Silhouettes

Algo Extraño

-Valla señorita Yang.
-Mi- corrigió ella con orgullo, abrí lo ojos muy abiertos bastante como para notar que estaba sorprendida, le había corregido al profesor sin ningún tipo de respeto, algo que ni Rutter se atrevería a hacer.

—Perdón, señorita Mi. Ahora puede sentarse al lado de la señorita Ruggero.- indicó el profesor nombrando mi apellido, alcé la mano para que la chica supiese quien era Ruggero.

Ella se sentó a mi lado, puso sus libros en el escritorio y comenzó a escribir lo que estaba en el tablero, no quise mirarla pues no quería perder mi dignidad hablándole, me vería muy desesperada por ser su amiga y esa es una idea errónea.

Me adentro en mis pensamientos de nuevo, pensando ahora en la historia que había leído antes, sinceramente quisiera que esos dramas de amor me pasaran, conocer al chico ideal, salir juntos, pasar días enteros en casa etc, todo ese rollo, pero el amor nunca ha sido mi amiga.

Cuando estaba en cuarto de primaria me gustaba Rutter ... Si ese imbécil me gustaba, de hecho me lo guardé por 2 años, hasta que él se enteró. Me humilló, me dijo cosas horribles que hicieron romper todos esos lindos y preciados sentimientos de amor hacia él pero ahora se convirtieron en el odio más oscuro que tengo, lo detesto, lo odio, lo aborrezco desde ese día. Y, para mi, suerte él decidió entrar a la misma universidad que yo y para rematar estudia en el mismo salón que yo, la vida definitivamente no quiere que sea feliz.

Sorprendentemente sonó el timbre de cambio de clase, a la siguiente hora seguía ciencias políticas, pero al parecer el maestro no llegó, serían 2 bellas horas libres las cuales aprovecharía para desperdiciar en dibujos profesinalmente sin sentido.

Empezó el bullicio en todo el aula, las risas de foca, papeles por todos lados, era un caos total.

A pesar de que esta es la universidad las personas actuan como niños pubertos de 13 años, odiaba esas cosas, odiaba el bullicio.

Le dediqué una mirada al salón con desprecio, y luego me fijé en Yang, había sacado un libro que lo identifiqué de inmediato.

—¿Ese es el libro Harry Potter y el legado maldito?- pregunté pasmada como niña pequeña, la respuesta era obvia pero sólo quería empezar la conversación aunque sinceramente no me he leído ningún libro.

—Si- afirmó ella con una leve sonrisa, volvió a mirar el libro, estaba muy concentrada.

—Me encanta la saga de Harry Potter- dije para sonar interesante.

-A mi también me gusta mucho al igual que sus películas- fijó su mirada en mi.

—Las películas son una pasada, vaya hace rato no hablaba de Harry Potter- recorrí mi mano por mi oreja inconscientemente.

No recibí respuesta, me sentí incómoda ante su reacción, era más antisocial que yo... ahora ¿Qué tema de conversación sacaba? ¿Clima? es muy cliché ¿De dónde provenía? demasiado entrometido ¿Gustos musicales? tal vez.

-¿Qué tipo de música te gusta?- pregunté por inercia.

-De todo tipo- hizo una pausa a su enfática lectura.

¡Vaya me había dado muchísima información!. Rodeé los ojos con desinterés.

—Pero me gusta más el Rock- aclaró carraspeando su voz como si tuviese gripe.

—Ohh ¿enserio? Me gusta mucho el Rock, mi banda favorita es Linkin Park- confesé sin importarme lo que pensara sobre mi.

-¿Linkin Park? - se volteó de golpe - Era bueno hasta que quiso cambiar su estilo de música, pero concuerdo con lo mismo, me gusta mucho- esbozo una sonrisa de medio lado bastante cálida. 

—Si tienes razón, por eso escucho sus canciones antiguas. - dije apoyando mi cara en la mano.

-También me gusta Nirvana.

-Ya somos dos- expresé neutra recordando todas la veces que llegué a repetir In bloom porque según yo la canción fue hecha para mi- fue un éxito total, es una pena que el vocalista haya muerto, sería una de las mejores bandas.

-La gente toma el suicidio como una medida de escape pero es un error acabar con tu vida sólo por ser diferente, hay otras personas que son iguales a ti o que tienen los mismos gustos en algo, y si son por problemas personales hay que afrontarlos, poco a poco desaparecerán y la vida será más feliz.

Vaya, tenía un pensamiento bastante claro, sus palabras tenían toda la veracidad. De inmediato me acordé de Frank, ¿Por qué lo hizo? no es juzgable, pero ¿tenía que tomar esa decisión tan alocada? no lo sé, pero donde esté espero qué tenga la paz que nunca tuvo aquí.

-¿Te pasa algo? ¿Metí la pata?- preguntó ella, moví mi cabeza al notar que el sentimiento me había golpeado con una lágrima que se deslizó por mi mejilla.

-Oh no, no es nada sólo me acordé de alguien- retiré las lágrimas con la manga de mi buzo. Su mirada se fijó de nuevo en el libro.

-A veces hay que superar las cosas del pasado, por más que duelan, por más que llores, nunca regresarán.



#11092 en Thriller
#6337 en Misterio
#26241 en Otros
#2092 en No ficción

En el texto hay: asesinatos, violencia, groserias

Editado: 10.11.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.