban tanto dentro suyo, que las horas se le habían pasado volando y sin darse cuenta aún, siguió en ellos con mucho cuidado.

Pasaron, dos, tres, incluso cuatro cuando repentinamente siente como alguien le habla a su derecha.
Algo asustado mira hacia arriba encontrándose con Piter, quién lo observaba con confusión

─¿Te encuentras bien?.─Luan deja salir un largo suspiro para volver su vista a la nada y acentir escondiendo su verdadero sentir.─¿Debería preocuparme?.

─No te preocupes Piter, todo esta bien.

─Tú cara no dice lo mismo. ─Hubo un extraño silencio hasta que lo oigo hablar de nuevo.─ ¿Es por ese chico?.

─Y si lo fuera, ¿Qué problema habría?.

─Que es tonto que pierdas clases por él.

─Lo tonto aquí es que me estes hablando no sabiendo nada de mí, ¿No crees?.─ Pregunte exaltado ahora mirándolo.

─Tal vez tienes razón.

Respondió dando media vuelta para marcharse.
Supire cansado nuevamente.

No esperaba que hiciera algo, pero tampoco pensé que fuera de esta manera. Estuve tanto tiempo fijandome en él, que jamás tuve momento para disfrutar cosas nuevas que los chicos me decían.
Pase mí mano desfrenadamente pensando que tal ves jamas se solucione siendo así todo un infierno.

Apreté mis ojos tratando de olvidar todo y cuando logre despejarme decidí irme a casa sin pensar las consecuencias de la expulsión.